El pianista chileno está de vuelta en el país. Acaba de actuar con la Sinfónica, y hoy abordará "Cuadros de una exposición", de Mussorgsky. Esta pieza capital la contrastará con obras de Mozart, Schubert y Fernando García, en un programa que exalta la libertad.
Romina de la Sotta Donoso
"Me sigo sintiendo chileno, y siempre he intentado venir con regularidad. Me importa el público chileno, que es como mi familia extendida", dice Javier Lanis (1972).
El pianista chileno se radicó en Tenerife en 2005, tras estudiar en la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, y posgraduarse en Houston y Detmold.
En los últimos años sus visitas se han intensificado. En 2014 dio recitales en la Sala Claudio Arrau y en la U. Santa María, en Valparaíso, y el año pasado, en el Municipal de Santiago.
Y también se han intensificado sus apuestas de repertorio. Porque el año pasado contrapuso tres Sonatas muy distintas de Beethoven, Chopin y Prokofiev, y en 2014 se atrevió con la versión para piano de Sam Raphling de "La Consagración de la Primavera", de Stravinsky. "La interpretación de Lanis le hizo justicia", escribió el crítico de "El Mercurio" Jaime Donoso. Además, fue ovacionado.
Ahora que está nuevamente de visita, Lanis vuelve a atreverse con grandes desafíos interpretativos. El viernes y sábado presentó con la Orquesta Sinfónica de Chile el Concierto en Sol Mayor de Ravel, bajo la dirección de Ola Rudner.
Hacía 13 años que no tocaba con esa orquesta, y eligió una composición camerística y muy expuesta. Se sintió cómodo, reconoce, y destaca el buen trabajo que existió con la Sinfónica y con el director sueco.
Enfatiza, además, que para él como pianista es fundamental hacer música de cámara en paralelo a su carrera solista. "Es la única manera de desarrollarse como músico. Yo he tenido la suerte de hacer dúos, cuartetos, tocar con orquesta y dentro de la orquesta, y he acompañado a cantantes. Mientras mayor sea la diversidad de formaciones, más juega eso a tu favor. Eso te da el oído, por ejemplo, para poder amalgamarte en el conjunto cuando tocas con orquesta", asegura.
Obra capital
El otro gran desafío que Lanis asumirá en esta visita a Chile, es abordar una de las piezas capitales de la literatura pianística: "Cuadros de una exposición", de Mussorgsky.
Dice que es una pieza revolucionaria, una suerte de collage que representa la libertad de espíritu. "Esta versión original pianística deja mucho más espacio a la imaginación que la versión orquestal de Ravel, y el cerebro la recrea según la experiencia de cada oyente", detalla.
Esta composición será el plato fuerte en el recital que dará a las 19:40 horas de hoy, dentro del Ciclo de Pianistas del ex Teatro Baquedano ($8 mil).
El hilo conductor del programa que diseñó es precisamente la libertad. Abrirá con la Fantasía en Do Menor, de Mozart, y la Fantasía en Do Mayor, de Schubert. "Las dos son muy especiales. La Fantasía de Schubert es una de las obras más difíciles que existen para piano, y él mismo, cuando la escribe, se pregunta quién diablos iba a poder tocarla", ríe. Y destaca que en ella juega un rol central lo rítmico y que "es un trabajo muy ambicioso en el tratamiento de los colores y los estados de ánimo".
Ese cromatismo es un punto en común con la Fantasía de Mozart, que describe como una de sus obras más elocuentes e importantes. "Aquí Mozart es un precursor de Beethoven, con arrebatos de Romanticismo y tragedia y con esa sensación de no saber en qué tonalidad estás", apunta.
La libertad también es esencial en la creación chilena que tocará: "Nueve Relatos", de Fernando García, Premio Nacional de Música 2002. "Me gusta mucho esta obra; deja mucho espacio para la interpretación. Tú debes ir recreando el título de cada relato de acuerdo a los dibujos de la partitura", adelanta.
EN VITACURA
Javier Lanis repetirá "Cuadros de una exposición" el 22 de agosto, en Casas de Lo Matta (20 horas, gratis). La contrapondrá a la Sonata "La Tempestad" de Beethoven.
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