La Tercera
La cantautora habla del álbum que sale en septiembre y que marca su distancia del sonido más folk.
por Manuel Maira
Un mundo de fantasía que se convierte en un trabajo. Un nombre que se transforma en una marca. Un ejercicio libre que de pronto es encasillado en géneros y comparaciones. Es lo que Camila Moreno ha tenido que entender en el viaje que emprendió hace apenas dos años, al editar un primer disco, llamado Almismotiempo. Un viaje intenso, como ella, donde han pasado muchas cosas.
Cosas como haber tocado en el Festival de Olmué, donde interpeló al presidente electo y entonces dueño del canal que transmitía el evento; como que Calle 13 viera ese mismo video en YouTube y la invitara a su show de Viña 2011; como haber recibido de sorpresa una nominación al Grammy Latino de 2009; como ir a tocar a México y España; como actuar en uno de los escenarios centrales del reciente Lollapalooza; como haber tenido que enfrentarse a un segundo disco, con 26 años y la conciencia de que esto ya no es un juego.
Ahora hay gente que la sigue. Hay un equipo de trabajo que coordinar. Hay un trabajo y una marca que salir a defender en Panal, su segundo disco, programado para septiembre. Pero en realidad, lo de la marca le importa poco a Camila Moreno. Antes que reforzar una identidad basada en su folclórico debut, ella quiere moverse, desmarcarse.
"Que te digan que eres la voz del pueblo, que te asimilen con la Violeta Parra o con el folk, no me gustó nada, por mucho que respete a la Violeta, que toque guitarra, estoy buscando otra cosa, estoy buscando un sonido con el que me sienta feliz… me pusieron etiquetas y no tuve tiempo de pensar si quería estar ahí o no por la rapidez en que ocurrió todo", explica acerca del proceso que derivó en un álbum que tendrá un primer single en julio, que fue producido por Cristián Heyne y que tiene como invitada a la voz de Aterciopelados, Andrea Echeverri. Incendié es una de las 13 canciones del disco y cuenta con la colaboración de la colombiana, a quien Camila Moreno conoció en 2010, en los Carnavales Culturales de Valparaíso.
"Le pasé mi disco y a la semana me llegó un mail de ella diciendo que le había encantado Almismotiempo. Me sorprendió mucho, mantuvimos una comunicación esporádica vía mail hasta que nos encontramos en México. Así, cuando hice esa canción, sentía que la voz de Andrea sería maravillosa para el tema. Se lo propuse, ella aceptó, grabó sus voces en Colombia y las envió vía correo electrónico", comenta de una de las dos o tres colaboraciones que tendrá el álbum, donde también fue invitado el ex integrante de Faith No More, Trey Spruance, quien concretaría su participación la próxima semana en Chile.
Sonido documental
"¿Y cómo suena el disco, Camila?" La pregunta debe ser de las más repetidas y odiosas que un músico enfrenta al entregar un nuevo trabajo y la deja en silencio por un buen rato. "Tendría que escucharlo", dice riéndose antes de responder más en serio. "Hoy día me doy la libertad de experimentar con un nuevo sonido y me da lo mismo que la gente que me escuchó y creía que era folclórica no entienda que hoy esté tocando con guitarra eléctrica y que haya unas bases electrónicas. Hay un lenguaje musical que no se restringe a un estilo, hay que liberarse, tal vez me dejen de escuchar y nadie entienda este disco, pero yo me siento tranquila con él, me emociona, me carga quedarme estancada, siempre voy a cambiar y te aseguro que mi tercer disco será muy distinto al que hice ahora".
Sobre los temas que trata, son variados. Está desde las dificultades de los pueblos indígenas en el sur de Chile, hasta asuntos íntimos. "Me toca el tema de la muerte y el tema indígena y que las grandes corporaciones pasen por encima de la gente. También hay canciones de lo estúpida que me sentí empezando a hacer música para trabajar o de lo triste que me sentí cuando terminé con mi pololo. En general escribo desde mi emoción, cuando las cosas tocan ese lugar, tengo la urgencia de hacer una canción".
Factor clave en la nueva sonoridad de Camila Moreno es la producción de Cristián Heyne, responsable de haber guiado varios de los mejores discos chilenos del último tiempo, como los más recientes de Alex Anwandter, Javiera Mena, Fernando Milagros, Dënver y Gepe. "Hay mucha empatía en la música que nos apasiona, Heyne también estaba 'chato' de los sonidos limpios y del deber ser del sonido de los discos en Chile. No quería sonar perfectita y bien portadita". Para lograr "despeinar" el sonido, la dupla grabó partes al aire libre en playas, bosques, el Barrio Bellas Artes y en el mismo estudio de Heyne con las ventanas abiertas.
"Este disco es más lúdico, es menos convencional, tiene cantos como ruidos, hay temas en un solo acorde, súper pegados, queríamos un sonido más documental. Hay muchas canciones en que grabamos la guitarra y la voz al mismo tiempo, porque tiene pasajes que nunca serán iguales", explica antes del balance final: "El disco de ahora es mucho más maduro, es la Camila que soy hoy. Me siento mujer, ya no me siento niña".
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