El Mercurio
El décimo encuentro de cultores se realiza este sábado.
Antiguos maestros del instrumento de botones y nuevos intérpretes del acordeón de piano se reunirán en este rito musical. "En Chiloé, la vida gira en torno a su sonido", dicen los investigadores.
Iñigo Díaz
Quince instrumentos que tenían graves y medianas averías son el símbolo de la larga vida que le espera al sonido del acordeón en Chiloé. Parte de los recursos del Fondo de la Música que la ONG Codet consiguió por tres años fue destinada a esta cirugía mayor.
"Vino un luthier desde La Calera. Se instaló aquí por dos meses, hizo su diagnóstico y reparó los acordeones. Todos eran instrumentos dañados que se tocaron en el encuentro del año pasado", comenta la ancuditana Cyntia Ulloa, parte del equipo que por décimo año organiza en Tenaún el Encuentro de Cultores del Acordeón.
Un ritual que recibe a acordeonistas de todo el archipiélago y de todas las edades. Al menos cuatro maestros del acordeón de botones, un instrumento en vías de extinción, estarán en el escenario de la sede social de un pueblo que no tiene más de 200 habitantes y que cada año triplica su población flotante.
Allí estarán Sergio "Chauquino" Barrientos (de Dalcahue), Rodolfo "Opo" Bahamonde (Tenaún), Iván Cárcamo (Rilán) y doña Filomena Barrera (Guardiamó), conocida en sus tiempos como "la mujer orquesta". "Ellos tocan el repertorio de valses, cuecas dobles, chamamés y corridos más antiguos. La gente de edad siempre se emociona al escucharlos", dice Ulloa.
Pero el programa, que se inicia a las 16:00 horas y concluye a las 23:00, también considera intérpretes del acordeón de piano, nombres actuales y de las nuevas generaciones, los que han aprendido en talleres y crecieron con la posibilidad de ver cómo se toca el acordeón a través de YouTube. "Pero ellos nunca han perdido la tradición del traspaso oral de sus abuelos y padres", dice la gestora.
Los 27 cultores llegarán desde diversos puntos de la Isla Grande -Chonchi, Calén, Castro, Ancud-, aunque por primera vez también se presentarán acordeonistas de las remotas Islas Chauques: Mechuque y Añihué. El encuentro comienza con los pasacalles, desfile callejero de la totalidad de acordeonistas que tocan melodías de las festividades religiosas chilotas.
"La vida de las familias chilotas gira en torno al acordeón. Es el instrumento que llena los espacios y no necesita electricidad. En todas las reuniones y fiestas siempre sale un acordeón, y la gente baila los valses y corridos", comenta Ulloa, quien este año editará una investigación acerca del peso específico del instrumento en la sociedad chilota.
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