Promete programación artística gratuita y de calidad para todos los vecinos de la comuna. Pero no le alcanza el presupuesto municipal. "Y no tengo ningún complejo en pedirle a la empresa privada", asegura el director de la Fundación Cultural.
Daniela Silva Astorga
Sus adjetivos son superlativos. Cómodamente instalado en su oficina de la Fundación Cultural de Providencia, Manuel Ahumada los va sacando de su manga mientras habla. Con música clásica de fondo, se refiere a "cosas potentes", aludiendo a espectáculos, muestras o conciertos. Comenta que su norte es tener una "oferta artística gratuita" y de "gran calidad" para los vecinos, y que la cultura lo entusiasma tanto que frente a ella no tiene límites ni temores.
Él es un ex militante de la DC, que en los 90 dejó su escritorio del BCI para trabajar con la primera dama Leonor Oyarzún. Que luego impulsó la actividad cultural en Macul y La Reina, y que en 2009 salió del Teatro Oriente, que conducía.
Con siete meses en la comuna a cargo de Evelyn Matthei, se define como un director cultural resuelto, que al programar piensa en el "primer nivel" y que, buscando alcanzarlo, usa sus armas para lograr aportes financieros de privados.
Hasta ahora, su gestión ha contemplado conciertos de música clásica y popular, junto a otras acciones, pero está al debe en artes visuales. Si bien reabrió la sala de exposiciones del Parque de las Esculturas -con Mario Irarrázabal- y ha programado tres muestras en el Palacio Schacht, no se han visto grandes exhibiciones como las de antaño. Esas que el público celebraba, porque traían arte clásico extranjero u objetos patrimoniales de gran valor. Un ejemplo: "El alma de Rusia en sus íconos" (2007).
-Hablando de calidad, ¿apostará por tener de nuevo esas exposiciones de alto impacto?
"No, ese no es mi foco. Si antes el sello fue mirar hacia lo europeo, a mí me interesa mostrar la obra de chilenos. Por eso, en 2018 celebraremos el centenario de Nemesio Antúnez. Aquí hay mucha gente con bastante talento, como él, que no ha tenido posibilidad de mostrar todo su trabajo. También quiero darles posibilidades a jóvenes. Quiero una programación diversa. Y ahora abriremos una muestra de Oswaldo Guayasamín ("Orbo novo decades", con 47 obras, desde el miércoles)".
En paralelo a Guayasamín, en la otra sala del Palacio Schacht habrá arte textil. Y luego, una exposición organizada por Arte al Límite, una sobre cartas de mujeres y otra con trabajos realizados desde la Corporación Nacional de Ciegos. Ahumada dice que un programa tan variado se conecta con gente de todas las edades e intereses. "No se dice nada si uno solo muestra cuadros", afirma.
-¿La falta de presupuesto lo llevó a inclinarse por mostrar obras que están más a la mano y no son de grandes artistas?
"¡No, para nada! Mi expertise es gestionar recursos. La muestra de Mario Irarrázabal la armamos sin ningún peso de la municipalidad, solo con contribuciones de empresas. Pero, igual debemos presentar pronto el presupuesto de 2018 y, para todo lo que hacemos, necesitamos más plata. La Fundación Cultural de Providencia tiene solo $400 millones para 2017. ¡Qué es eso!".
Pero aun así, Ahumada requirió más de $400 millones para reacondicionar el Teatro Oriente, que Providencia tiene en comodato y que reabrirá el sábado 26. "¡Qué cantidad invertimos para que quede operativo! Eso solo para el sistema eléctrico y la climatización", apunta. Famoso por su afecto hacia el edificio, en 2010, contó en una entrevista que recién se habían destinado US$ 1,5 millones a "hacer de nuevo el teatro" (a lo que hay que sumar lo invertido después, entre 2012 y 2016).
-¿Tanta reparación en 10 años?
"Es que jamás se le había hecho nada. El edificio se construyó y así quedó. Era como una casa de 80 años. Pero vale la pena, ya no quedan teatros como el Oriente. Todo esfuerzo tiene sentido".
Avanza la mañana y Ahumada confiesa, aunque casi no existe duda, que si él aceptó ocupar el sillón cultural de la comuna es básicamente por el teatro. Pero el centro de su gestión, y para lo que fue convocado, es ocuparse -y mantener viva- toda la oferta artística de la fundación. Una que, dice él, han disfrutado 55 mil personas en seis meses. ¿Qué le falta? "Más recursos. Para lo que hacemos, entre gastos de la fundación y del Oriente, necesitamos $2.000 millones de presupuesto municipal para 2018".
-Entonces, ¿entre platas privadas y municipales, la caja no está dando para darles a los vecinos actividades gratuitas de calidad?
"A nosotros nos da perfecto. Todo lo que hemos hecho son producciones propias, sin costo para los vecinos. ¡Y les pagamos a los músicos! Si a uno le interesa esto, uno hace con o sin presupuesto. Los gestores culturales se han acostumbrado a que el Estado y el Fondart les den. Yo soy al revés, no tengo ningún complejo en pedirle a la empresa privada".
-¿Qué significa para usted esa programación de "primer nivel"? ¿Qué no podría ser parte de su programa?
" Prefiero no ponerme en esa situación. ¿Qué he descartado? Nada, la verdad. No he necesitado hacerlo. Hemos programado, para este año, unos 90 conciertos. Y cuando fuimos bombardeados por correos de músicos que querían presentarse, creímos que debíamos abrirles espacio a sus valiosas propuestas. La mayoría de lo que nos llega es música clásica. Todo de muy buen nivel. Lo mismo pasa con el arte visual y el teatro".
El Teatro Oriente y su futuro
Ahumada acostumbra a recordar lo que hizo hasta 2009 en el teatro, "cuando programaba hasta 40 conciertos al año. Todos llenos. Para ahora firmé con el CEAC de la U. de Chile y con la Orquesta de Cámara". Pero ya no existen los convenios de antes con la Fundación Beethoven, que se fue al Municipal de Las Condes, y las Orquestas Juveniles e Infantiles. ¿Podrá recuperar ese frente musical? "Es difícil, pero uno nunca sabe: el teatro quedó realmente lindo". Por ahora, hay un programa de segundo semestre para el Oriente, que, entre propuestas de la fundación y de productoras, totaliza unos tres o dos eventos semanales". ¿Logrará completar el calendario y tener números buenos? "Todos los días sumamos. Contaremos con actividades de lunes a domingo", promete.
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