lunes, abril 23, 2012

Los Blue Splendor celebran 50 años de existencia


El Mercurio

La banda de rock and roll más longeva de Valparaíso comenzó una gira aniversario que recorre Chile y que culminará a fines de junio en el Teatro Municipal del mismo puerto que los vio nacer.

Diego Rammsy S.
Corría el año 1964, y el quinteto de las chaquetas azules, formado hace dos años, se paseaba entre quintas de recreo y clubes sociales tocando rock and roll de un cerro a otro. Los Blue Splendor, comandados por la voz única de Rafael Palacios y el característico órgano Hohner de Angelo Macchiavello, se disponían a conquistar a la juventud con su contagioso twist de sonido espacial, misterioso e irremediablemente porteño.
En el auditorio de la desaparecida Radio Caupolicán de Valparaíso se presentaban en el "Show popular Phillips", un concurso de músicos emergentes cuyo premio mayor consistía en grabar en los estudios del sello en la gran capital. Con el sonido de los tambores y un par de saxos tenores acompañando la voz reverberante de Palacios cantando "Amazonas", se imponían con gran originalidad para ganar por lejos el primer lugar, dejando en el segundo al cantor popular Jorge Farías, reconocido por su versión de "La joya del Pacífico" e inmortalizado con una estatua que descansa sentada en una banca de la plaza Echaurren.
A pesar de haber ganado, los mozuelos fueron ignorados en los pasillos de los estudios en Santiago. Regresaron dos veces con las esperanzas desechas y las manos vacías a su puerto querido. Pero la tercera fue la vencida.

"Nos costó, no nos pescaban, nos decían que todas las horas de grabación estaban ocupadas. Para el argentino Saúl San Martín, entonces director musical de Phillips, nuestra música no era comercial, decía que era una 'porquería' y que el saxo sonaba como una 'vaca'", recuerda Carlos Cifuentes (65), saxofonista que desde 1964 integra el grupo, y que junto al guitarrista José Rivera (66) son hoy los dos únicos sobrevivientes de la formación histórica de la banda.

Si el entonces quinteto porteño logró llegar al disco, se lo debe a la cantante Palmenia Pizarro, quien, tras verlos tan abatidos en los pasillos del sello, les cedió parte de sus horas de estudio para que grabaran su primer sencillo. "Ella intercedió y nunca hemos tenido la posibilidad de agradecerle personalmente. Gracias a su gestión fuimos éxito de ventas en Chile", cuenta Cifuentes.

"El disco single que grabamos con 'Amazonas' y 'Verano sin amor' fue un batatazo no sólo en Valparaíso, sino que en todo Chile, y hasta en Perú, donde fuimos de gira", recuerda quien ha portado el saxo tenor por tantos años.

Así comenzó el recorrido de la banda porteña, que a 50 años de su fundación sigue activa con obstinación a pesar de la desaparición de sus fundadores. Ángelo Macchiavello y Rafael Palacios, cerebro y voz, respectivamente, calzaron la brillante chaqueta azul hasta la muerte. Palacios se marchó en 2007 a los 60 por una septicemia, días antes de partir de gira al norte, y Angelo Macchiavello en 2011, a los 66, por una insuficiencia cardiaca. Pero su inmortal "Ritmo de go go" ya se había grabado en la memoria de Valparaíso, donde sus canciones nunca han dejado de sonar en las radios.

Inmortalizados en el documental de Manuel González, ganador del In-Edit 2008, y revestidos como Patrimonio Cultural Intangible de Valparaíso por la Unesco, estos porteños han sido tercos en mantener la banda vigente. Así fue como tras la partida de Macchiavello, su hijo tomó su puesto. "Me decía tío cuando era niñito, y ahora somos compañeros", dice Cifuentes sobre Angelo hijo. Reemplazar a Palacios fue ardua tarea, pues se necesitaron dos para cubrirlo, un bajista (Wilton Jil) y un cantante (Fernando Chard). Pero las chaquetas azules nunca se colgaron.

Con motivo de este cincuentenario, el grupo comenzó en el Casino de Calama una gira nacional que los tendrá en Valdivia (28 de abril), Iquique (10 de mayo) y Temuco (12 de mayo), para cerrar las celebraciones en el Teatro Municipal de Valparaíso a fines de junio.

¿Cómo lograron llegar a los 50? "Hay que ser un poco loco, pero el amor por la música te hace sentir realizado", dice Carlos Cifuentes.

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