El Mercurio
En plena pandemia, el sello Profil puso en el mercado un cofre con cuatro discos de esta olvidada pianista polaca, protagonista de una historia de leyenda.
Juan Antonio Muñoz H.
De pronto se piensa que en estos tiempos tan expuestos todo está dicho, visto y escuchado, y que lo nuevo es seguro que ya estará disponible. Pero siempre hay sorpresas y algunas de ellas provienen de personas que siempre estuvieron ahí y que, por alguna razón, no fueron vistas como les correspondiera.
Es el caso de la pianista polaca Halina Czerny-Stefanska (1922-2001), una artista notable que hoy, gracias al sello Profil, podemos escuchar otra vez en el repertorio al que consagró su vida.
Y no era Lipatti…
En 1966, el sello EMI editó lo que se creía era una antigua interpretación del legendario pianista rumano Dinu Lipatti del Concierto para piano número 1, de Chopin. Como se creía que era su única grabación de la obra, el disco pronto se convirtió en una referencia y fue aplaudido de manera unánime.
Sin embargo, en 1981, un auditor de la BBC, conocedor y muy atento por cierto, se dio cuenta de que el solista no era el gran Lipatti, sino Halina Czerny-Stefanska, quien había grabado la obra para el sello Supraphon en 1955, con la Orquesta Filarmónica Checa bajo la dirección de Václav Smetáèek. Ante la evidencia, hubo que admitir el error y todos los epítetos con que se homenajeó a Lipatti fueron trasladados a Halina: “El sonido del piano es soberano, de una naturalidad y una poesía de un nivel superior, la libertad de tono es absoluta, el ímpetu noble, la vitalidad ardiente y la emoción lírica, permanente”.
EMI retiró sin chistar su disco y, poco después, se descubrió otro registro auténtico de la misma obra por el pianista rumano, que fue también editado, pero la grabación de la pianista polaca fue olvidada y tan solo se publicó en el sello Polskie Nagrania.
Ahora, Profil acaba de recuperarla dentro de un álbum cuádruple que reúne todos los registros de Chopin realizados por Halina entre 1949 y 1960. Son cuatro horas de piano en manos de esta descendiente directa de Carl Czerny, discípulo de Beethoven y maestro de Liszt, que ganó, en 1949, el primer premio ex aequo con Bella Davidovich, en el primer Concurso Chopin de Varsovia realizado después del término de la guerra. Ese triunfo marcó el inicio de su carrera internacional.
Chopin en el cine
Estudió piano con su padre, Stanislaw Szwarcenberg-Czerny, y desde los 11 años, con Alfred Cortot en la École Normale de Musique de París, para más tarde seguir con Józef Turczynski y Zbigniew Drzewiecki. Grabó para varios sellos; entre ellos, Deutsche Grammophon, Decca, Supraphon, Telefunken, RCA y RCA-Japan, y participó en el famoso registro de la obra completa de Chopin que encargó Polonia en 1960 solo con artistas polacos.
Aunque interpretó a Mozart, Beethoven y Grieg, el repertorio de Halina Czerny-Stefanska comprendía preferentemente compositores polacos, como Paderewski, Szymanowski y Zarebskim, y especialmente Chopin, a quien “encarnó” en la película “El joven Chopin” (1952), dirigida por Aleksander Ford: otra vez oculta, ella es la que toca el piano mientras el personaje del músico es interpretado por el actor Czeslaw Wollejko.
La nueva caja editada por Profil (4 discos), titulada “In love with Chopin” (disponible en Spotify), contiene no solo una versión del Concierto 1 sino dos: la de 1955 y otra con data posible de 1959 o 1960, además de polonesas, mazurcas, baladas, nocturnos, preludios. “Un cofre que es un verdadero tesoro y que pone a Halina Czerny-Stefanska en el lugar que le corresponde: el de una de las intérpretes más capaces de traducir el mundo de Chopin”, como escribió Jean Lacroix en el magazine musical francés Crescendo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario