jueves, enero 10, 2019

Autora de canciones: Violeta Parra al centro de la partitura

IÑIGO DÍAZ
Cultura
El Mercurio

La transcripción por primera vez al pentagrama de una treintena de canciones fue elaborada por Juan Antonio Sánchez y Fernando Carrasco, quienes junto al musicólogo Juan Pablo González presentan el libro "Violeta Parra. Tres discos autorales".



"Nos encontramos con sorpresas muy hermosas e inesperadas. Se nos fueron apareciendo instrumentos que uno habitualmente no escucha ahí", dice el músico Juan Antonio "Chicoria" Sánchez en el mismo ejercicio que haría un adolescente de los años 80 para descifrar la línea del bajo en una canción de Los Beatles. "No existen las pistas de las grabaciones de Violeta Parra, así que tuvimos que afinar el oído, escuchar, escuchar y escuchar sus canciones para obtener los resultados", agrega.

En una dupla junto con el compositor Fernando "Huaso" Carrasco, trabajó en la transcripción de 33 canciones de Violeta Parra -quien no escribió su música en partituras-, parte de un nuevo proyecto de recuperación de su legado que se inició antes del centenario en 2017. Durante dos años, Carrasco y Sánchez tomaron el material de tres álbumes, los últimos que publicó y el primero de los discos póstumos, para reunir partituras completas. No solo la línea melódica y las armonías: todos los instrumentos. La partitura que tendría un director de orquesta en el estrado.

El material estará disponible en el libro "Violeta Parra. Tres discos autorales" (ver nota asociada), editado por la U. Alberto Hurtado junto al Museo Violeta Parra y la SCD ($12.000), que se lanza el próximo 15 de enero en el Auditorio Antar, del mismo museo.

Canción a canción se descubre cada arreglo para una o dos guitarras, bombo legüero, cuatro venezolano, incluso cornos y timbales sinfónicos, además de las abundantes variaciones vocales que hasta en una misma canción Violeta Parra podía dejar casi inaudiblemente registradas. El proceso fue finalizado por el copista Osiel Vega.

En tanto, el musicólogo Juan Pablo González elabora un estudio paso a paso por los LP "Recordando a Chile" (1965), "Las últimas composiciones" (1966) y "Canciones reencontradas en París" (1971).

"De Violeta Parra se ha hablado y escrito mucho en su calidad de poeta y también en sus facetas como artista integral, cantora, folclorista, guitarrista, compositora, bordadora, pintora, escultora, ceramista. Todo está ahí, menos la música. Nosotros nos preguntamos, ¿por qué es conocida ella en todo el mundo? La respuesta es por sus canciones. Aquí está la Violeta Parra autora de canciones", señala González.

La trilogía máxima aparece justamente en uno de esos discos: "Gracias a la vida", "Volver a los diecisiete" y "Run-Run se fue pa'l norte".

"Violeta Parra prácticamente prescindía del estribillo al escribir. El problema es que la canción pierde elementos de contrastes y retornos, que aseguran que funcione. En cambio, ella utiliza muletillas y refranes, ayayay o me voy, me voy , que repite y logra un antiestribillo", dice González como ejemplo de la tensión que existe en ella entre la tradición folclor en que se formó y su creación libre de los años 60. "Sus formas literarias, sus rasgos modales, sus usos y acordes de guitarra son de esa tradición. Tita Parra, su nieta mayor, lo describe muy bien: 'Violeta Parra entra y sale del folclor'. Por eso ella es la primera cantautora aquí".

Recordando a Chile

Juan Pablo González piensa que en este LP Violeta Parra reservó algunas canciones para un próximo trabajo, puesto que tiene una duración de 10 minutos menos que lo habitual. Con ocho canciones compuestas en París, dos cuecas recolectadas en Chile y el poema "Defensa de Violeta Parra" en voz del propio Nicanor Parra, acompañado con guitarra, fue grabado rápidamente, en directo. "Es como si replicara su propia experiencia grabando a cultores durante su intenso período de recolección folclórica de la década de 1950", escribe el investigador.

Canciones: "Arriba quemando el sol", "Paloma ausente", "Qué he sacado con quererte".


Las últimas composiciones

Violeta Parra se refería a sus canciones no como canciones, sino como composiciones: el resultado de una experiencia en las vanguardias del arte y su circulación por los ambientes de la intelectualidad, además de sus viajes. Tras grabar con EMI Odeón, este será el primer y único disco que edite con el sello RCA Victor, donde grababa Margot Loyola. El "Rincón Juvenil" lo destacó como "Lo mejor de Violeta en los últimos años". Sería ese su último año. En la fotografía de la cubierta realizada por Javier Pérez Castelblanco, y donde aparece con un charango, se le ve rejuvenecida pero al mismo tiempo con una mirada perdida. En el canto se aprecia una voz limpia y de cuidada pronunciación y afinación, y siempre delicada en la ejecución de los instrumentos.

Canciones: "Rin del angelito", "Maldigo del alto cielo", "Cantores que reflexionan", "Pupila de águila", "La cueca de los poetas", "El Albertío", "El guillatún".


Canciones reencontradas en París

Su hija Isabel, principal albacea de la obra de Violeta Parra, dispuso la edición de este material que ella había grabado en la capital francesa entre 1961 y 1963. Son ocho canciones donde destaca el contenido social de los textos y musicalmente influenciadas por las giras de recopilación que había realizado en Lautaro y Chiloé, que la acercan a los ritmos mapuches y las danzas del archipiélago.

Canciones: "Arauco tiene una pena", "Según el favor del viento", "Es una barca de amores", "La carta".

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