El Mercurio
Una mayoría mantendrá puertas cerradas, a pesar del desconfinamiento gradual. Igual diseñan protocolos y sopesan riesgos. Los presupuestos pesan.
Daniela Silva Astorga
Aunque la pandemia solo brinda interrogantes, museos y centros culturales se alistan hace un par de meses para una eventual reapertura. Cruzan protocolos extranjeros con sus posibilidades y presupuestos, para una proyección que todavía se ve lejana, en un país con 2.000 nuevos casos al día. Mientras algunos decidieron no retomar la oferta presencial hasta 2021, otros miran expectantes al fin de año. Y en los próximos días las carteras de Salud y Cultura anunciarán su plan maestro.
“Nosotros no reabriremos antes del próximo año”, afirma Francisco Brugnoli, director del Museo de Arte Contemporáneo (MAC). Como la mayoría, están cerrados desde marzo. Pero mantienen intensa interacción virtual con sus públicos, lo que lleva a reflexionar sobre la necesidad de retomar funciones en pandemia: hay museos que en pleno confinamiento duplicaron la convocatoria gracias a la web. Otros la septuplicaron: el Precolombino pasó de 63 mil visitas (abril-julio 2019) a más de 475 mil, en el mismo lapso de 2020.
“Ahora existen dos Mavi. Uno es el digital; otro, el físico. Como atraen a personas diferentes, pensamos en un modelo híbrido para el futuro. Ofrecer visitas presenciales si se puede, pero con cita previa y grupos chicos, y conservar el museo virtual. No podemos perder a sus espectadores: interactúan mucho”, dice María Irene Alcalde, directora del Museo de Artes Visuales.
Con esa dualidad, en el Mavi planean retomar funciones a fin de año. “Quizás en octubre podremos montar una exposición y llevar visitantes de acuerdo con lo que indique la autoridad sanitaria”, suma Alcalde. La convención internacional es, además de sanitizar y tener aforo reducido, trazar recorridos unidireccionales, velar por el distanciamiento social, vender entradas en la web y controlar temperatura al ingreso. La mascarilla es obligatoria. Así reabrió el Museo del Prado, y con un 70% de su inmueble clausurado. Se desconoce si seguirá igual: en España, el rebrote marca 2.987 contagios diarios. En Nueva York, en tanto, ayer se aprobó que los museos funcionen desde el lunes 24.
Beatriz Bustos, directora del Centro Cultural La Moneda, ve viable recuperar la actividad apenas exista autorización. “Es muy necesario abrir —dice—. Si se activan recintos comerciales, no veo impedimento para que lo haga uno cultural de estas condiciones. Gozar del arte es relevante y nosotros tenemos un hall semejante a una plaza pública, salas amplias de exposición y una cineteca, que quedará como lo último en operar”. El aforo será reducido; la ticketera, virtual —con reserva para una hora—, y el uso de mascarillas, ineludible. “Tenemos capacidad y recursos para implementar todos los resguardos”, agrega la directora.
Brugnoli, en cambio, está preocupado por los recursos monetarios y humanos. Dice que la U. de Chile —de la que depende el MAC— tiene otras urgencias, por lo que escasean los fondos. “¿Cuánta gente podría entrar al museo con el personal que tenemos? Muy poca”, apunta por la obligación de vigilar el cumplimiento de las nuevas normas.
El levantamiento de la cuarentena en Santiago no apura al GAM. También postergará la reapertura hasta diciembre, si no existe rebrote, y, cuando sus funcionarios puedan volver al edificio, el acento será enriquecer la programación virtual. “Nuestro hincapié está en la seguridad de trabajadores, artistas y públicos”, comenta Felipe Mella.
Digital y físico
En la misma comuna, el Precolombino está cerrado desde marzo y no cambiará de estado antes de 2021. “No tenemos apuro. Si abriéramos este año, tendríamos diez veces más gastos por requerir mayor higienización, seguridad y climatización. Y estamos seguros de que, al inicio, no iría nadie. Recibíamos 60 mil escolares al año. Ahora no, y tampoco visitantes extranjeros”, reafirma el director Carlos Aldunate.
Igual ya alistan un protocolo que involucrará una etapa inicial de ajuste: un mes y medio para acondicionar la exposición y el edificio a los nuevos estándares. A Aldunate le inquietan los costos porque desde octubre registran un déficit de 40% en su presupuesto. A ese porcentaje, que equivale al ingreso por entradas, se suma el recorte que el ministerio anunció para 2021. “Bajará un 10%, 15% o 20%. En el peor caso, habrá que mantener el museo cerrado, sin público”, sostiene.
Más cercanos a encontrarse con visitantes están en el Museo de la Solidaridad Salvador Allende. Planean un retorno gradual y, además de medidas sanitarias y público reducido, piensan fijar horarios especiales para grupos de riesgo. “Cuando existan condiciones, retomaremos el montaje de la exposición ‘Rojo', con cien obras de la colección. Pero tanto la reapertura, como las actividades asociadas a la muestra, tendrán una estrategia mixta, digital y presencial”, precisa la directora Claudia Zaldívar. Lo virtual llegó para quedarse.
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