El tenor mexicano , uno de los más cotizados de la actualidad, explica por qué abordará Lieder de Beethoven y también a Liszt en su recital del 2 de agosto en Corpartes, y adelanta los próximos planes de su meteórica carrera.
Romina de la Sotta Donoso
Es una de las figuras líricas más cotizadas del momento. Solo entre octubre y diciembre, Javier Camarena (1976) actuará en la Ópera de Los Angeles, el Teatro Real de Madrid y la Ópera de Viena. Escenarios a los que retornará en 2018, así como al MET de Nueva York, la Ópera de Berlín y el Festival de Salzburgo.
Pero antes hará una gira sudamericana que lo traerá por primera vez a Santiago. El 2 de agosto, el tenor mexicano dará un recital en Corpartes (Rosario Norte 660, desde $14.400). Lo acompañará el pianista Ángel Rodríguez, el mismo que vino con él en su anterior visita al país, cuando solo se presentó en el Teatro del Lago de Frutillar.
Camarena destaca la sensibilidad y musicalidad de Rodríguez: "Somos muy afines en nuestra visión de las obras que interpretamos juntos, lo cual es sumamente importante para lograr la unidad expresiva e interpretativa".
La primera parte del recital será de música que define como "maravillosa, de una intensidad y profundidad propias del romanticismo": los Tres Lieder , Op. 83, de Beethoven, con textos de Goethe, y "Tres Sonetos de Petrarca", de Liszt. Estos últimos, confiesa, "me emocionan y encantan. Cada una de las canciones en Petrarca son himnos al amor, a la esperanza, a la contemplación divina del ser amado. Son, sin duda, joyas del repertorio de canción de cámara".
En la segunda parte abordarán cinco arias, partiendo por "Esta imagen es encantadoramente bella", de "La Flauta Mágica" (Mozart). Seguirán con belcanto: "A te, o cara...", de "I puritani" (Bellini); "Languir per una bella... Contenta quest'alma", de "L'italiana in Algeri" (Rossini), y dos de Donizetti: "Tombe degli avi miei... Fra poco a me ricoverò...", de "Lucia di Lammermoor", y "A mes amis! Quel jour de fete...", de "La fille du régiment".
"Cada uno de los personajes que interpretan estas piezas vive una situación distinta y expresa sentimientos y emociones diversas que van desde la genuina esperanza hasta una total resignación; del amor, a la ilusión de ser correspondido. Esta segunda parte del programa es emocionalmente muy completa y compleja", explica el tenor.
Próximos desafíos
Su carrera, Camarena la ha forjado sin prisa. A su propio ritmo y sabiendo decir no.
"Hoy por hoy, el belcanto italiano es el repertorio donde me siento más completo y más capaz", dice.
-¿Tiene algún arrepentimiento en el ámbito del repertorio?
"Puedo sentirme afortunado de decir que, a la fecha, no me arrepiento de lo que he aceptado cantar, ni de lo que he rechazado en algún momento. Siempre he sido muy consciente de los pasos que quiero dar y todas mis decisiones han sido tomadas con base en las metas que quiero conseguir a corto, mediano y largo plazo. Se necesita valor, humildad y convicción para saber decir 'No' cuando no se está listo para algo. Es el proceso natural; aprendes a gatear, antes de caminar, y a caminar antes de correr".
-¿Hacia dónde proyecta su desarrollo como tenor? En abril debutó como el duque de Mantua, en "Rigoletto" (Verdi), en Barcelona. ¿Lo considera un paso hacia Alfredo, en "La Traviata" (Verdi)? ¿O hacia Rodolfo, de "La bohème" (Puccini) o "Idomeneo" (Mozart)?
"'Rigoletto' no ha sido 'un paso hacia...'; más bien fue la meta a la que llegué pasando por 'Maria Stuarda' de Donizetti e 'I Puritani' de Bellini. No tengo la ambición, por ahora, de moverme a un repertorio verista. Mi meta, en los próximos 6 a 8 años, será consolidar un repertorio lírico belcantista y abordar poco a poco el repertorio de la ópera romántica francesa".
-Usted es conocido por su humildad. Ahora que ya es un referente, ¿cómo vive su fama?
"Debo decir que no creo en la fama. Sé que hay muchos jóvenes estudiantes de canto que toman mi trabajo como referencia, ya sea de manera interpretativa o técnica. Esto para mí es una gran responsabilidad, me siento día a día obligado a dar lo mejor de mí, a prepararme siempre con un estudio exhaustivo y un análisis bien concienzudo de lo que quiero entregar en cada interpretación, de manera que tengan en mí un referente fiel a lo que el compositor pide al cantante a través de sus partituras".
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