Este género sigue teniendo adeptos en Chile, lo que se refleja en la cantidad de artistas de la época que se presentan en el país. Expertos dicen que es un fenómeno influenciado por la nostalgia, pero que también tiene la capacidad de cautivar a un público joven.
RAIMUNDO FLORES
Corría 1977 y el éxito que alcanzaba la película "Fiebre de sábado por la noche" reflejaba la incipiente popularidad de la música disco, al mismo tiempo que ayudaba a masificarla. Un género que surgió de la mezcla del soul clásico con elementos del funk y ritmos latinos, con la preponderancia de un bombo que imitaba los latidos del corazón y que inundó rápidamente las pistas de baile.
Coincidió con un momento fuerte de la industria musical. Los sellos trataron de replicar el éxito, repitiendo fórmulas y potenciando el surgimiento de estrellas. "Es una música vacía, de muy poca calidad en cuanto a creatividad melódica o armónica, porque es reiterativa, pero sí de muy buenos compositores y técnicos. El gran éxito se debió a lo bailable que era", dice el conductor Sergio "Pirincho" Cárcamo.
El fenómeno, que en Nueva York giraba en torno a la discotheque Studio 54, tenía sus réplicas en Chile con la Disco Hollywood y la Sala Gente. Parte de la buena acogida que hubo en el país se debió a las películas y videoclips que llegaban desde Estados Unidos. "El cine fue fundamental. "Fiebre de sábado por la noche" fue trascendental y trajo consigo la banda musical que era principalmente de los Bee Gees. La película marcó a la gente y por eso las canciones entraron muy bien", asegura el cantante Juan Antonio Labra.
A 40 años de su estreno, el legado de la película sigue presente. A mediados de octubre próximo el Teatro Municipal de Las Condes estrenará el musical que ya se dio con éxito en Broadway y Londres, basado en la película protagonizada por John Travolta y que en su banda sonora tiene temas de los Bee Gees, KC and The Sunshine Band e Yvonne Elliman. La versión local será dirigida por Ángel Torrez y con Eyal Meyer, Francisca Walker y Felipe Ríos en los roles principales.
Pero no solo la música disco tuvo éxito en Chile. También la moda y la estética asociada a este movimiento fueron adaptadas por los jóvenes. "La moda del vestir llegó por 'Fiebre de sábado por la noche', que también era nostalgia por el movimiento hippie. La pinta de Travolta fue muy copiada, la gente usaba terno blanco y pantalones pata de elefante", recuerda Cárcamo.
Íconos de una época
Y el fenómeno también sigue vigente gracias a las giras que continúan haciendo sus representantes por el mundo, incluido Chile. Aunque estas figuras no mantienen el ritmo de composición que tenían en los 70 y 80, aún llenan teatros y estadios a punta de sus hits de antaño. Tal es el caso de Gloria Gaynor, quien sigue estrujando al máximo las posibilidades que le dan sus canciones. Además de repasarlas en sus constantes presentaciones en vivo, en 2013, mismo año en que visitó Chile por última vez, publicó el libro "We will survive", una compilación de historias de personas que superaron momentos difíciles de sus vidas inspirados en su hit "I will survive".
Similar surte tuvo Diana Ross, quien no ha estrenado temas nuevos, pero sí ha lanzado diversas compilaciones y reversiones de sus clásicos. Su último trabajo, de 2015, "Diana Ross sing songs from The Wiz", incluía sus versiones de los temas del musical que protagonizó con Michael Jackson en 1978.
En el caso de los Bee Gees, Barry es el único de los tres hermanos Gibb que sigue con vida. A pesar de que en 2016 lanzó su segundo disco como solista, su mayor reconocimiento sigue estando dado por la música que hizo con sus hermanos. Hace unas semanas, se presentó en uno de los escenarios principales del Festival Glastonbury, haciendo bailar a miles de personas al interpretar canciones como "Stayin´alive" o You should be dancing".
Próximamente se presentarán en Santiago bandas emblemáticas de la época, como Kool & The Gang. "La factura de esa música era de alta calidad y eso permanece. También hay un tema de nostalgia que hace que hasta el día de hoy se siga tocando", explica la cantante Andrea Tessa al explicar el éxito de estas presentaciones.
Pero la vigencia de la música disco no se limita solo a quienes vivieron este boom. "El efecto que tiene en el público es alucinante cuando canto alguna de esas canciones. Son gente joven, de 20 o 30 años, y se prenden igual. Es música que está hecha para bailar. Son temas que tienen una respuesta inmediata", dice Tessa, quien habitualmente incluye en sus shows canciones de Donna Summer, la estrella disco que murió en 2012.
Visitan Santiago
La agenda de conciertos en la capital incluye actuaciones de grupos icónicos de la época disco. Ya tocaron en el Gran Arena Monticello KC and The Sunshine Band. El mismo recinto recibirá el 23 de septiembre a Kool & The Gang.
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