La investigadora y artista con un poncho que perteneció a un lonco de su familia, don Nicolás Alcapan Nahuelpan. |
El Mercurio
El valor antropológico y estético de los textiles mapuches —de origen precolombino— asombra. Y es esencial para saber más de esa rica cultura. Entrevistamos a una de las mayores expertas en ello.
Por CECILIA VALDÉS URRUTIA
En el Día Mundial de los Pueblos Indígenas, el lunes pasado, fue la cita virtual con la investigadora y artista de textil mapuche María Teresa Curaqueo Loncon. El tema que nos convocaba es uno de los más hermosos y profundos del pueblo mapuche: los textiles. Un arte de origen precolombino que conlleva creencias, prácticas e identidades de esa cultura, de la naturaleza y de sus familias. Todo ello expresado a través de una rica iconografía simbólica en sus trabajos, tanto en sus formas como en el uso de los colores.
“Esa simbología es como un libro de nuestra historia, pero que ha sido desmembrado”, cuenta la experta a “Artes y Letras”, desde Villarrica. Y reconoce que los textos de los investigadores están aún llenos de incertezas y errores. “Hay que saber nuestra lengua o contar con un excelente traductor para ello, lo que usualmente no sucede”, señala. Los signos y colores que surgen allí hablan de una visión profunda de la vida, la tierra, la sabiduría y los valores de esa cultura.
María Teresa Curaqueo Loncon —madre de cuatro hijos, descendiente de lonco— mantiene también en su arte textil un estricto apego a la tradición de su cultura. Y es requerida por museos. Mientras, en su tranquilo taller, en una hermosa zona rural de Villarrica (ajena a la violencia actual, más al norte), reúne telares, lanas y colores, que fabrica minuciosamente como sus ancestros.
Origen divino. Identidades familiares
El sitio arqueológico de Alboyanco, en Angol, fechado cercano a 1436 d.C., ratifica el origen precolombino del arte textil mapuche, gracias a los vestigios encontrados.
—¿Esos conocimientos se han ido traspasando por tradición oral?
“Sí, y ha sido a través de las generaciones. Pero son principalmente las mujeres las encargadas de transmitir a las hijas esa información de los textiles del grupo familiar y de sus ancestros. Es parte de la tradición”.
—¿La simbología parece ser clave?
“Es lo más importante. Tiene que ver con la identidad de cada familia, con su historia. Porque el mundo mapuche está integrado por muchas familias con un origen en común, y cada una usa un símbolo y se van añadiendo otros. La persona de una familia, al nacer, viene con un simbolismo que es de origen divino y que lo caracterizará. Los símbolos revelan y van explicando a cada linaje su carácter, tradiciones, creencias, el lugar de dónde son. Y el uso del soporte textil es valiosísimo para conservarlos”
—¿En esa simbología está la cosmología del mundo mapuche?
“Todos esos signos proceden de una escritura que no sabemos descifrar, porque se desmembró. Viene del origen del pueblo mapuche, de la tierra, de la naturaleza y de la dualidad. Nosotros tenemos mucha conciencia del lugar en que estamos, de la tierra misma, que está en movimiento”.
—¿Por qué el énfasis en lo geométrico?
“Se relaciona con la forma de contar, tiene que ver con la vida, con las familias que se van multiplicando. Ahí la figura del rombo es central: tiene muchas posibilidades, se forman muchas figuras y se pueden llevar a fases abstractas. Lo geométrico forma parte de nuestra tradición y representa cómo se va multiplicando la vida en la naturaleza”.
—¿Los signos permiten leer también hoy a qué familia pertenece una persona?
“En los Ngillatunes todavía se pueden leer. Lo sabemos mirando los símbolos, el color del poncho, del kipan (el vestido de la mujer) y la faja. Una determinada familia tiene un símbolo sobre el territorio de dónde procede. El color es esencial. El naranjo, por ejemplo, indica que es de zona lacustre (como Villarrica). En la costa se usa el poncho negro y blanco alusivo al mar, que toma un aspecto mágico. En la cordillera se usa mucho el azul. A través de los símbolos y composiciones de los textiles sabemos también sobre el poder del lonco, su estatus y linaje”.
Textiles sagrados. Los lamas
—Entre los textiles están las lama, que serían las más especiales y complejas de leer, los mantos sagrados.
“Es un textil de ofrenda, muy decorado, muy bello. También se usaba para sentarse, para los bebés y para dormir. La mayoría de las lama (palabra en lengua mapuche) se confecciona con signos complejos y también son usados como una ayuda memoria: se anotaba ahí la historia más personal de cada familia. Pero el mundo comercial ha terminado prácticamente con esa tradición”.
—¿Qué define a quién pertenece una determinada lama?
“La composición de los dibujos y el color van a configurar el significado sobre quién es la persona que lo usa: si es una mujer joven, la señora del lonco, la mujer que hace los remedios, la partera, la mujer que domina el arte de los teñidos, la que interpreta los sueños, la machi. El Museo Precolombino guarda un ejemplar de lama que tiene un rosado naranjo, esa es una lama de ofrenda, por la tonalidad y el trabajo de cómo está hecha. Otra lama es de un rosado con verde, naranjo y azul, que fue usado para recolectar hierbas medicinales. Los lamas de la mujer joven son más simples. En cambio, el textil de una experta tejedora es muy recargado en dibujos y siempre hay una cara roja y otra blanca; se trabaja con la oposición de colores y figuras”.
“El blanco es ausencia de divinidad”
—Los colores tienen un significado muy distinto al que muchos pensarían. ¿Qué representan el blanco y el negro?
“El color negro es la concentración de la vida. Pero es un negro distinto: tiene la profundidad del azul y es muy difícil de hacer. Representa la fuerza de la energía. El blanco es lo opuesto: es la ausencia divina. Lo evitamos. Usamos un blanco beige”.
—¿El amarillo es importante, como el azul, que parece ser esencial?
“El negro, el azul y el amarillo se usan como ritual. El amarillo representa toda la naturaleza viva como los árboles. Mientras el azul representa la conexión con los antepasados. El naranjo lo asociamos con el fruto maduro; es un naranjo étnico muy fuerte, muy bello. Mientras el rojo es muy profundo. El mundo mapuche lo fabrica con una técnica de teñido que marca una identidad única. El rojo es tan apreciado como el negro azulado. Tiene una carga medicinal. Su significado es ayudar a volver al equilibrio en la salud”.
—¿El color junto al diseño de la cruz cuadrada en el poncho mapuche indica que pertenece a un lonco?
“Sí y ambos son esenciales. Mientras más intenso es el color de la manta del lonco, es más importante. El teñido del color es clave. El otro factor es la cantidad de veces que aparece la cruz cuadrada en el manto del lonco. Mientras más veces está, es más importante. Esa cruz tiene un significado de sabiduría, es como una escalera ascendente del saber. Al mundo mapuche le interesa la sabiduría”.
—¿Y en las mujeres qué indumentaria y textiles destacan más su rango?
“El vestido, la faja de textil con diseño y sobre todo la platería que porta, además de las lama”.
—¿Qué sucede con la machi?
“Para una machi, el color rojo oscuro es mágico. Pero es una chamán y va más allá. Puede quebrar las reglas. He visto machis de verde y podrían usar, incluso, el color dorado. Se alejan de sus familias (y de sus símbolos). Se aíslan del mundo social”.
¡Al rescate!
—¿Dónde están hoy los textiles más valiosos, además de en algunas familias?
“En varios museos. El Museo de Arte Precolombino tiene una gran colección de mil piezas, muy bien guardada, pero no la han descifrado. Yo trabajé con unas cuantas de ellas. Poseen una colección de vestidos mapuches de azules étnicos. Tienen ponchos trabajados con una técnica muy depurada y una colección de fajas lindísimas. El Museo de Historia Natural posee ponchos muy hermosos. Y en Berlín hay ponchos y fajas muy antiguos. Otra colección muy importante está en el Museo de Branly, en París”.
—¿Y qué conserva hoy el poncho huaso de la cultura mapuche?
“El poncho huaso en su origen era una mezcla entre la cultura aimara, quechua, picunche y mapuche. Ahora, el chamanto huaso chileno no presenta los íconos mapuches”.
—Su arte textil sí rescata la tradición.
“¡Me apego completamente a la tradición! Voy hacia atrás. Es la forma de acercarse a mi cultura, una cultura enorme y con una tradición fascinante. Tiene una estética propia. Es la reina de la síntesis. He estado trabajando ahora con el Museo de Villarrica para una muestra con textiles sobre rituales con colores rosado, naranjo, figuras geométricas y mucho uso del rombo. Me preocupa demasiado cómo la sociedad se ha ido deshaciendo del desarrollo de esta belleza. Es como si a la Venus de Milo le fuéramos sacando pedacitos, por una mirada comercial, desprolija. Es una situación alarmante”.
Maku n (poncho) en proceso de tejido en telar con símbolos de la zona de Villarrica. Simbolizan enredaderas medicinales del bosque nativo. |
Lama de mujer de uso en ceremonia de sanación, con signo lucero del amanecer, en positivo y negativo. Textil del Museo Precolombino. |
Detalle de faja con figura de la planta del chilco usada durante la fertilidad. |
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