sábado, agosto 29, 2020

Hoy se conmemora el centenario de “Bird”, el músico que revolucionó el jazz: La leyenda de Charlie Parker y su vuelo de un siglo

El Mercurio

Aunque la pandemia impidió una celebración en forma, el mundo de la música lo celebra hoy con una serie de ediciones y reediciones de sus obras.
IÑIGO DÍAZ

El episodio está rodeado de hipérboles y sobre él se ha dicho mucho en 65 años. Aparece muy real en la película “Bird” (1988), de Clint Eastwood, donde Forest Whitaker interpreta a Charlie Parker. El saxofonista, acabado, enfermo y asustado, pide refugio a la baronesa Pannonica de Koenigswarter, la benefactora de los músicos.

Tras pasar cuatro días bajo sus cuidados, la noche del 12 de marzo de 1955 Charlie Parker murió producto de un ataque de risa, provocado por un programa cómico de televisión. Sufría de cirrosis avanzada y úlceras gravísimas, que lo llevaron al colapso en ese simple acto. Tenía 34 años, aunque su aspecto era el de un hombre 20 años mayor, según el informe forense.

El mundo de la música celebra hoy el centenario de Charles Christopher Parker Jr., nacido en Kansas City, una ciudad que por años había provisto al jazz de grandes músicos. En Estados Unidos se ha articulado una celebración titulada “Bird 100”. Incluye el inédito disco “Bird in LA” y reediciones en vinilo con el arte original del sello Verve para álbumes como “Bird and Diz”, “Charlie Parker plays south of the border” y “Charlie Parker with strings”, entre otros. También, una colección de partituras de sus composiciones y la novela gráfica “Chasin' The Bird: Charlie Parker in California” (Z2 Comics).

¿Cómo fue que alguien que al comienzo solo tocaba las adormecidas notas en la tuba, se convirtió en el más grande improvisador de todos los tiempos y el revolucionario del jazz? Eso sigue siendo tema de debate.

Onomatopeya crucial

Para entenderlo, lo primero es el hecho de que su madre, que no podía costear una tuba, le compró un saxofón alto. Luego está el famoso episodio, también narrado en la película, del platillo lanzado por el baterista Papa Jo Jones, que con un estruendo interrumpió el deficiente solo de ese jovencito en una jam session. Esa humillación llevó a Parker a un trabajo decidido por descifrar los códigos de la música.

El historiador del jazz Joachim E. Berendt sistematiza las repercusiones de su aparición: “Si Louis Armstrong hizo que todos los trompetistas de jazz cambiaran su manera de tocar, entonces Charlie Parker empujó a todos los instrumentos a tocar distinto”.

El bebop fue un idioma nuevo para músicos cansados del swing, siempre curvilíneo. El bebop era una música de líneas y ángulos rectos, creada en el club Minton's de Harlem, junto a Thelonious Monk, Dizzy Gillespie y Charlie Christian. Una palabra que surge de una onomatopeya, la unión de una sílaba cerrada y otra abierta que representa la acentuación de la música en el tiempo débil.

Al ritmo de esa mecánica, Parker siguió adelante en un vértigo que le costaría muy caro. “Fue drogadicto, bulímico, alcohólico y tenía problemas mentales. Estas características, que él supo esconder, pesan más que cualquier forma de arte en una sociedad de la abundancia y la cosmética. Charlie estaba destinado a no ser motivo de orgullo colectivo (...). Su último acto vital fue un ataque de risa frente al televisor”, escribió su biógrafo, Ross Russell, un hombre que conoció de cerca esa vida de errante y más de una vez lo salvó de la muerte.

Según le contó la baronesa para esa biografía de 1972, en el momento de la muerte de Charlie Parker, se escuchó en Nueva York el estruendo de un trueno. Russell: “También se había oído el sonido de un trueno cuando Beethoven murió”.

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