sábado, junio 23, 2012

¿En qué está la reforma a la Ley de Donaciones Culturales?



El Mercurio


Podrán donar los trabajadores dependientes y los extranjeros. Se beneficiarán pequeñas y medianas empresas culturales y quienes tengan inmuebles patrimoniales. La aprobación no debería pasar de este año. Ya la obtuvo de parte de los diputados, faltan los senadores. Aquí, el ministro Luciano Cruz-Coke delinea lo que busca la iniciativa.  

Juan Ignacio Rodríguez Medina

Si usted es un trabajador dependiente, podrá, también, ser mecenas. Esa es una de las novedades del proyecto que quiere reformar la Ley de Donaciones Culturales, que hace 21 años impulsó Gabriel Valdés y que ha significado un importante impulso al mecenazgo privado.

Hoy, las donaciones privadas, vía la citada ley, representan un 10 por ciento del total de los dineros invertidos en cultura; es decir, cerca de 10 mil millones de pesos. "El proyecto no apunta necesariamente a un crecimiento exponencial de ese porcentaje -señala el ministro de Cultura, Luciano Cruz-Coke- aunque, lógicamente, sí tiene vocación de incrementarlo; el impacto mayor que la reforma busca es perfeccionar este mecanismo, a fin de hacerlo más accesible y sencillo, para que llegue a proyectos o sectores que en el marco normativo actual no cuentan con una herramienta lo suficientemente eficiente o que dependen casi exclusivamente de la obtención de fondos concursables para su sustentabilidad. Hay una especial focalización en ámbitos históricamente menos favorecidos por los beneficios de esta la ley, como el patrimonio, las producciones audiovisuales o la infraestructura cultural".

La tramitación ha sido expedita, dado el respaldo transversal que tiene la iniciativa. Fue ingresada en julio de 2011 al Parlamento y en mayo pasado fue aprobada por la Cámara de Diputados con 87 votos a favor, 4 en contra y 3 abstenciones. Se han sumado indicaciones como: incluir a un representante del mundo cultural y a un Premio Nacional (música, literatura o arte) en el Comité de Donaciones Culturales, y sumar como beneficiarios a los propietarios de inmuebles comunes ubicados en zonas declaradas Patrimonio de la Humanidad, y de Conservación Histórica.

Lo que queda es conocer la opinión de los senadores. El martes pasado tuvo lugar la primera reunión de la Comisión de Hacienda. La expectativa, si no la necesidad, es que la reforma se apruebe este año para que entre en vigencia el 1 de enero de 2013; de lo contrario, por tratarse de temas impositivos, habría que esperar hasta el próximo año tributario, o sea, 2014.

Cruz-Coke explica que con la inclusión como donantes de los trabajadores dependientes, lo que se busca es fomentar alianzas entre estos y las empresas, para aportar a proyectos que interesean a ambas partes, como podría ser una biblioteca comunitaria. "Lo positivo de incluir a los trabajadores es instalar la convicción y por tanto el cambio en la mirada, respecto de que el aporte privado a la cultura no necesariamente debe consistir en grandes sumas para grandes iniciativas, sino que también pueden ir a pequeños proyectos con pequeños donantes".

Respecto de si la iniciativa ayudará a descentralizar la cultura, el personero asegura que actualmente un gran porcentaje de los proyectos "cerca del 80 por ciento, se ejecutan a nivel regional, por sobre los proyectos a nivel nacional. Y dentro de estos últimos, la Región Metropolitana se lleva un porcentaje menor que el que proporcionalmente le correspondería respecto de su población". De todos modos, dice, la ley "apunta a que esto aumente y que coopere en el esfuerzo de descentralización de los bienes culturales".

Dada la ampliación de beneficiarios (ver infografía), la reforma propone aumentar la fiscalización y el seguimiento a los proyectos, señala Cruz-Coke, además de establecerse sanciones monetarias equivalentes al beneficio tributario y la imposibilidad de presentar proyectos en un plazo de tres años, "lo que por supuesto no afectará al donante", aclara el ministro.

-Los incentivos tributarios, ¿son la única manera de incentivar la participación privada?
"No son la única vía, pero sí la principal. Un mecanismo que no está incorporado en esta ley, pero que estudiamos, dice relación con la creación de endowments, que permiten que el producto de un fondo obtenga beneficios tributarios para la sustentación permanente de emprendimientos educacionales, universitarios o culturales, muy común en países como Estados Unidos.

Por otra parte, si bien esta ley probablemente no modificará conductas en lo inmediato, estimo que la facilitación de los mecanismos y la consecuente proliferación del arte y la cultura en el país debiese, en un mediano plazo, tener efectos sociales beneficiosos que pueden necesariamente actuar como impulsores de una cultura filantrópica, en la que empresas y personas sientan que su donación no es ya sólo un beneficio para la comunidad, sino también un gran aporte para quien realiza la donación".

-¿Será esta reforma el gran legado del gobierno en materia cultural?
"No lo veo de esa manera. En mi visión, esta reforma a la 'ley Valdés' será el resultado de un trabajo políticamente transversal. Esta es una necesidad urgente para el desarrollo de la cultura de nuestro país, que va más allá de un gobierno u otro. Se trata de una ley que tiene 21 años y cuya modernización trabajé personalmente con don Gabriel Valdés, autor de la ley, quien respaldó públicamente las principales modificaciones propuestas".

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