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miércoles, marzo 21, 2012
El Pollo Fuentes: “De lo único que me pueden acusar es que fui un puto”
The Clinic
Por Lorena Penjean
Imagina que fuiste mega famoso, así como los Beatles, pero en Chile. Y que las mujeres se metían a tu cama, y que se masturbaban en sus butacas vestidas de amarillo escuchándote cantar “Te Perdí” y gritando “oro oro oro, el Pollo es un tesoro”. Imagina que tienes 62 años, usas viagra si te sale un brillo, te tiñes el pelo, estás soltero y vuelves a ser famoso. Tus fans ya no son las mismas; tú tampoco. ¿Cómo lo harías? Acá, José Alfredo Fuentes nos ilustra en un viaje a Talca.
Vamos en su auto rumbo a Talca, uno bacán, de millonario, con butacas de cuero, aire acondicionado y una radio rica en la que suena su música. Sí, el Pollo escucha al Pollo. A él con Manzanero, él con Valeria Lynch, él con José José, etc. También cantando canciones de Elvis y Paul Anka.
Cuando quiere sufrir, Radiohead. También le gustan los Foo Fighters, Coldplay, Nirvana y un largo etcétera. Le aburrieron Feliciano y Perales. Flipa con Juan Luis Guerra y sus músicos. Por deformación profesional se detiene en los vientos, en la percusión, en las cuerdas. Odió lo que hizo Morrisey en el festival.
Amigo de Sandro, el Puma Rodríguez, “Alvarito” Henríquez, Manzanero y de casi todos los cracks de la canción latinoamericana, aún está impactado con “los hueones de mierda” que atacaron a Daniel Zamudio. Aunque cada vez se impacta menos. Desde que vio cómo intentaron asesinar a Juan Pablo II perdió la capacidad de asombro. “Si hay hueones dispuestos a hacer esto es que estamos cagados”, pensó.
No le aceptaron a su hijo en un colegio Opus Dei por ser él su padre. Ahí entendió que la Iglesia Católica funciona con los mismos vicios que la política. Que hay jerarquías, que no todos son buenos. Todavía no se recupera de lo de Karadima, no puede entender cómo lo siguen defendiendo. Así, prefiere separar la iglesia, la religión, de las personas. Es primo del sacerdote Luis Eugenio Silva, que trató de suicidarse en medio de rumores de abusos sexuales. Él los niega. “La Iglesia viene mal desde siempre, tapada de oro. Hoy está destrozada por el tiempo y debe hacer un cambio fundamental, como cuestionarse el celibato. Jesús dijo creced y multiplicaos”.
No va a misa. De confesarse ni hablar.
Al Pollo en el escenario, antes y hoy, sus calcetineras le lustran los zapatos. También le piden que sane guaguas y que toque partes del cuerpo enfermas. Pa’ callao, visitas calcetineras terminales y les da su última alegría.
Usa viagra con frecuencia. Si sabe que tiene un brillo, se zampa uno. Y si lo pillan a capela, dice que igual aperra. Lleva tres años soltero, sólo tiene amigas con ventaja y cuando alguna se sube al piano, le dice, brutalmente honesto: “yo no soy lo que buscas”. Está chato de las citas a ciegas que sus amigos le enchufan. Dice no estar necesitado, por el contrario, que está bien atendido.
Atrás quedaron esos días en los que era joven, como cuando llegó a un hotel de Iquique y una mujer desnuda estaba en su cama. “Me sorprendí, lógico, pero la tasé y calificaba. De ahí caché que del baño sale otra chiquilla, su amiga. Y también calificaba”. Y se las sirvió a las dos. Qué tanto. Quién podría juzgarlo. “De mí pueden decir cualquier cosa pero lo único cierto es que fui puto”.
Hoy tiene un departamento de soltero. Limpiecito, con refri con comida.
Después de cuatro horas llegamos a Talca, al Teatro Regional donde mil mujeres lo esperan en un lleno total. Él toma una ducha y se pasea en calzoncillos y camisa abierta por el camarín. Hay agua, Coca Cola, jamoncito, queso. Está su mejor amigo y mánager y sus dos coristas vestidas de impecable negro. El Pollo se pone su chaqueta Armani.
Fuentes recuerda a Guillermo Hidalgo, el más grande editor de este pasquín y recordado periodista, que en La Tercera escribió la famosa crónica en la que hacía parir una presentación suya. Lamentablemente, esa noche no se presentó y a Hidalgo lo echaron. Luego, El Pollo triunfó en Viña. “Al final me hizo un favor, me dieron antorchas y todo. Lamento su muerte, supe que fue muy triste”, dice. Debieron haberse conocido.
A pocos minutos de salir al escenario, se aplica crema Lancome, se maquilla, acomoda su pelo con impecables mechas negras y camina por el camarín mirando su IPhone 4. Todavía no lo logra entender del todo. Prefiere el 3.
Háblame de tu infancia.
-Recuerdo a gente durmiendo afuera de mi casa, cagá de frío. Vivía en calle Libertad, en una casa de una puerta, dos ventanas. Éramos pobres. Mis hermanos eran obreros. Mi papá murió cuando tenía 8 años y quedamos en la calle. Mis hermanos trabajaron para que el niño siguiera estudiando en un colegio pagado.
Fue una infancia muy dura.
¿Por la muerte de tu padre?
-Navidades sin regalos, mi viejo muerto y mi madre casada al año y medio con un viejo que le pegaba. A mí nunca me pegó, pero era celoso y le pegaba tanto a mi mamá… Esa huevá me hizo sufrir mucho.
¿No te daban ganas de defenderla?
-Lo hice mil veces pero él me agarraba de la cabeza. Tenía 10 años.
¿Pasaste frío?
-Nos bañábamos con agua fría. Antes, nos poníamos a correr y hacer gimnasia. Comíamos papas con arroz, pan con aceite y sal o ají. Sólo en los veranos, cuando me convidaban mis amigos de vacaciones, comía pastel de choclo y esas cosas.
¿Tu mamá se separó?
-No, estuvo con él hasta que falleció. El que se fue fui yo. No podía vivir con él porque me pasaban cosas raras, del tipo que amanecía con la pierna encogida, huevás de la cabeza.
¿Y tu mamá permitió todo eso?
-Sí.
¿La perdonaste?
-Nunca la juzgué. Ella, por tener una situación y por darme lo que necesitaba, se metió con este viejo.
Viejo de mierda.
-Falto de educación, bruto… No lo odio, pese a que me dio una infancia de mierda. Por otro lado, provocó algo bueno en mí: me puse protector de todo el mundo y he servido mucho. No me gustan las peleas y jamás golpeo la mesa. Lo haré una o dos veces al año y queda la cagá, porque el “Pollito” no se enoja, no pelea.
¿Cómo tomaste cuando tu primo, el cura Silva, intentó suicidarse?
-Estaba en Valdivia y me entero. Llamé a sus hermanas, quienes no conocían la razón de lo que hizo Lucho y pensaban que era por el cáncer que tuvo y otros problemas personales que nada tienen que ver con lo que estamos escuchando de los curas.
Pedofilia.
-Nada que ver.
¿Por qué no quería vivir?
-Mira, a Dios gracias se ha recuperado, está con una psiquiatra muy buena, y apenas lo vi aproveché de contarle que yo también estuve deprimido y se me pasó por la mente la opción, sin tomar la decisión, de suicidarme. Me sirvió mucho conversar con él porque es un tipo muy lindo, muy instruido.
Pero es doblemente triste que un curita no quiera vivir…
-Se lo dije, le pregunté: “¿qué te pasa con tus conversaciones con Dios, por qué requieres quitar la vida que él te dio?”. Estaba muy consternado.
La forma también fue muy dramática, eso de cortarse las venas…
-Atroz, y cuando vio que no le resultaba hizo muchas más cosas. A Dios gracias entró su chofer y lo encontró, porque como te digo, hizo muchas cosas por quitarse la vida.
LA UP
¿Qué recuerdos tienes de la UP? ¿Te despreciaban los artistas comprometidos con la causa?
-Hubo algunos que fueron termocéfalos recalcitrantes y se pasaron pal otro lado, lo que provocó que tuvieran que actuar los milicos con las lamentables consecuencias que todos conocemos. Este tema lo hablo hoy con mis compañeros de los Quila o de Los Jaivas y ellos mismos reconocen que se pasaron pa la punta. Yo lo sufrí. Salí del colegio y me puse a cantar y provoqué una histeria colectiva increíble y me transformé para muchos en un elemento alienante para la juventud y fui maltratado y perseguido por eso. Una vez la Ramona Parra me perseguía con unos fierros y yo les decía: “qué onda, hueón, qué les pasa”. Me gritaban capitalista de mierda. Capitalista de qué, hueón, de qué. Tuve que arrancar. El Puro Chile me daba el Huevo de Oro todas las semanas por órdenes del partido, porque no cantaba canciones sociales, porque alienaba a los jóvenes. Tenía 19 años y no cachaba ná; vivía en calle Club Hípico, jugaba a la pichanga con mis amigos, cuidadores de caballos de carreras. Éramos pura gente humilde y este maltrato me hizo sufrir mucho.
Te tenían pal fideo…
-Yo me preguntaba: “¿qué sabís voh, conchetumadre, todo lo que he vivido?”. Vengo de la cuneta, por eso he durado 45 años cantando, porque tengo cuneta. Pero todos dále con el Pollo, que La Última Hora, El Clarín, el Puro Chile…
Onda bullying, castigao por sus pares…
-¿Y qué me decís de los actores? Anda a darte una vuelta ahora a la tele. Hubo gente que sacó todas sus amarguras, lo peor de sí, y fueron violentos y esto de la UP se entorpeció, se ensució y después vino una venganza muy fuerte, que fue el golpe militar.
¿Qué pensaste de ese día?
-Venía viajando a Chile y tuve que quedarme en Buenos Aires porque no se podía entrar. Debo confesar que en ese momento dije: “puta, qué bueno. Los militares van a poner orden y se van a ir”. Nunca pensé que iba a pasar todo lo que pasó.
CHACARILLAS
¿Eres de esos que dice que no tenías idea de lo que estaba pasando?
-Al principio no tenía idea, después los rumores eran muy fuertes y no creía. Pero obviamente que me di cuenta, porque que dejaron la cagá, la dejaron.
¿Le crees a gente que dice que no tenía idea?
-Ni cagando. Menos a los que están en el gobierno y ahora son ministros o senadores, no. Está bien que uno no sepa porque no está metido en esto, pero ellos…
¿A ellos los consideras cómplices de todas las aberraciones que ocurrieron?
-Mmm… Podría ser por omisión… Pero mira, era difícil porque si denunciabas te ibas cortao. Y no sé, no tengo carne de mártir. De haber podido, obvio que hubiera ayudado personas pero no al punto de que me mataran o le hicieran algo a mis hijos o mi mujer. Yo soy más bueno que la cresta y con todas las veces que digo que sí, si fuera mujer ya hubiera estado embarazado 600 veces. Pero no tengo esa pasta de mártir.
¿Para el plebiscito te llamaron de alguna campaña?
-De la del Sí y dije que no.
¿Qué votaste?
-¿Me creerías si te digo que voté en blanco? Estaba completamente indeciso.
Pero fuiste a Chacarillas…
-Un día estoy en mi casa y llega Jorge Mackenna y me dice que me gané un premio de la Juventud y que había que ir a buscarlo al cerro. Fui, no hice ninguna huevá, no me quedé a ninguna huevá y me fui.
¿No lo asociaste a “Vamos general, yo lo apoyo”?
-Para nada. Ahora, sabiendo lo que sé, no hubiera ido ni cagando. La lectura era “sigamos torturando” gente y jamás me hubiera prestado para eso.
Bueno, se supone que los artistas no se meten en política…
-Apoyé a Frei. En la primera vuelta voté por Marquito, pero en la segunda por Frei.
Háblame de Piñera.
-La caída en su popularidad es terrible. Yo creo que el Presidente tiene mucha gente buena a su lado pero me da la impresión que no tienen libertad para actuar. O está actuando muy como empresario y no como político porque esta cuestión no se trata de dirigir una fábrica de dulces ni de zapatos ni una minera. Le falta conocer la realidad.
Háblame de Chile…
-Mi niña preciosa, son unos pocos los que manejan este país. Y eso es peligroso porque no los vai a sacar nunca. No puede ser que una persona gane, 300 mil pesos y su patrón 300 millones. ¿Cómo pueden dormir tranquilos? No hay conciencia cristiana en estos mismos señores que van los domingos a misa con sus hijas de vestidos largos y floridos y los niños poco menos que vestidos de marineros, y que se golpean en el pecho y se hacen ricos a costa de sus empleados. Eso me indigna. Eso no me gusta de este país.
¿Y la gente?
-Ya está choreá, ahí tienes a los Washiturros, todos los cabros hablando otro idioma, formando guetos porque los abandonamos, porque no sienten que pertenecen a Chile, porque han sido postergados. Es natural, se independizaron, porque están solos. Por eso el regetón, el rap y esa forma de reclamar y por eso un hueón va y le pega una patá en la cabeza a otro sin pensarlo. Porque vive con odio, porque no tiene respeto porque nadie ha tenido respeto ni consideración con él. Esto no da para más y esta huevá no es culpa ni de los milicos ni de Piñera, es culpa de todos, nuestra culpa.
Bueno, vas a ser concejal…
-Sí. Soledad Alvear me invitó y yo la quiero mucho. Así como quiero mucho a Evelyn Mathei, la encuentro espectacular. No es una cosa de partidos, pero me quedo con Soledad porque ella ha sido cariñosamente insistente y me ha visto cantar y se da cuenta que la gente va a ver al Pollito, no sólo a un artista.
¿Por qué comuna vas?
-Ellos saben. Se supone que voy a arrasar.
¿Por qué no alcalde?
-No quiero ser alcalde, quiero ser concejal, ayudar a la gente y seguir cantando, porque es mi vida.
Juégatela para las próximas elecciones presidenciales.
-Hasta el día de hoy me gusta Marquito. Si tuviera que votar hoy votaría por él. Lo encuentro derecho, que quiere ayudar, además tiene una muy buena primera dama, la Karen, a quien quiero mucho. Es la mejor animadora de Chile.
¿Conoces al Negro Piñera?
-Sí, pero no somos amigos.
¿Por qué?
-Somos distintos, no nos gustan las mismas cosas, no nos reímos con lo mismo, no tomo, no fumo ni le hago a nada. Yo fui puto y nada más. Parece que ahora lo tienen medio escondido, pero mira, no es un delincuente, es un loquillo no más.
Ya, pero has probado alguna droga…
-Una vez fumé marihuana y me fui en pálida.
¡Terrible, Pollo!
-Otra vez le pedí a un hueón en Iquique que me diera un papelillo porque estaba reventao y el hueón se cagaba de la risa porque dice que bailaba de punta a punta por el escenario, loco. En la noche no podía dormir, por la cresta.
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