Su objetivo es que las melodías se escuchen como si se estuviera en la sala de grabación. Además, son más eficientes en comprimir los archivos, por lo que logran alta calidad en menos espacio. Servicios de streaming de música como Spotify, Apple Music o Tidal usan formatos de este tipo, como Ogg Vorbis, AAC y Flac.
Alexis Ibarra O.
MP3, Napster, reproductor portátil. Palabras que en 2017 suenan añejas, pero que hace dos décadas fueron los pilares de una revolución: la de la música digital.
Esta semana, el Instituto Fraunhofer, creador del MP3, marcó el fin de una era al informar que concluía el licenciamiento del formato. "Agradecemos a todos nuestros licenciatarios por su enorme apoyo en hacer de MP3 el codec de audio estándar en el mundo durante las pasadas dos décadas", escribieron en un comunicado.
La "magia" del MP3 es que logra reducir el tamaño de una canción a una décima parte de lo que "pesa" el archivo de un CD de audio. Para lograrlo, el MP3 suprime frecuencias y trata de hacerlo con aquellas no audibles. "El MP3 es el formato de compresión más popular y permitió que a fines de los 90 se pudiera mover audio digital de un lugar a otro usando muy poco ancho de banda, ideal para los comienzos de internet", dice Luis Ahumada, director de MediaStream, empresa líder en la región en servicio de streaming de audio y video.
Pero el panorama cambió. Los discos duros ahora tienen más capacidad y los planes de internet ya son capaces de transmitir archivos grandes en apenas unos segundos. "Ya hace tiempo que la industria está trabajando con otros formatos, como AAC, AAC+ o HE-AAC, que son el doble de eficaces en comprimir", dice Ahumada.
Para entender esto, primero hay que saber que la compresión de un archivo se mide por su tasa de compresión (bitrate) en Kbps (kilobits por segundo). Un archivo MP3 estándar tiene una tasa de compresión de 128 Kbps, pesa 4 megabytes y se escucha relativamente bien. "Los especialistas lo van a notar... si escuchas un MP3 en un equipo de audio con buenos parlantes, te darás cuenta de que la calidad del audio no es buena", dice Ahumada.
Con los nuevos formatos, como el AAC, un archivo de 4 megas puede tener una tasa de compresión el doble del MP3; es decir, 256 Kbps, por lo que su calidad es mayor y ocupa el mismo espacio.
Los servicios de música en línea hace tiempo que dejaron de usar MP3 para transmitir sus archivos. Spotify, por ejemplo, usa el formato Ogg Vorbis en 320 Kbps para las cuentas Premium, para quienes quieren música en la más alta calidad, mientras que Apple Music usa AAC de 256 Kbps.
Pero hay formatos de todavía mayor calidad, como Flac. Es un codec del tipo LossLess; es decir, para comprimir la información no requiere suprimir frecuencias, por lo que no se afecta su calidad. Eso sí, a diferencia del MP3, logra reducir un archivo solo a la mitad de su tamaño.
Flac se usa, por ejemplo, en una nueva línea de reproductores, parlantes y audífonos de Sony, que promete música Hi-Res; es decir, de alta resolución. Hay portales que ofrecen para descarga música en este formato. Un archivo de audio de alta calidad puede pesar entre 50 MB y 100 MB por canción, y, según los entendidos, es lo más cercano a escuchar la música tal como lo hace el ingeniero de sonido en el estudio de grabación.
Pero no hay que engañarse. "No se saca nada con acceder a este tipo de archivos si se va a escuchar la música con los parlantes del PC o con audífonos comunes", advierte Felipe Ferrada, académico de la carrera de Técnico en Sonido del Instituto Profesional Santo Tomás y socio en el estudio de grabación Audiocustom.
Para sacar provecho a estos nuevos formatos de alta calidad -dice Ferrada-, la grabación original debe haber sido hecha con estándares Hi-Res, con tasas de muestreo mayores de 44,1 Khz (la tasa de muestreo que se asemeja a la resolución de una fotografía o a los cuadros por segundo de un video). Pero, además, el reproductor de audio debe ser Hi-Res, y los parlantes o audífonos también. De lo contrario, es como ver un video DVD en un televisor 4K.
Ya hay servicios -como Tidal, que está disponible en Chile- que ofrecen transmisión de música en línea en el formato Flac de muy alta calidad. Un sonido que agradecerán los oídos más refinados solo si tienen equipos de audio de calidad.
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