domingo, enero 20, 2019

Tres legendarias batutas latinoamericanas coinciden en Frutillar

Maureen Lennon Zaninovic
Música
El Mercurio

El chileno Maximiano Valdés, el peruano David del Pino Klinge y el venezolano Rodolfo Saglimbeni estarán en la 51a versión de las Semanas Musicales. Adelantan el repertorio, sus proyectos y los alcances de este festival que abre con su programación oficial a partir del 27 de enero.

Valdés debuta oficialmente como director titular de la Sinfónica Nacional Juvenil

Maximiano Valdés contesta el teléfono desde Nueva York, en medio de una pausa de un ensayo de Roberto Alagna, en el Metropolitan Opera House. "Estoy aquí porque en los próximos días, en San Juan, el tenor va a protagonizar una versión semiescenificada de 'Pagliacci', de Leoncavallo", comenta el director titular de la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico y sin duda una de las batutas chilenas con mayor proyección internacional.

El profesional confirma que a fines de enero llegará a Chile para hacer frente a otro reto artístico. "En las Semanas Musicales asumiré formalmente como director titular de la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil", dice a "Artes y Letras", refiriéndose a este compromiso que se extenderá -en principio- por tres años.

Es sabido que la agrupación estrella de la Fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles (FOJI) se encontraba desde hace más de dos años con su cargo principal vacante, desde que en enero del 2016 José Luis Domínguez se despidió oficialmente del conjunto.

"Llevar nuevamente la orquesta a las Semanas Musicales es muy significativo para nuestros jóvenes (el año pasado le tocó debutar en este encuentro como director invitado). Estamos hablando de tocar en un teatro que tiene una acústica fabulosa, pero también es un impulso para seguir creciendo. Para mí, es muy importante que estos talentos vayan conociendo más del repertorio, explicarles el contexto de las obras, el significado y la visión", explica el conductor.

El 31 de enero, a las 20:15 horas , la Sinfónica Nacional Juvenil ejecutará "El huaso y el indio", de Juan Casanova Vicuña, el Concierto para violín, de Max Bruch; y la Primera Sinfonía de Brahms. "Para el 2019 me interesa abordar este tipo de programas, es decir, que tanto yo como los directores invitados podamos dirigir una obra chilena y una pieza más tradicional, propia de un clasicismo más temprano. La Primera Sinfonía de Brahms va en esa línea porque me permite trabajar con los jóvenes la sonoridad, la limpieza y la articulación del sonido", advierte.

El director titular de la Sinfónica Nacional Juvenil remata que "siempre me ha llamado la atención de estos músicos su personalidad, madurez y disciplina. Hay en ellos un ambiente constructivo y serio, pero no están dispuestos a hacer cualquier cosa que se les pida. Tienen una actitud constructiva pero vigilante, lo que nos obliga a los directores a ser más creativos".


Sobre el venezolano Rodolfo Saglimbeni -quien en Frutillar conducirá a la Sinfónica Nacional de Chile- solo tiene halagos. "Lo conozco desde sus inicios, trabajando junto al fundador del Sistema de Orquestas de Venezuela, José Antonio Abreu. Ese país tiene una agrupación estrella: la Simón Bolívar que para nosotros es un modelo. Ese camino de excelencia y rigor artístico hay que seguirlo".

Rodolfo Saglimbeni: "La música ha sido un eje fundamental en la educación en nuestro país"

En Barquisimeto, en la llamada capital musical de Venezuela, Rodolfo Saglimbeni (1962) fue uno de los fundadores del Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles impulsado por el recientemente fallecido José Antonio Abreu: un exitoso programa que ha propiciado el despegue de millares de músicos venezolanos que hoy brillan internacionalmente. Entre otros, uno de los más exitosos es el director Gustavo Dudamel.

"Desde que conocí a Abreu, mi vida cambió. Comencé a amar la música. Gracias al sistema, la música ha sido un eje fundamental de la educación en nuestro país. Más de un millón de venezolanos que han pasado por esta experiencia no se dedican exclusivamente a tocar un instrumento, sino que también son mejores ciudadanos", confiesa el profesional venezolano a "Artes y Letras" en el foyer del ex Teatro Baquedano, después de un ensayo con la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile: la agrupación con la que -a partir del 1 de febrero y como director invitado- debutará oficialmente en las Semanas Musicales de Frutillar.

Los recuerdos continúan. En 1980, en Barquisimeto, Maximiano Valdés llegó a dirigir la Orquesta Juvenil del Estado de Lara. "En esa época era muy común que los grandes conductores pasaran por Caracas, no por el interior. ¡Ese fue uno de los aciertos del maestro Abreu! Él consiguió que estos artistas viajaran a las provincias y Valdés nos dirigió en la Séptima de Beethoven", rememora Rodolfo Saglimbeni, y añade que el artista chileno debía regresar en pocos días a la capital venezolana, pero su vuelo se canceló. "No sé por qué mi papá se enteró y se ofreció a llevarlo en auto y recorrimos cerca de 400 kilómetros hacia Caracas. Una de las cosas que más recuerdo es que me regaló la partitura de la Séptima de Beethoven. Ese primer encuentro me marcó. De alguna manera, Maximiano Valdés fue un modelo para que, finalmente, me dedicara a la dirección", dice sobre este profesional que también estará presente en la 51 {+a} edición de las Semanas Musicales de Frutillar.

Los vínculos con nuestro país tienen otro hito relevante: el año 1999 obtuvo el segundo lugar en el Tercer Concurso para Directores de las Américas que se desarrolló con el impulso de la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile. "En el jurado estaba David del Pino Kingle (en ese entonces, principal director invitado de este conjunto universitario), a quien ya había conocido previamente, en Italia, en otro certamen de dirección. Desde el 2001, con algunas intermitencias, he venido prácticamente casi todos los años a dirigir la Sinfónica Nacional de Chile y he mantenido una estrecha amistad con David del Pino. Nada de rivalidades, sino un respeto y admiración profunda hacia su trabajo", comenta el también director de la Orquesta Sinfónica Municipal de Caracas.

Sin duda, la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile es uno de los conjuntos más esperados de la programación de las Semanas Musicales. La agrupación abrirá su presencia en este festival el 1 de febrero a las 20:15 horas (Gala Nestlé) . El programa incluye "Obertura Festiva" de Juan Orrego Salas, "Capricho Español" de Rimski-Kórsakov y la Décima Sinfonía de Shostakovich. El conjunto regresará el 3 de febrero con la Quinta Sinfonía de Beethoven y el Concierto para piano y orquesta de Schostakovich (solista Luis Alberto Latorre), y el cierre tendrá lugar el 5 de febrero con "La Creación" de Haydn.

"La Décima Sinfonía y el Concierto para piano parece que hubieran sido escritos por dos compositores diferentes. Se sabe que el Concierto para piano lo creó el músico para su hijo Maxim. Su segundo movimiento es muy fresco, virtuoso, de carácter muy positivo: una hermosa comunicación filial. La Décima, en tanto, para mí es una de las sinfonías más logradas y oscuras de este creador. Es un testamento de la integridad humana y, sobre todo, de la interioridad humana de Shostakovich", remata Saglimbeni

David del Pino: "Mucha gente me preguntaba cuándo iba a volver a las Semanas Musicales"

El músico nacido en Lima camina apoyado en un bastón. El actual director de la Orquesta Sinfónica Provincial de Rosario (Argentina) confiesa que -a raíz de una infección como consecuencia de una operación en la columna- estuvo hace algunos meses literalmente "entre la vida y la muerte" y canceló todos sus compromisos más inmediatos. "Estoy impactado por el cariño de todos los músicos y de las orquestas que he dirigido. ¡Hicieron tantas cadenas de oración! Tremendamente agradecido", señala David del Pino Kingle en el Teatro Novedades, en el barrio Yungay, a pocos minutos de que inicie una presentación de la Orquesta Usach de la que fue su batuta titular, entre 2009 y 2011.

La trayectoria de este artista ha estado íntimamente ligada a la historia de las Semanas Musicales de Frutillar. Su vínculo se remonta a 1997, cuando le tocó liderar -como principal director invitado- a la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile. Luego, como titular del conjunto, siguió presentándose en esta ciudad. "Fueron ocho años inolvidables. Salvo una vez que protesté porque encontré que los baños de los músicos eran inmundos y no al nivel que se merece este festival, mi relación con Frutillar ha sido muy dulce. Después de ese reclamo me junté con quien fuera su presidenta, Flora Inostroza, hicimos las paces y terminamos siendo muy amigos. Lloré mucho cuando me enteré de su muerte. ¡Ojalá hubiera gente más loca y soñadora como ella!".

Del Pino Kingle añade que, en 2007, estaba todo confirmado para que dirigiera a la Sinfónica Nacional de Chile, pero no se pudo. "Mucha gente me preguntaba cuándo iba a volver a las Semanas Musicales y cuando confirmé mi regreso, varios me avisaron que ahora sí querían comprar entradas. Es muy bonito comprobar el cariño que generé en la gente".

Esta vez su retorno será al mando de la Orquesta de Cámara de Chile con dos programas diversos. El martes 29 de enero, a las 20:15 horas, la protagonista será la última ganadora del Concurso Luis Sigall: la soprano chilena Alyson Rosales, con una selección de populares arias de ópera. Al día siguiente, este conjunto abordará, entre otras piezas, la Séptima Sinfonía de Beethoven y "Nguillatuwe" del compositor chileno Rafael Díaz.

"En 2004 tuve el honor de dirigir en Frutillar a Patricia Cifuentes: la primera cantante chilena que ganó el Concurso Dr. Luis Sigall. 15 años después me toca Alyson Rosales, a quien conozco muy bien porque integró el Coro de la Usach. Siento que, de alguna manera, estoy haciendo historia en este festival al conducir a dos premiadas sopranos nacionales", dice, y añade que la obra de Díaz sorprende por "una emotividad, por una austeridad propia de la cultura mapuche. Por otro lado, Beethoven es Beethoven. Es el gran revolucionario" .

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