El Mercurio
“La música del cosmos” es el nombre del libro de este científico que vincula su especialidad con bandas y compositores de todos los tiempos.
Maureen Lennon Zaninovic
“Las sesiones de Revolver mostraron cómo el estudio de grabación era el instrumento más noble para el futuro de la música popular”, escribe Andrés Gomberoff sobre este icónico álbum de la banda nacida en Liverpool, Los Beatles. Y destaca el papel de Paul McCartney y las posibilidades técnicas que se le abrieron con el uso de cintas magnéticas, tomando como inspiración “la obra de un alemán, Karlheinz Stockhausen”, afirma este científico chileno que está de regreso con “La música del cosmos” (Debate).
En nueve capítulos, el autor vincula en su último trabajo el legado de grandes pensadores e inventores de la ciencia con relevantes compositores y grupos de diversos estilos, desde el llamado “genio” de Bonn, Beethoven, hasta el Premio Nobel Bob Dylan.
Doctor en Física de la Universidad de Chile y posdoctorado en el Centro de Estudios Científicos de Valdivia, Andrés Gomberoff también es docente de la Universidad Adolfo Ibáñez, autor de numerosas columnas y de libros como “Física y berenjenas” y “Einstein para perplejos”. Comenta que viene desde hace un tiempo escribiendo sobre estos tópicos y ya había publicado algunos trabajos “donde la música y la ciencia se intersectan. Soy muy melómano. Amo mucho la música y me resulta natural hablar de estos dos amores”, dice. Agrega que lo motivó ahondar en historias paralelas porque en todas ellas “están las pasiones, los gustos e ideologías compartidas. Está el caso del matemático Jean-Batiste Joseph Fourier con Beethoven y la creación de su Tercera Sinfonía. A ambos los unió un ideal de libertad propio de la Revolución Francesa”, explica.
Los Beatles y el magnetismo
El autor de “La música del cosmos” dedica dos capítulos a Los Beatles y se centra en la canción “Tomorrow Never Knows” de un disco “como ‘Revolver' que combina todo: ahí hay música clásica, hay rock, hay sonidos de la India, hay humor… Es impresionante. Los Beatles estaban en la vanguardia máxima, sobre todo por Paul McCartney, a quien le interesaban las vanguardias que ocurrían en Londres y, en particular, la música concreta. Él tuvo la idea de adornar ‘Tomorrow Never Knows' con loops: bucles hechos de cinta magnética, en una de sus grabadoras Bernell”. Andrés Gomberoff continúa con su análisis y añade que le parece muy motivacional hablar de esa canción y relacionarla con el magnetismo y con un científico en particular. “Wolfgang Pauli, uno de los creadores de la física cuántica y el autor de la idea de la exclusión, comenzó su carrera en los años 20 del siglo pasado en Hamburgo. Los Beatles, 40 años después, dan inicio a su carrera internacional en bares de mala muerte, en el barrio rojo de Hamburgo. Es interesante también revisar las personalidades de estas figuras tan creativas y obsesivas. En el caso de Pauli, en algún momento se acercó mucho a Carl Jung. John Lennon, en tanto, para dar vida a ‘Tomorow Never Knows' se inspiró en un libro psicodélico de la época que tenía muchas ideas de Jung. Estas intersecciones, aunque parezcan accidentales, no son tan así. Creo sinceramente que hay algo profundamente común entre la forma de pensar de John Lennon y la de Wolfgang Pauli”. El autor señala que, además, ambos tuvieron personalidades similares, “personas muy críticas de sí mismas y de los demás, muy inseguros y que de algún modo mostraban su inseguridad siendo muy duros hacia el resto. Los dos perdieron a su madre a muy temprana edad y esa experiencia fue un duro golpe”.
Gomberoff también advierte que no es partidario de que etiqueten su obra con el nombre de divulgación científica. “Da la sensación de que uno está con un megáfono contando las cosas que pasan en un laboratorio. Lo que hago es una actividad académica que requiere ser original. Este no es un libro fácil. Hay un trabajo de investigación que me ha dado mucha alegría y significó esfuerzo. La divulgación tiene que ser creativa”, concluye.
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