El músico nacional actuará junto al tenor Álvaro Zambrano y la Orquesta de Cámara de Chile desde el miércoles al sábado. El cornista hoy tiene 28 años, pero los especialistas identificaron su excepcional talento en su niñez.
Romina de la Sotta Donoso
Tenía apenas 19 años cuando se convirtió en el corno solista de la Orquesta Sinfónica de Chile. Ya entonces la técnica de Matías Piñeira" (1989) era deslumbrante, tenía un hermoso sonido y una enorme musicalidad. "Cruzo los dedos para que se quede en la orquesta tanto tiempo como sea posible. Pero estoy completamente seguro de que tendrá una gran carrera en las mejores orquestas del mundo" decía a "El Mercurio" Michal Nesterowicz, entonces titular del conjunto.
Y fue tal cual. Hace dos años el chileno conquistó el puesto de corno solista de la Filarmónica de Múnich. "Uno no se da cuenta del peso que puede llegar a tener, como músico, en el momento mismo en que las cosas pasan. Cuando pasé a la segunda ronda del concurso me bloqueé; lo único que pensé fue en hacerlo lo mejor posible. Ahora, con distancia, puedo decir que sí he sentido el reconocimiento de la gente", asegura Piñeira. "Aparte del nivel de la orquesta, que es altísimo, mis colegas allá son muy buenas personas", agrega.
El chileno está de vuelta, porque Alejandra Urrutia lo invitó a actuar con la Orquesta de Cámara de Chile. Y él, a su vez, invitó a otro compatriota que vive en Alemania: el tenor Álvaro Zambrano, quien ha sido incluso solista en la Ópera de Berlín.
Ambos serán solistas en la Serenata para tenor y corno, de Britten. "Es una obra muy linda, lírica y melancólica, con una orquestación muy nítida, solo con cuerdas. Además, el prólogo se hace en corno natural, cuyas notas no son cromáticas como en el moderno", detalla Piñeira. Ambos ya la interpretaron juntos en Alemania, nada menos que con la Orquesta Juvenil Múnich-Odeon y Julio Doggenweiler.
El programa se completa con el Concierto Brandenburgués N° 3, de Bach, y "Danzas Concertantes", de Stravinsky. Las funciones gratuitas son el miércoles en la parroquia Nuestra Señora de Apoquindo, el jueves en el Centro Cultural San Ramón, y el viernes en el Teatro Municipal de Ñuñoa. El sábado actúan en la U. Santa María, en Valparaíso (desde $ 3 mil).
Vuelta de mano
El primer profesor de Matías Piñeira fue su abuelo, Antenor, cornista del Orfeón Nacional de Bomberos de Chile, conjunto al que su nieto se integró con apenas 7 años. A los 11 conoció a Edward Brown, el respetado cornista de la Filarmónica de Santiago, y entró a la UC. Siguió formándose a través de la Fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles (FOJI), hasta que a los 19 conoció a Ignacio García, quien desde 1993 es el corno solista de la Ópera de Berlín.
"Él me dijo que tenía que irme a estudiar allá, fuera como fuera. Incluso pagó mi primer pasaje con sus propios honorarios", recuerda Piñeira.
Durante los cinco años siguientes, apenas se acababa la temporada de la Sinfónica, se iba a estudiar por tres meses a la Academia de la Ópera de Berlín. Así fue hasta 2015, que entró a la Filarmónica de Múnich, actividad que hoy combina con su otra pasión musical: los boleros. Compone canciones para una banda de música latina romántica, que integra con Zambrano.
Piñeira acaba de dictar clases a jóvenes cornistas en Perú, y la próxima semana lo hará en la FOJI, junto con José Luis Guede, el nuevo corno solista del Teatro Municipal.
"Mucha gente que creyó en mí cuando yo era chico no lo hizo por interés, sino porque me quería ayudar. Si tienes esa suerte, debes entregar algo. Sería muy egoísta preocuparme solo de mí mismo, de la fama, de llenarme los bolsillos", cierra.
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