viernes, junio 08, 2012

La gran sala del GAM... sin fecha de estreno


El Mercurio

Tras sucesivos anuncios y promesas, la segunda etapa del Centro Gabriela Mistral vive uno de sus momentos más inciertos. Ya es un hecho que no se inaugurará a fines de año y surgen dudas sobre si alcanzará a estar lista durante el gobierno de Sebastián Piñera.  

Maureen Lennon Zaninovic

En los últimos cuatro años, la finalización de los trabajos de construcción del Centro Gabriela Mistral (GAM) ha generado discursos y anuncios varios por parte de distintas autoridades de nuestro país.

Hace nueve meses, en una entrevista concedida a "El Mercurio", Laurence Golborne, ministro de Obras Públicas, confirmaba que con "un costo cercano a los $26 mil millones" ya se había iniciado la licitación de la segunda etapa.

"Las obras parten en diciembre, para terminar la construcción a fines de 2012", dijo Golborne, y agregó que "se construirá una sala de teatro para dos mil personas, un edificio de apoyo de siete pisos, con cuatro subterráneos, y completas instalaciones para las actividades, desde camarines a salas de ensayo y bodegas".
Un año antes, en septiembre de 2010 -en plena celebración del Bicentenario y en el marco de la inauguración de la primera fase del GAM-, el Presidente Sebastián Piñera tomó la palabra:
"Quiero ratificar hoy día nuestro compromiso con las etapas siguientes; y, muy especialmente, con la construcción del gran teatro que tendrá dos mil butacas, con la tecnología que necesitamos y merecemos los chilenos", dijo el Primer Mandatario, avalando la concreción y viabilidad de esta gran sala.

La desazón e incertidumbre previa a este discurso presidencial era alta. ¿La razón? Por un lado, la contingencia del terremoto del 27-F supuso el inevitable desvío de recursos fiscales a las tareas de reconstrucción y, como era de esperarse, muchas iniciativas culturales quedaron congeladas.

Junto con ello, se sumó otro factor inesperado para el Centro Gabriela Mistral: en julio de 2010, el Presidente Piñera le manifestó públicamente a Don Francisco su apoyo a la construcción del nuevo Teatro Teletón "como el gran teatro nacional de las artes escénicas, musicales, teatro, ópera y música". A buen entendedor pocas palabras, la gran sala del GAM quedaba fuera del interés oficial.

Sin embargo, el anuncio presidencial de septiembre de 2010 hizo renacer las esperanzas. Las palabras del Jefe de Gobierno se leyeron como un importante y claro espaldarazo al proyecto. Todo parecía ir "viento en popa", y en 2011, tanto el ministro Golborne como la subsecretaria del MOP, Loreto Silva, confirmaron -en varias entrevistas- el visto bueno a la gran sala del GAM. ¿Qué pasó después? A través un escueto comunicado, el MOP confirma a "El Mercurio" que la segunda etapa está en un compás de espera: "Se encuentra en período de evaluación económica, ya que se consideró un proyecto extremadamente caro".

Cristóbal Giesen, quien fue asesor del GAM durante 2011, entrega más antecedentes que contextualizan esta respuesta del Ministerio de Obras Públicas. Durante su asesoría debió verificar la calidad acústica de la futura sala de artes escénicas. "Había una preocupación particular del directorio del Centro Gabriela Mistral porque esta sala multipropósito tuviera una acústica natural (no asistida), al estilo del Teatro Colón de Buenos Aires o del Carnegie Hall. Por eso se me pidió contactar a empresas internacionales vinculadas a esta área y, finalmente, el directorio preseleccionó a dos".

Giesen agrega que "tras algunas correcciones a la maquinaría escénica y a la acústica, efectivamente se elevó el presupuesto oficial de la licitación a la que llamó el MOP (cerca de 26 mil millones). Mi impresión es que el presupuesto original estaba a la baja; pero pese a este aumento estamos hablando de montos sumamente razonables. De hecho, el MOP adjudicó a la empresa constructora esta segunda fase por 30 mil millones; es decir, los costos finales no excedieron el 10% de aumento que exigía como tope la cartera".

Preocupación del directorio
Esta serie de anuncios y aplazamientos ha destapado toda una olla de encendidos comentarios.
Arturo Navarro, director del Centro Cultural Estación Mapocho y miembro del directorio del GAM, comenta a "El Mercurio" que todo el directorio está "extremadamente preocupado por esta dilación y por el incumplimiento de una política de Estado". El directorio es presidido por Luciano Cruz-Coke, ministro de Cultura, y está conformado -tras una reciente restructuración-, además de él, por el director del Teatro Municipal de Santiago, Andrés Rodríguez; Pedro Sierra, en representación del Regional del Maule; el arquitecto Gonzalo Mardones, y la directora de empresas Anita Holuigue. Navarro agrega que le solicitaron al MOP un informe, "porque queremos saber realmente en qué quedó el compromiso -publicado en diversos medios- para finalizar la segunda etapa del GAM a fines del 2012".

El arquitecto Cristián Fernández, quien se adjudicó el diseño del Centro Gabriela Mistral junto a Christian Yutronic y Sebastián Baraona, comenta que la licitación original contemplaba terminar casi al mismo tiempo el edificio completo; con una mínima diferencia de dos o tres meses entre una etapa y otra. "Lamentablemente, hemos visto cómo la segunda etapa se ha ido postergando, postergando y postergando, sin saber por qué."

El arquitecto no comparte la apreciación de que se trate de una iniciativa de costos muy elevados: "Los números, si bien son altos, no se comparan con proyectos similares a nivel internacional. En Dallas (EE.UU.) se construyó una sala que tuvo un costo cercano a los 500 millones de dólares, y otra en Oslo, de 500 millones de euros. Se trata de dos proyectos muy similares a los que propusimos para el GAM: con dos mil butacas y un perfil multipropósito. La gran diferencia es que nuestra sala costaría bastante menos: 50 millones de dólares, o sea un 10% de lo que sale afuera. Yo creo que acá, el gran problema es que no habido una voluntad o no está dentro de las prioridades actuales sacar adelante este proyecto".

Otra de las hipótesis que han salido a la palestra sobre esta dilación de la segunda etapa del GAM es que el Presidente Piñera habría querido reactivar el proyecto -hoy dormido- del Teatro Teletón. A juicio del arquitecto Cristián Fernández, esa podría ser una razón válida, "y me parece muy bien que Don Francisco esté pujando por su teatro, pero el Estado tiene un compromiso con su institucionalidad cultural y el GAM es parte de ella".

¿Es rentable?
Fernández defiende el carácter multipropósito del espacio -pensado para teatro, ópera, musicales y otros espectáculos de gran envergadura- y los dos mil asientos que proponen: "Las salas de artes escénicas, para que funcionen, necesitan un piso. Hay un nivel de espectáculos internacionales que requieren, mínimo,1.800 butacas para financiarse. Si no hay 1.800, ni te llaman los empresarios".

Para Fernández, a este proyecto, y dada su alta calidad escenotécnica, "se le puede sacar muchísimo partido económico: en la mañana, por ejemplo, puede acoger un seminario, al mediodía un concierto de piano, y en la noche una ópera o un musical".

El arquitecto puntualiza: "Me parece fantástico que las regiones tengan sus teatros, pero el único escenario decente con el que contamos en la capital, con más de mil butacas, es el Municipal de Santiago, inaugurado hace 150 años. La mayor omisión en infraestructura está en Santiago, una ciudad con cerca de siete millones de habitantes".

Andrés Rodríguez, director del Teatro Municipal, señala "que efectivamente hay espectáculos tremendamente rentables que no pueden mostrarse en nuestro país -a diferencia de otras capitales latinoamericanas-, porque no existen escenarios con doble altura. En ese sentido, hay una deficiencia en infraestructura muy importante".

Alejandra Wood, directora ejecutiva del GAM, complementa: "Estoy segura de que si se trae un musical tipo 'El Rey León' -que hoy no se puede montar en Chile porque no hay teatros adecuados-, habría un lleno absoluto", y agrega que "los estudios de audiencia que se realizaron antes de proyectar esta sala revelan que es un proyecto rentable".

Hoy están trabajando en una programación que les permita "formar y fidelizar públicos ante el escenario de que se inaugure la gran sala. Y las cifras lo confirman: el mes pasado recibimos 70 mil personas y, con ello, ya contamos con un millón de visitas desde nuestra inauguración. Y los números van en aumento", concluye Wood.

¿Es necesaria una sala?
Cristóbal Giesen -quien fuera administrador artístico, hasta 2008, de la Orquesta Sinfónica del Estado de Sao Paulo- considera que hace falta una gran sala como esta y que los grandes damnificados en el escenario actual son las principales orquestas sinfónicas de nuestro país, "que, salvo lo que pasa con la Filarmónica y el Teatro Municipal de Santiago, se encuentran en situaciones bastante precarias. En todo el mundo, incluso en Latinoamérica, en una ciudad como Sao Paulo, el hecho de contar con una sala adecuada para los conciertos es un atractivo turístico que atrae a mucha gente".

Ernesto Ottone, director del Centro de Extensión Artístico y Cultural de la Universidad de Chile, entidad que a su vez administra la Orquesta Sinfónica, entrega matices al diagnóstico:
"Es cierto que necesitamos una sala adecuada, y estoy trabajando intensamente en ello, pero nuestra realidad no es para dos mil butacas. ¡Ojalá que lleguemos a ese número!, pero siendo realistas, nuestro promedio es entre 800 y mil personas por función".

Hay que recordar que en el contexto del proyecto original de la gran sala que fue lanzado por la ex ministra de Cultura Paulina Urrutia se habló que la Sinfónica podría irse a ese espacio. Para Ottone, claramente, el proyecto original "nos favorecía, porque contemplaba una sala de ensayos para la orquesta, que hoy no tenemos. Pero siempre he criticado esta enorme cantidad de butacas. La evidencia demuestra que no hay audiencia en Chile para los grandes espectáculos". Y agrega que "la acústica de una sala multipropósito no es la más adecuada para los conciertos sinfónicos".

Alejandra Wood cree que "más que criticar el número de butacas o la acústica, tenemos que aunar esfuerzos y generar consenso de que Santiago necesita una gran sala para las artes de la representación".
Giesen considera que "mientras más proyectos de teatros chicos se levanten -como el que está preparando la Fundación CorpArtes-, se irá diluyendo la necesidad de contar con una gran sala". Y realiza una autocrítica: "En Chile nos ha faltado la figura de un José Antonio Abreu, en Venezuela, o un John Neschling, en Brasil, con la fuerza necesaria y el carisma para sacar adelante un proyecto de estas dimensiones".

 Los números que promete el GAM
Casi 44 mil metros cuadrados contempla la superficie total del proyecto Centro Gabriela Mistral (GAM). Ya se ejecutó la primera etapa: 21.050 m {+2} , y la segunda -donde se inserta la construcción de la gran sala- abarcará 22.870 m {+2} más.

La gran sala contará con un escenario removible y un área libre sobre el escenario de 25 metros para escenografías y diversos equipamientos esceno-técnicos. Además, se espera que tenga una capacidad para dos mil personas distribuidas en cuatro plataformas (plateas).

La segunda etapa también contempla la construcción de 130 estacionamientos, que sumados a los ya existentes hará un total de 380.


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