El Mercurio
Cecilia Echenique y Eduardo Gatti realizan shows junto a sus hijos; Claudio Narea y Álvaro Scaramelli han incorporado a los suyos en su banda, pero todos ya administran una promisoria carrera independiente de las de sus padres. "El Mercurio" reunió a los orgullosos padres con los compositores de la nueva generación Benjamín Walker, Manuel Gatti, Juan Pablo y Daniel Narea y Adriano y Gianluca Scaramelli.
José Vásquez
La vigorizada última actuación de Sting en Santiago, a comienzos de mes, coincidió con su gira en plan familiar. Además de salir a recorrer el mundo con un macizo disco, la voz de "Shape of my heart" emprendió el viaje con su hijo Joe Sumner, a quien patrocinó en el escenario como su número de apertura y luego, invitándolo a ser parte desde los coros en su propio show.
La idea no es nueva, aunque solo tiene buenos resultados en el tiempo si la acción no se transforma en un espectáculo de beneficencia. "Es importante poner en el papel que el ser hijo de un artista conocido no significa un éxito instantáneo", dice Álvaro Scaramelli, quien incorporó en sus shows en vivo a sus hijos Adriano y Gianluca, quienes además trabajan en un proyecto como dupla.
Cecilia Echenique, Eduardo Gatti y Claudio Narea son también algunos de los músicos que se presentan regularmente en el país con sus herederos musicales, transformando el escenario en una tradición familiar que defienden no como un capricho. "Escogí cantar con Benjamín (Walker) no porque fuera mi hijo, sino porque sentí que por su forma de interpretar era el artista adecuado para hacerlo", cuenta Echenique, sobre el presente que la tiene realizando actuaciones junto a su hijo Benjamín Walker, Artista Revelación de los Premios Pulsar en 2015 y quien ya está próximo a estrenar su segundo álbum, "Brotes".
La crítica es importante para que la relación fructifique y en eso, Narea es riguroso con los suyos. "Mi papá es muy estricto", dice Juan Pablo, y su hermano Diego cuenta que cuando le muestran música al ex guitarrista de Los Prisioneros, este no tiene problemas en decirles: "'Esos acordes no, porque son feos'. Él es duro, pero muchas veces también es muy útil en sus consejos".
El ambiente en el hogar puede estimular la creación y en el caso de Eduardo Gatti, fue lo que empujó a Manuel a pensar en ser músico desde la niñez. "Las guitarras andaban tiradas por toda la casa, solo faltaba que hubiera guitarras en el baño", dice la voz de "Los momentos", que se dio cuenta de forma temprana que el camino de su hijo estaba en la música: "Él a los 10 años me dijo: 'Mira, papá, lo que saqué', y era 'Castles mades of sand', de Jimi Hendrix, tocada muy bien, no era que lo hacía más o menos, era muy sólida, entonces ahí dije profético, 'parece que vamos a ser colegas'".
Los Narea: Música, leyes y política
Hay un momento que Daniel recuerda como decisivo en su motivación para ser músico: viendo a su padre en el escenario junto a Los Prisioneros tocando en el Estadio Nacional. "Ahí dije: 'Qué bien se pasa tocando'", recuerda el hijo cientista político de Claudio Narea. Juan Pablo, su otro hijo músico se acaba de titular de abogado y, como padre orgulloso, Claudio destaca que fue el mejor de su generación. Ambos jóvenes, en un mundo ideal, quieren compatibilizar sus carreras universitarias con la música. "Ojalá podamos divertirnos y pasarlo bien en lo que hagamos, que no sea un trabajo donde nos sintamos obligados a estar", dice Daniel. Juan Pablo toca con su padre en Profetas y Frenéticos (se presentan el 9 de junio en La Batuta) y además prepara el lanzamiento del primer EP junto a su hermano con la banda Psiconauta, un trabajo que esperan lanzar este año. "Ellos pueden haber sentido que a veces se me pasaba la mano con las críticas, pero hoy los resultados son mucho mejores a que si no les hubiese dicho nada", dice Claudio, entusiasmado con el nuevo proyecto.
Los Scaramelli: Evitando la influencia
Álvaro Scaramelli es claro en señalar que él evitó influenciar a sus hijos, los mellizos Adriano y Gianluca, para que siguieran el camino de la música. "Nunca hubo instrumentos musicales en mi casa", dice el ex Cinema y explica sus razones: "Soy un convencido de que esta es una carrera muy difícil, una lotería. Para vivir de la música y que te vaya bien tiene que ver también mucho el destino. Que ellos decidieran ser músicos fue una motivación propia que luego yo apoyé". Después de verlos en el colegio presentándose en una actividad junto a Joe Vasconcellos, el actual presidente de la SCD se dio cuenta de que los jóvenes ya podían tocar con él en su banda. Se perfeccionaron y desde hace cuatro años giran juntos, ganando un dinero que reinvierten en su propia carrera. "Con mi hermano pasamos por hartas etapas, punk, rock alternativo y hoy trabajamos en Adriano & Gianluca, un dúo enfocado al funk con el que acabamos de estrenar el single 'Todo se acabó' (disponible en plataformas como YouTube)", cuenta Gianluca, quien adelanta que su primer EP, saldría dentro de las próximas semanas, entre junio y julio.
Los Echenique-Walker:Fiato embrionario
Benjamín Walker debutó en los estudios de grabación cantando villancicos cuando tenía 10 años. "Desde la cuna se notaba que era un niño con talento musical, ya que se movía con ritmo cuando le cantaba", cuenta Cecilia Echenique, recordando que para su hijo, el escenario siempre fue una extensión muy natural de lo que veía en su casa. Hoy, Walker está próximo a lanzar su segundo disco en junio y, además, grabó para el nuevo álbum de su madre que saldrá en los próximos meses. Un título en el que condensa en nuevas versiones y con invitados sus 30 años de carrera. Benjamín participa en "Porque siempre hay tiempo", un tema que, cuentan, salió en la primera toma. "Es que la he cantado toda mi vida, la vengo escuchando desde tu útero", bromea el cantautor con su madre. El 22 de agosto será la presentación de este álbum en el Teatro Nescafé de las Artes, donde Echenique estará acompañada de todos sus invitados.
Los Gatti: Unidos por los 70
Caminan juntos, pero corren por separado. Gatti está tocando desde hace algunos años con su hijo Manuel, pero no quiere que esta unión tome una denominación en vivo como "Los Gatti". "Mi idea es que mantengamos cada uno nuestros proyectos por separado, aunque nos acompañemos en el escenario. Es importante para los dos, para mantener la libertad de cada uno", dice. Manuel tomó la guitarra de forma inevitable (ver nota) a los 7 años, pero recién a los 18 se atrevió a cantar. Luego de algunos proyectos y un viaje a Holanda, regresó a Chile para trabajar en su nuevo conjunto, Gran Hermano, un trío integrado por Christian Guzmán y el actor César Sepúlveda, con el que planean lanzar un disco este año. Mientras tanto, comparte escenario con su padre. "Manuel me acompaña en algunas canciones. Hacemos una dupla muy rica. Nuestras guitarras se entrelazan en un tejido bastante complejo y bonito. Tenemos mucha empatía, porque manejamos códigos parecidos. Él está muy interiorizado en la música de los 70, por lo que usamos un lenguaje bien especial con el que nos matamos de la risa cuando viajamos".
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