El Mercurio
Aldo López-Gavilán dará un concierto en el frontis de la restaurada Biblioteca Severín, junto a Francesca Ancarola.
IÑIGO DÍAZ
Lo que más resuena en su currículum siempre es la nominación al Grammy Latino que obtuvo su primer disco, "En el ocaso de la hormiga y el elefante", en 1999, cuando Aldo López-Gavilán tenía sólo veinte años.
"Era un trabajo más de cámara, con piano, percusión y voz. Tenía un título largo y la música era tan rara y original que la gente lo escuchó mucho. Pero si me preguntas, no me acuerdo de nada: ni contra quién competí, ni quién ganó", dice el pianista nacido en La Habana. "Mi vida siguió adelante. Después hice muchos discos más que nadie conoce", bromea.
De hecho, el Grammy no es más que una anécdota al paso comparada con los estudios y trabajos como pianista clásico en Cuba e Inglaterra, y sobre todo con los conciertos dedicados a Mozart y Prokofiev que en 2007 dio en Caracas y La Habana como solista junto a la prestigiosa Orquesta Simón Bolívar dirigida por Claudio Abbado. "Ese sí es un hito en mi biografía musical", comenta.
Con esos pergaminos llega a Chile Aldo López-Gavilán, el músico ambivalente entre el jazz latino y la música académica, que esta noche inaugurará el Festival de las Artes de Valparaíso. La cita se extiende hasta el domingo con unas 70 actividades, en 17 espacios, dos grandes escenarios en los cerros y una ciclovía especial que se instalará para recorrer las estaciones del festival.
El pianista cubano, junto a su compatriota saxofonista Roberto Martínez, dará un concierto gratuito dedicado al puerto en el frontis de la impecablemente restaurada Biblioteca Severín. Allí interpretarán canciones cubanas tradicionales, composiciones propias de jazz afrocubano y también valses porteños. La invitada es Francesca Ancarola.
"No conocía a Aldo y cuando lo vi en imágenes en el Festival de Jazz de La Habana, quedé impresionada. Trabajamos el repertorio por e-mail , le mandé canciones mías y para el concierto eligió 'Espantamales', que hicimos con Elizabeth Morris", comenta la chilena.
A pesar de la lejanía de Chile y Cuba, las conexiones musicales existen. Desde la experiencia del músico cubano Isidro Benítez en los años 30 y 40, al éxito que tuvo en la isla el dúo de boleristas formado por Sonia y Myriam Schrebler. "Allá existe una tradición de conjuntos que tocan música de Los Andes. Mi abuelo paterno Evelio López-Gavilán fue fundador de un trío que se dedicaba a hacer canciones andinas, chilenas y sureñas. Incluso la cantante de ese grupo era una chilena, que aún vive en La Habana. No me extraña para nada que Valparaíso sea muy conocido en Cuba", afirma López-Gavilán.
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