sábado, enero 05, 2019

Las revistas de música como periodismo de resistencia


El Mercurio

De paso por Chile, Juan Cervera, director de Rockdelux, la revista de rock más antigua en español, asegura que el estilo perdió su "fuerza transgresora", que los jóvenes no leen cuatro páginas seguidas y que la gran debilidad de la información musical actual es que la mayoría de blogs y sitios prescinde del editor. 

Felipe Rodríguez
Pocos minutos antes de esta entrevista, Juan Cervera, director de la revista de rock española Rockdelux, está repasando las redes sociales y soporta estoico la avalancha de insultos que los lectores le dedican a la portada de diciembre. Para un aficionado tradicional a sus páginas, el personaje protagónico parece un mal chiste. Es J Balvin, el reggaetonero colombiano, promocionando su nuevo álbum, "Vibras".

El impacto es brutal, pero Cervera había tenido un aviso. Unas semanas atrás, la revista publicó en su sitio una crítica sobre un show de Maluma en Madrid y los comentarios fueron lapidarios; los trataron de ser vendidos y los acusaron de falsear su credibilidad rockera.

Cervera, de visita en Chile por una invitación al festival valdiviano Fluvial, asume su responsabilidad, pero le quita dramatismo. "Nunca hemos tenido complejos en tratar cualquier tipo de música. No entiendo este nivel de caos para los lectores. Hay un nivel de desprecio alto, nos dicen que cómo pudimos caer tan bajo. La escena latina la escuchamos y si es buena, le damos espacio. El problema es que el público de rock es tan fundamentalista como los metaleros. Y no te perdona", dice.

Con 33 años de existencia y casi 400 números -384, para ser precisos-, Rockdelux es la revista musical más antigua en español. (Casi) siempre enfocada al rock, por sus páginas han pasado próceres como Lou Reed, Bjork, Massive Attack, Prince, The Smiths, Eels, Tom Waits y tantos otros. Sus décadas de gloria fueron los 90 y 2000. Pero los últimos años cambiaron la forma de escuchar e informarse sobre música. Aparecieron Spotify, YouTube y cientos de blogs como competencia. Sin olvidar un aspecto fundamental: el rock cada vez fue perdiendo su fuerza transgresora y la música urbana y el hip hop se convirtieron en los nuevos referentes.

"El rock tiene menos relevancia. Ahora lo puedes escuchar en un centro comercial, en un ascensor y en un supermercado. Los rockeros ahora no destrozan hoteles ni se drogan o emborrachan. Hacen ejercicios y toman jugos naturales. Así es difícil que aparezca un gran grupo que genere un movimiento, como lo hizo Nirvana", indica.

Cervera siente nostalgia por los medios que han caído en el camino. Asegura que hacer una revista de rock en papel "es un acto de resistencia". Se venden pocas revistas y diarios, lo que ha hecho que demasiados medios debieron desaparecer.

Recuerda casos emblemáticos como la desaparecida Melody Maker o NME -ambas inglesas-, que funciona solo como página y se sorprende que en Estados Unidos no se publique nada en papel centrado en el rock. "De lo que queda, creo que Mojo o Pitchfork tienen un nivel de calidad medio alto. En España, por ejemplo, hay una revista tan histórica como Rockdelux dedicada al metal y llamada Popular 1, donde no saben escribir. La aparición de revistas por internet o blogs dedicados al rock no es buena porque no hay filtro de edición y se nutren de colaboradores fans que no saben ni analizar ni escribir. De esa manera, no te puedes informar".

Rock, internet y tendencias

Para Cervera, la importancia primordial para desarrollar una revista de rock es ser amante de la música y escribir muy bien. Y cita ejemplos. Cuenta que, en sus comienzos, uno de los puntos diferenciadores de su trabajo fue que jamás se limitaron a publicar solo lo que recibían de las disqueras. Compraban álbumes importados, pedían discos a Londres o París o encargaban a los amigos que viajaban al extranjero. "Había un romanticismo que desapareció. Escuchar un disco nuevo era una ceremonia. Recuerdo los primeros discos de Pixies, Sonic Youth, R.E.M., que no se editaban en España o los primeros singles de The Smiths, Violent Femmes y Jesus and Mary Chain. Ahora te mandan los discos en carpetas o das un clic y listo".

-¿Cómo son los hábitos de consumo de las nuevas generaciones?

"Se informan por redes sociales y su capacidad lectora se concentra en titulares llamativos y frases cortas. Para un chico de 20 años leer cuatro páginas es algo insólito. Por eso que hacer una revista en papel es un acto de resistencia".

Para Cervera, la mayor satisfacción es poner en portada a un artista que puede ser minoritario, pero que tiene un público receptivo a su música. Recuerda que, en sus inicios, hicieron portadas con rockeros desconocidos en España, pero que después se globalizaron. "La primera vez que pusimos a Prince nos criticaron mucho: que era muy comercial, que sus canciones eran muy pop, que la música negra no pegaba. Para mí, eso es trabajar en forma independiente".

-¿Cuáles son sus mejores y peores entrevistados y sus artistas favoritos?

"Lou Reed era un señor bastante estúpido, muy seco para hablar y que ocupaba muchos monosílabos. Bryan Ferry, por otra parte, es encantador, muy amable, habla muchísimo y dio una de las entrevistas más divertidas. Un caso raro fue Alan Vega, de Suicide. Tenía por costumbre hacerse cortes en diferentes partes de su cuerpo en los shows. Lo entrevisté en el camerino y tenía cortes donde le brotaba sangre. Mis artistas favoritos son, pese a todo, Lou Reed, The Doors, PJ Harvey, Cat Power y Neneh Cherry".

-¿Hay vida para el periodismo musical?

"Siempre que exista el papel del editor. Con la revolución digital ese filtro desapareció. A las páginas les falta profesionalismo porque escribes y nadie te revisa".

-Si la gente lee menos, por qué entonces se publica tanta literatura musical...

"Es sorprendente este boom . Me pregunto si hay tanto público porque cada vez que paso a una librería hay una sección musical cada vez más grande. Es extraño, pero ojalá que siga así porque hay historias de músicos buenísimas, que merecen ser contadas".

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