El ensamble experimental de fusiones estrena en Chile el disco "Gravity's empire", con actuaciones subsiguientes en Concepción y Temuco.
IÑIGO DÍAZ
No tiene un nombre pero ya es todo un símbolo en la estética y la gráfica del grupo Novas Trío. El personaje fue creado por la ilustradora Francisca Meneses, conocida como Frannerd, como encargo especial.
"Un oso moderno, medio estrella, que usa anteojos y es todo un hipster ", dijo la artista durante la primera visita de este trío de jazz contemporáneo y experimental nacido en Nueva York, cuando en una tableta ella improvisó dibujos que luego se proyectaban en una pantalla en el club Thelonious mientras los músicos tocaban.
El oso vuelve a estar en la carátula de un disco, titulado "Gravity's empire" (Discos Pendiente), y Novas Trío vuelve a aterrizar en Chile, cuatro años después, para dar tres conciertos de presentación de este nuevo material. El oso, esta vez, flota en el espacio en un traje de cosmonauta, conectado a su transbordador interestelar. Este viernes la serie en vivo comienza en el GAM (19:30, $3.000 a $7.000), el 25 tocan en el bar Callejón (Concepción) y el 26 en la U. de La Frontera (Temuco).
"En los inicios estábamos más que nada probando cosas. Teníamos temas donde se notaba el swing. Durante las giras por las costas este y oeste de Estados Unidos fuimos viendo qué nos gustaba a nosotros y cómo respondía el público. Ahora la improvisación es más directa, más rock, funk y fusión", define el baterista Rodrigo Recabarren.
El grupo se completa con el también chileno Carlos Vera Larrucea (vibráfono) y el estadounidense Jeff Miles (guitarra). "Musicalmente dimos rienda suelta a la imaginación de cada uno, sin complejos de ningún tipo. Jeff está más a la vanguardia y a mí me tira mi formación clásica. El hecho de no tener un bajista abre todas las posibilidades", dice Vera Larrucea, quien vive en Munich y es percusionista de la Orquesta de la Ópera de Bavaria.
El propio nombre del grupo, Novas Trío, da cuenta de ese fenómeno. "Un día íbamos a tocar en cuarteto y el contrabajista no se presentó. Tocamos igual y nos gustó el sonido, por eso nos bautizamos así: Novas, 'no bass", dice Recabarren, desde 2009 neoyorquino por adopción. "Hoy existe aquí toda una escena de ensambles, grupos distintos a los cuartetos o quintetos tradicionales, que exploran sonidos, jazz-rock, improvisación, fusión contemporánea. Somos parte de esa generación", completa.
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