Con "Guitarra eléctrica chilena S. XX - S. XXI", el conjunto dirigido por Ismael Cortez difunde nuevas partituras para este formato camerístico.
IÑIGO DÍAZ
En su origen se llama "Cantos ceremoniales para aprendiz de machi", obra de Eduardo Cáceres para orquesta de cuerdas y coro mapuche. Pero desde que fue adaptada en Valparaíso por el ensamble Planeta Minimal, pasó a llamarse "Cantos rockeros ceremoniales".
La razón está en la sonoridad y la propuesta instrumental de este conjunto de cámara formado por doce guitarras eléctricas y dos bajos, dirigidos por el académico de la Universidad de Valparaíso Ismael Cortez.
"Estamos siendo pioneros en este campo. Se ha asociado siempre la guitarra eléctrica al rock, pero con este proyecto buscamos una arista nueva de trabajo al integrarla a la música académica", dice Cortez, ampliamente conocido como guitarrista y compositor del grupo porteño Tryo, un referente en la música progresiva y experimental chilena desde 1984.
Planeta Minimal está presentando su nuevo recuento de obras para este formato, el segundo volumen de "Guitarra eléctrica chilena S. XX - S. XXI". Tocaron en la Universidad de Valparaíso, la Casa Abierta de Concón, el Teatro Municipal de Viña del Mar y la Casa de la Cultura San Antonio. El 11 de mayo darán el último concierto de la serie en el Conservatorio Municipal de la Ligua, y durante el año retomarán el ritmo en los festivales de música contemporánea donde habitualmente estrenan obras.
"Partimos tocando música minimalista, como 'Electric counterpoint' de Steve Reich, pero el plan era enfocarnos en la creación de nuestros compositores. No existe mucho material. Debe haber no más de tres horas de música para guitarra eléctrica y creo que la hemos abordado completa. Incluso la obra de Reich (de 1985), era la única que había cuando comenzamos", cuenta Cortez.
En el nuevo disco, el director utiliza variaciones en el formato. Algunas obras están tocadas con el elenco completo; otras con los subgrupos: cuartetos, sextetos y octetos. Presenta adaptaciones, como "Trigales en la noche", obra de Rafael Díaz para guitarra clásica, y "Escenas del mar", suite para piano del fallecido quilpueíno Ramón Campbell, pero también obras especialmente escritas para guitarras eléctricas: "Shadows" (Patricio Wang), "Romper el círculo" (Julio Valdés), "Ritual Halajélla" (Boris Alvarado) y "Aves de Playa Ancha" (Ismael Cortez).
"Los compositores escriben para nosotros tomando en cuenta todas las posibilidades del instrumento a través de efectos: distorsión, delay , wah- wah . Cuando la guitarra eléctrica llega a la universidad se vincula inmediatamente con la tradición, y eso es lo valioso", concluye el director
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