El director inglés debutará el 14 de julio en el Municipal de Santiago con esta célebre creación verdiana. Advierte que hay ciertos guiños a la polémica cinta "El lobo de Wall Street", de Scorsese.
Maureen Lennon Zaninovic
Desde su debut, en el Teatro La Fenice, "Rigoletto" de Verdi generó alto impacto. No solo por el contenido erótico de la obra teatral en que se basó ("El rey se divierte", de Victor Hugo), sino también por sus aristas políticas. En 1848 se inició la primera guerra por la independencia italiana y en ese período -la ópera se estrenó en 1851- no era bien vista la historia de una lujuriosa y corrupta autoridad política y de su servidor (un bufón), quien lo ayuda a cumplir sus poco santos deseos. Todo va bien hasta que descubre que su adorada hija (Gilda) también es víctima de esos apetitos sexuales.
La propia creación de Victor Hugo -que sirvió de base para el libreto de Francesco Maria Piave- fue duramente atacada por las autoridades de la época como una obra subversiva. La mera idea de un bufón tratando de asesinar a un rey era absolutamente inaceptable para la Europa posnapoleónica, donde se intentaba, por todos los medios, de restablecer el "orden" anterior a la Revolución Francesa. En cuanto a Giuseppe Verdi, la censura de esos años le exigió que se omitieran los nombres de los personajes de la obra de Hugo, para separarla de los escándalos acaecidos en la presentación francesa. De esta manera el compositor, junto a Piave, ideó una derivación del verbo francés "rigoler", que significa bromear, y creó el tan célebre Rigoletto.
"Cuando Victor Hugo escribió 'El rey se divierte' estaba hablando del segundo imperio y de su época. No creo que 'Rigoletto' sea una crítica social, a diferencia de la obra 'Los Miserables', del mismo autor. La ópera de Verdi es un drama psicológico. Verdi decidió ambientar la historia en Mantua, para evitar problemas con la censura y con la monarquía francesa, pero, fuera de eso, para el músico italiano la figura central es la del bufón, que de manera ciega busca la venganza a toda costa", advierte el régisseur inglés Walter Sutcliffe, quien tiene a su cargo una nueva producción de este título, a partir del 14 de julio en el Municipal de Santiago. Maximiano Valdés conducirá a la Orquesta Filarmónica de Santiago y Kaspar Glarner diseñó la escenografía y vestuarios.
Una propuesta real
El profesional británico es director de la Northern Ireland Opera y añade que después de su paso por nuestro país, el montaje se presentará en Belfast. Sobre la puesta en escena que está preparando para el escenario de Agustinas, Walter Sutcliffe explica "que mi producción de 'Rigoletto' es muy real. No me gusta hablar de algo moderno o clásico, sino de una propuesta que resulte cercana, que hable al mundo de hoy".
-La régie de 2004 de Stefano Vizioli fue muy polémica por su contenido erótico. ¿Su puesta en escena sigue esa línea?
"No en una primera línea. El centro de 'Rigoletto' es un hombre que odia el mundo en que está inserto. El bufón es un ser discapacitado, desde un punto de vista emocional. Su esposa murió, odia su trabajo y nadie lo respeta. Siente celos y es infeliz. Ve el mundo desde una miraba muy amarga. Cuando trabaja en la corte intenta que todos se porten mal, porque en la medida en que todos actúen mal, los verá sufrir. Crea un ambiente muy poco grato en el que nadie puede confiar del otro. Por eso digo que 'Rigoletto' es un drama sicológico. Es una tragedia de la venganza. Efectivamente la corte del duque es un poco como 'El lobo de Wall Street', de Martin Scorsese, o las fiestas 'Bunga Bunga' de Berlusconi. Vemos a gente que se porta muy mal: numerosas personas que pagan por sexo y por niñas lindas. Ese es el mundo de Verdi y de Victor Hugo, pero no hay que ser muy evidente para mostrarlo, porque estamos ante una realidad que aún hoy existe y la vemos a diario. La relación entre el duque y Gilda tampoco es completamente sexual. El duque, que sabe que puede comprar a todas las mujeres del mundo con su dinero, ve en Gilda la posibilidad de acceder a algo nuevo, diferente. Comunicar esa relación para mí es clave".
PROGRAMARSE:
Municipal de Santiago
Desde el 14 de julio, a las
19:00 horas. Entradas desde
$8.000.
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