El libro "Nuestras voces, nuestra historia" es un muestrario del arte de transmisión oral en esa comuna campesina rodeada por una capital.
IÑIGO DÍAZ
"En las tardes se escuchaba el murmullo del río. Pero no era una crecida sino los animales que venían bajando de los cerros por la avenida Raúl Labbé, que era de tierra", cuenta el cantor, payador y guitarronero barnecheíno Manuel Sánchez, uno de los hombres que ha llevado la música de ese pequeño lugar en los faldeos precordilleranos al resto de Chile.
En el año 2000 Sánchez editó su primer disco, "Verso libre", un trabajo creado a partir de los aprendizajes de los cantores populares de la comuna donde se crió. Hoy, a los 38 años, es el punto de referencia. Sánchez llevó a músicos de Lo Barnechea al estudio de grabación para el registro del disco de catorce cortes que acompaña el libro "Nuestras voces, nuestra historia".
Editado por la Corporación Cultural de Lo Barnechea, es un muestrario de canto popular y oralidad en esa comuna estacionada en el tiempo. "En Lo Barnechea los huasos han sido empujados hacia los cerros por las construcciones. Allí donde había fundos, ahora hay complejos inmobiliarios. De niños, íbamos a la lechería que estaba junto a chacras y granjas con animales. Ahora, allí hay un mall y un supermercado", señala Sánchez
La investigación estuvo a cargo de un equipo encabezado por la licenciada en Historia y Teoría del Arte Francisca Schultz, autora del texto. Incluye fotografías de María Constanza Avello, quien tuvo acceso al mundo privado de los cantores, poetas y folcloristas.
"Ella pudo entrar a ferias, fiestas, salas de ensayo y hasta tocatas improvisadas en casas", cuenta Schultz. "La última etapa del proceso creativo es el escenario. Allí, los artistas barnecheínos son validados por el público. La imagen muestra estas realidades, por eso hay testimonios gráficos detrás de bambalinas, niñas maquillándose, músicos afinando sus instrumentos, gente rezando para que todo salga bien", agrega.
Según apunta Sánchez, en Lo Barnechea la música gira en torno a la peña. Es la dinámica escénica más arraigada. "Puede estar en cualquier lado. En el casino de los huasos, en la medialuna, en el club deportivo, en una casa. La peña es un acto. Así lo entienden los músicos".
Entre ellos, destaca Luis Gallardo, el Huaso Yoyó, quien de día desarrolla variados oficios de maestría doméstica, y de noche, reaparece con su guitarra. Los cantores campesinos están representados por el Dúo Las Marías, que forman María Eugenia Cofré y María Ester Maldonado, y el Trío Huinganal. También por las Hermanas Madrid, aunque más que cantar, lo que hacen es formar nuevas generaciones, reunidas en el grupo Los Barnecheítos.
"En la cueca actual están Los Flaites, que escriben sus propias canciones; en la música de raíz andina, los grupos Entrenoz y Paikunaqari; mientras que en la música de nueva fusión de ritmos e instrumentos destaca Krtel Csante. Hay una evolución que llega hasta el rap", dice Manuel Sánchez, quien además es el representante del canto a lo poeta de la comuna, y formador de nuevos cultores, como el cantor a lo divino Alexis Yáñez. "Los cantores populares de Lo Barnechea siempre están disponibles. Siempre aparecen en algún momento. Y este libro es una manera de decir que están vivos", dice.
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