El Ciudadano
Millonarias deudas son las que arrastra la productora con artistas nacionales. Aquí los testimonios de los afectados que incluyen, además, al Teatro Cariola e inversionistas.
Por Johanna Watson
En los últimos días, una serie de acusaciones comenzaron a circular en redes sociales. Era un meme que aludía a Leonardo Valeria, socio fundador de Transistor, una de las productoras musicales más importantes del país que ha traído a Chile a artistas de la talla de Rihanna, Mike Patton, Devo, Primus, Morrisey, Opeth, entre otros.
Transistor también ha estado a cargo de la producción de eventos musicales masivos como “Maquinaria Fest”, “Rockout Fest” y “Frontera”, eventos que se realizaron en lugares como el Espacio Broadway y Club Hípico, aunque la productora opera mayoritariamente en dos direcciones: Teatro Coliseo y Teatro Cariola, ambas dependencias patrimoniales ubicadas en la capital.
Weeshing Chile es una plataforma de inversión crowdfunding que consiste en el financiamiento a empresas, proyectos o personas por una multitud de inversionistas, que aportan económicamente a iniciativas. En el conflicto, Weeshing está bajo cuestionamientos: se han destapado una serie de deudas con sus inversionistas, moras que están asociadas a bajas de fechas que administraba la productora Transistor.
Según el testimonio de algunos inversionistas afectados, músicos, managers y arrendadores de uno de los espacios donde opera Transistor, la productora estaría acostumbrada a proceder de manera poco profesional y sería frecuente por parte de esta la cancelación de conciertos cerca de la fecha fijada, deudas con artistas, malos tratos e incumplimiento de contratos.
La Pozze Latina
La Pozze Latina, banda de hip hop chileno, tenía fecha para el 28 de mayo del 2018 para celebrar los 25 años de su primer álbum “Pozzeídos por la Ilusión”. Contaban además con potentes invitados: Panteras Negras, DJ Bitman y Lengua Dura de Tiro de Gracia. El show sería en el Teatro Cariola, y para ello, gestionaron e hicieron el trato con la productora Transistor.
Respecto de su experiencia con la empresa, Jimmy Fernández (voz y fundador de la banda), dice: “Fueron meses de trabajo y dinero invertido para celebrar los 25 años de nuestro primer disco. Todo perdido gracias a esta pseudo productora que decidió cancelar el evento de manera arbitraria, a menos de una semana del concierto. Estuvimos meses ensayando, montando un show extenso, tuvimos decenas de reuniones con Transistor. Invertimos dinero en publicidad y se contrató una agencia de periodismo, hicimos una gira por medios promocionando la fecha y mandamos a hacer merchandising. No se respetó el contrato”.
Por su parte, Carlos Campos, productor contratado por la banda para ese evento añade que “con mi productora y Transistor organizamos una alianza, pero esta gente fue poco seria, estábamos cercanos a la fecha en el Teatro Cariola y nos ofrecieron una sala más chica donde podíamos hacer el show, ellos lo planteaban como sugerencia, pero era una sugerencia bien impuesta. Nosotros ya teníamos el show encima, Jimmy había hecho merchandising, gorros, llaveros impresos con la fecha. Por lo mismo le dimos curso, seguimos igual con amargura, uno se esfuerza, le pone un montón de empeño, hay gasto económico. Luego de eso, ya casi al final, Victor Plaza, productor de Transistor nos llama diciendo que ya no quiere hacerlo, y nos baja completamente el evento. Fue un balde de agua fría, terminamos haciéndolo en La Batuta. Fue una cadena de faltas de respeto por parte de Transistor”
Mauricio Redolés
El cantante y poeta chileno, pretendía celebrar los 20 años de su disco “¿Quién Mató a Gaete?” en una coproducción con Transistor. Cristóbal González, actual manager de Santaferia y en ese momento también de Redolés, cuenta: “Con Santaferia hicimos un lanzamiento de EP en Teatro Cariola-Transistor sin problemas y fuimos al Festival Frontera, también sin problemas. Fruto de lo mismo les propuse a Transistor hacer los 20 Años del disco de Mauricio Redolés ¿Quién Mató a Gaete? en coproducción y quedamos de firmar el contrato, pero de acuerdo en hacer el show en el Teatro Cariola”.
“Arrancamos entonces la venta de entradas y la difusión, en conjunto. Mauricio convocó músicos, se hicieron ensayos, Redolés mandó a hacer discos a Sony; y nos programamos para no hacer shows un mes antes en Santiago, para empujar sólo este evento. Dos o tres meses antes Mauricio marcó un par de shows muy pequeños en Sala Master y en San Miguel. El de Sala Master ni siquiera era un show suyo con su banda, sino junto al músico experimental Lucax Santanas, para un público muy reducido y especializado. Pero Víctor Plaza de Transistor me dijo ‘están haciendo muchos shows, eso va a afectar la convocatoria’ y entonces, con ese argumento, bajaron el evento del Cariola sin derecho a conversar siquiera”, añade.
Junto con señalar que “en mi opinión era absurdo pretender que Redolés no hiciera shows en tres meses en Santiago y además eran conciertos chicos, nosotros íbamos a darle un empuje fuerte a la cosa, pretendíamos llenar. Fue muy frustrante, Redolés, de hecho, publicó un texto con su molestia. Leo Valeria nos pidió bajar el texto, pero yo creo que era legítimo que Mauricio expresara su molestia, si todo fue muy unilateral. Fue uno de los malos ratos de un año en que le pasaron varias cosas negativas a Mauricio y que concluyeron en su ACV”.
“Recién este año Mauricio Redolés pudo celebrar Gaete con dos shows, ambos llenos. Mauricio tiene historia y público, fue muy lamentable e injusto que hayan bajado el show, sin derecho a reclamo siquiera. Una falta de respeto, yo creo, para un artista de 40 años de historia. Al parecer lo han hecho otras veces, bajar los shows de músicos chilenos, unilateralmente, es lamentable”, concluye.
El Cruce
La banda de blues rock fundada por Felipe Toro y Claudio Valenzuela, pretendía hacer un show de regreso a los escenarios luego de un receso de cinco años. Para ello coordinaron con la productora Transistor y llegaron a acuerdo. Felipe Toro, líder y guitarrista relata con detalles lo vivido: “Todo partió porque tenía un amigo colaborador de Leo Valeria, él me entusiasmó con la idea de hacer el regreso de El Cruce en el Teatro Cariola. Accedí a pesar de que me advirtieron de no trabajar con Transistor, porque tenían mala fama y deudas. Pero mis ganas de concretar pronto el show, me llevó a no pescar esos comentarios. Lo dejé pasar y comencé las conversaciones con Leo Valeria. A pesar de que el trato que nos ofrecieron era súper malo en cuanto a plata, a nosotros igual nos convenía porque no contábamos con un capital para arrendar el Teatro. Lo que nos ofrecía era: pasarnos el Teatro, pagarnos un caché fijo de $1.500.000 y él se quedaría con la ganancia del concierto: toda la ticketera, la venta de cerveza, etc.”.
“Aceptamos su trato, porque habíamos estado en receso cinco años y no sabíamos si habría respuesta de la gente. El trato incluía que ellos invitaban a Kuervos del Sur a abrir el show y les pagaban. Echamos a correr la bolita. Esto fue con unos 4 ó 5 meses de anticipación y en todo ese tiempo Transistor no nos ayudó. No puso ninguna mención publicitaria en sus redes sociales, ni afiches, ni movieron ningún tipo de entrevista, nos dejaron a la deriva con el concierto. Nosotros nos hicimos cargo de todo y llenamos el Teatro”, cuenta.
Y continúa: “La fecha se hizo, nosotros cumplimos con nuestra parte. Hicimos una campaña super potente y metimos alrededor de 1.200 personas en el recinto. La entrada costaba $7000, sacando los cálculos nos dimos cuenta que hicimos un pésimo negocio. Aceptamos que nos pagaran un millón y medio, cuando en entradas se habían generado unos 9 millones, sin contar la cerveza y otras cosas que venden ahí. Esperamos que aparecieran con el millón y medio, porque con la taquilla estaba más que cubierto, y asumimos que no iba a haber problema en recibir la plata, al día siguiente incluso. Pero ahí empezaron los problemas. No contestaban los llamados, nuestro productor se llevó la parte más pesada de estar cobrando e insistiendo”.
“Transcurrieron alrededor de tres meses y todavía no teníamos ningún tipo de respuesta. Nuestros proveedores nos cobraban y le escribí personalmente a Leo Valeria por WhatsApp. En esta conversación me trata pésimo, me trata de amateur, me dice que por culpa nuestra no hemos recibido la plata. Me trató muy mal siendo que nosotros habíamos cumplido con el contrato. Frente a esa actitud de él, a sus insultos y a la manera en que se refirió a mí y a la banda, tomé la decisión de funarlo por mis redes sociales. Agarré los pantallazos de esa conversación y lo subí a mi Facebook con un resumen de lo que había sucedido. De inmediato tuve respuesta de Valeria pidiéndome que bajara la publicación y que mi plata iba a estar. Hasta ese día no se habían dignado a dar ningún tipo de respuesta ni disculpa, así es que le dije que no iba a bajar la publicación hasta que la plata estuviera en mi cuenta. Así fue la medida de presión que pude tener. No se demoraron ni una hora en transferirme la plata”.
“Las relaciones quedaron completamente rotas con la gente de Transistor. Fue lamentable tener que llegar a esa instancia para que me pagaran un dinero que tenían, por algo no se demoraron en pasármela. Creo que fue un tema de mala práctica, de mala fe, de menosprecio, fue en el fondo lo que más me molestó, más que se demoraran en pagar porque es una situación que he vivido bastantes veces en este medio. Pero la forma en que el se refirió a nosotros y a las bandas nacionales, fue la gota que rebalsó el vaso”, enfatiza.
Weeshing Chile
Andrés tiene 30 años, es ingeniero mecánico y parte de un grupo de aproximadamente 150 afectados directos de la empresa Weeshing Chile, plataforma de inversión crowdfunding donde una multitud de inversionistas financian a empresas o proyectos ligados a la música. Particularmente, Andrés invirtió $2.000.000 luego de ver un anuncio por redes sociales en el Festival Rockout Fest, producido por Transistor y posteriormente cancelado por bajas ventas de entradas. Era la tercera edición del festival y se realizaría el 11 de noviembre de 2017 en el Velódromo del Estadio Nacional.
“Me llamó la atención y me puse a investigar, no pillé nada raro. Vi entrevistas, busqué reclamos, todo parecía normal. Había tanto inversiones exitosas como otras con pérdidas, pero eran conciertos que se realizaron y fue poca gente. Ese tipo de riesgo uno lo acepta, específicamente en los modos de renta variable. Yo invertí en renta fija para Rockout, que no era tanta rentabilidad, pero mejor que un depósito a plazo y era un show que me gustaba y sabía que tenía buen historial. Además conocía a Transistor de nombre, es de las productoras que tiene harta experiencia en el rubro y ha traído a Chile a nuestras bandas regalonas del rock”, señala.
Respecto de la plataforma de inversión, en tanto, dice: “Weeshing funciona a través de su sitio web, donde muestran el historial de eventos financiados y las rentabilidades logradas. No muestran sólo los buenos números, no es raro ver rentabilidades negativas debido a conciertos con bajo número de asistentes, eso da una sensación de transparencia. También pueden verse las opciones de inversión abiertas, donde detallan condiciones, fechas, rentabilidades, etc. Hay otras opciones de inversión que no son públicas, sino sólo usuarios del “Círculo de Confianza” (CDC). No hay requisitos previos para ser del CDC, al poco tiempo de hacerte un usuario te contacta un ejecutivo de Weeshing para ofrecerte ser parte del CDC y te explica que no tiene costo, sólo piden no difundir públicamente los eventos informados a ese grupo. Los montos de inversión mínimos en todos los eventos suelen ser como mínimo de $500.000 o $1.000.000. Weeshing cobra el 1% del monto que uno invierte (comisión de entrada) y un 1% de lo que te devuelven luego de que el concierto se realizó (comisión de salida)”.
“Los tipos ofrecen en casi todos los conciertos dos tipos de planes. Uno es Renta Fija, allí te dan un porcentaje de rentabilidad conservador que es independiente de la cantidad de entradas vendidas, el otro es Renta Variable, con una rentabilidad más riesgosa que depende del número de entradas vendidas. Por ejemplo, puede ir del 20% al 40% del capital. Al principio la empresa cumplía, pero desde el año pasado (2018) ha sido un desastre, tanto por incompetencia de Weeshing como por incumplimiento de productoras. Transistor ha sido de las más sinvergüenzas”.
El comienzo de los problemas
“Hasta el año 2017 no hubo problemas con los pagos. Pero a fines de ese año empezaron a tener serios problemas con diferentes eventos. Transistor abrió la posibilidad de invertir en dos festivales: Frontera y Rockout. La información de los eventos no detallaban qué bandas tocarían, pero yo fui a los primeros dos Rockout y me constaba que el evento era buenísimo. Luego de que la gente invirtió, anunciaron públicamente los Line Up de los festivales y eran malísimos, lo que se reflejó en la venta de entradas. Tuvieron que cancelar ambos festivales. Por su parte, Weeshing ha hecho muchas cosas mal, como tener muy malos canales de información, Mails y WhatsApp que contestan una de cada mil veces, malos contratos, lentitud en cobro de pagarés, dar información incompleta, entre otras cosas”.
“Todo lo anterior pasó hasta Mayo del 2018, pero no he ingresado más al sitio porque en ese mes cambiaron las condiciones de los contratos y para ingresar con mi usuario a la página debía aceptar esos cambios”.
Rockout: cronología de un evento fallido
“En Mayo del 2017 la productora anuncia modelos de renta fija y variable para este festival a realizarse en noviembre. Se veía auspicioso. Había antecedentes exitosos de este evento, tanto por su pasado como Maquinaria como por sus 2 ediciones como Rockout (2014 y 2016). De mayo a agosto aparecieron llamados a invertir con diferentes rentabilidades. En Agosto del 2017 comienza la venta de entradas y se anuncia Line-Up de Rockout. Se aprecia en redes sociales decepción por la evidente baja de cantidad de bandas respecto a años anteriores y la sensación de que faltan platos fuertes”.
“El 6 de Noviembre 2017, el Festival es cancelado por baja venta de entradas y allí comienzan los problemas. Los contratos no contemplaban la posibilidad de cancelación del evento, por lo que las condiciones de devolución del dinero no estaban claras. Al día siguiente, ofrecen pagar a los que invirtieron en renta fija, como si el show se hubiese realizado”.
En enero del 2018 Weeshing informa que Transistor no cuenta con los fondos para pagar. Un par de días después anuncian plan de pago para Rockout y Frontera, que también fue cancelado. Los pagos, dicen, se realizarán en 8 cuotas, de marzo a octubre del 2019. Posteriormente anuncian firma de contrato con la repactación de la deuda. Luego de la repactación, Weeshing realiza pagos de las cuotas acordadas sólo en los meses de abril y mayo. En mayo informan que la productora tiene problemas para seguir pagando. Anuncian un nuevo plan de pago que empezaría en junio. El siguiente pago fue realizado en julio y fue sólo la mitad de la cuota. Hasta la fecha no han realizado más pagos a los inversionistas de Rockout.
“En agosto del 2018 informan que Transistor venderá parte de la productora para pagar algunas de las deudas. En octubre informan que Transistor pagará sus deudas con nuevos shows, pero no ofrecen plan de pago. En enero del 2019 Transistor ofrece 2 planes de pago: Uno a 10 años y otro pagando el 2019, aunque perdiendo un 30% de la suma del capital, intereses y mora”.
Actualmente Andrés es parte de un grupo de WhatsApp donde hasta la fecha han llegado 78 afectados, algunos de ellos invirtieron cifras superiores a los $10.000.000. De los $2.000.000 que invirtió Andrés en 2017, se le han devuelto menos de $500.000.
Teatro Cariola
Claudio Gómez, vicepresidente del emblemático Teatro que hace 4 años arrienda sus dependencias a Transistor, cuenta detalles de lo que ha sido la experiencia con la Productora, que hoy lo tienen buscando la manera de disolver un contrato que aún no llega a la mitad del tiempo fijado.
“Transistor es una empresa familiar, pero son muy descarados y actúan de mala fe en todo. Las víctimas de estos tipos no saben la diferencia entre Transistor y Cariola. Nosotros tenemos el sitio oficial donde eso está declarado hace rato, pero la gente se informa por otros medios, redes sociales, etc. Desde que supimos que se hacen pasar por dueños del Cariola tratamos de llamarlos a razonar pero ellos mienten y dan razones pueriles. Hace un par de años les tuve que bajar un Facebook y un Twitter en el que se hacían pasar por dueños del Teatro, pero abren otras al toque y siguen. Le cambian el nombre a algo que no podamos reclamar legalmente y listo”, dice. Junto con señalar: “Recuerdo que Leonardo Valeria me preguntó si podían decir que eran los nuevos dueños, le dije que no, y se lo prohibí expresamente cuando supe que lo hacían”.
En paralelo, respecto de Weeshing Chile indica: “Transistor hizo diecisiete conciertos apoyándose en esta plataforma y quedó debiendo 1.000 millones de pesos a esa empresa, que en este momento está en una demanda por apropiación indebida, estafa. Hay un cheque por 646 millones de pesos, uno de todos, imagínate. Me importa mucho que la opinión pública tenga claro que Transistor y Cariola son cosas totalmente diferentes y que nosotros podemos ser perjudicados porque la gente va a pensar ‘los del Teatro son unos estafadores’. Ya pasó eso con una banda en un determinado momento. Varios de los diecisiete conciertos que Transistor hizo con Weeshing Chile fueron aquí en el Cariola y los demás en el Coliseo. La gente anda furiosa pero no ven la diferencia. Estoy súper molesto con esta situación”.
“No sé si están haciendo algo que se les escapó de las manos, pero piensa una cosa ¿para dónde fue toda la plata que recaudaron con Rihanna? ¿Dónde están los 1000 millones que les pasó Weeshing? ¿y todas las otras deudas que tienen? Ellos tienen solvencia para pagar deudas pequeñas y encontré algunas causas por 2 millones de pesos. A veces me siento a pensar y creo que están sacando el dinero para otro lado o algo están haciendo ¿En qué usan el dinero? Por más que sean una familia completa trabajando, no se van a gastar 1.000 millones paseando por el mundo, eso no pasa”, agrega.
Las deudas y causas legales contra Transistor:
-Transistor, además de tener deudas con Weeshing y sus inversionistas, está demandado por la empresa ENEL, donde sostienen una deuda de $22.583.841 más intereses y reajustes. Dicha causa tiene fecha el 2 de enero de este año (2019).
-Entre los años 2009 y 2019, Transistor tiene 89 ingresos en el Juzgado Civil, donde la productora es constantemente demandada por la Sociedad del Derecho de Autor, Servicio al Consumidor, ticketeras y diferentes instituciones que brindan servicios para espectáculos masivos.
-Los motivos en dichas causas son recurrentes: faltas a la propiedad intelectual, no pago de remuneraciones correspondientes, no pago de arriendo de inmuebles. De estos 40 ingresos, 4 son de Weeshing. Sólo en una de ellas, la suma adeudada es de $318.090.623.
-Por otro lado, la productora “Promociones Soldout Chile S.A” propiedad de las mismas personas, reúne 32 ingresos entre los años 2014 y 2018, que son similares a lo visto anteriormente con Transistor, donde el factor común es el constante incumplimiento de contratos y deudas millonarias. De estas causas, 2 son de la empresa Weeshing. En total, entre ambas productoras, se visualizan 121 ingresos judicializados.
(*) Contactados por El Dínamo, la productora Transistor rechazó entregar su versión.
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