lunes, abril 30, 2012

Beto Cuevas: "Yo no vendo religión, sí quizás un poco de filosofía"

El Mercurio


Mañana se lanza "Quiero creer", el primer single de su álbum "Transformación", donde cumple un compromiso asumido con Dios.  

JOSÉ VÁSQUEZ

BUENOS AIRES.- Adelante, su banda golpea fuerte sus instrumentos en la prueba de sonido. Atrás, los bombos de la batería rebotan como una bola de flipper dentro del box metálico donde Beto Cuevas descansa antes de salir a cantar. El ex vocalista de La Ley está conversador. Mañana lanza "Quiero creer", el primer single de su segundo disco solista "Transformación", que se lanza el 19 de junio, y la inspiración por su nuevo trabajo lo entusiasma a disparar revelaciones, como que ahora siente una gran responsabilidad frente al micrófono. Que tras salvar ileso de un inminente accidente aéreo, asumió un compromiso con Dios y que ahora usará el pedestal del micrófono para ser un líder de opinión.

"Fue 2002 para la gira del MTV Unplugged con La Ley. Volábamos de Bogotá a Panamá. Habíamos despegado hacía quince minutos y la tripulación corría de un lado a otro, nerviosa. Vi azafatas llorando y entonces habla el capitán y nos informa que el avión tenía un problema grave en el tren delantero. Era una cuestión técnica que nunca entendimos muy bien, pero debíamos regresar y prepararnos para un aterrizaje forzoso. Miré por la ventana y sólo veía montañas y campo. Una azafata pidió un voluntario para que, en caso de que sobreviviéramos abriera la puerta de emergencia. Pedro (Frugone) se ofreció de inmediato. Admiramos su valentía, pero luego él confesó que lo hizo para salir arrancando primero. En ese momento, lo único a lo que atiné fue a rezar. Hablé con el Dios que concibo, porque yo no soy religioso, soy espiritual. Le dije que si él quería que yo muriera ahí, lo aceptaba. Entonces mi nivel de ansiedad bajó en un 40%. Sentí paz. No sé si es mental, pero seguí conversando con Él. Le pedí que por favor no pasara nada, que tenía hijos y que me comprometía a usar mi tribuna para abrirle el corazón a la gente. Ayudarlos a despertar, cantando cosas que nos unan. Nunca he sido ácido, pero siento la responsabilidad de ser un cantante, un líder de opinión... El avión aterrizó perfectamente junto con mi compromiso. Ahora tengo un propósito".

-¿Por eso compuso "Amor y actitud", una canción sobre las marchas estudiantiles?
"Sí, me gusta que sea un movimiento civil, pero también me dan ganas de decir: 'Tranquilos, tengan paciencia, que los cambios no son de la noche a la mañana. No dejen que esto se politice. Háganlo de manera pacífica, ahí está la clave'".

-¿Se vive distinto luego de una experiencia así?
"Siento que tengo un ángel guardián. Me he salvado de accidentes cruzando la calle. Pasa que veo una cosita en el suelo, me detengo para recogerla y de repente 'woooooow', pasa un camión frente a mis narices. Me ha pasado varias veces".

-¿Se siente especial?
"No lo sé. Pero hay cosas que no tienen mucha explicación. Compuse una canción con un vecino productor y músico, un año después del terremoto en Chile. Se llama 'Live from Japan' y mi idea salió sólo por la sonoridad del tarareo que sonaba como 'live from Japan'. Entonces salió una canción que habla sobre el 21 de diciembre de 2012, cuando todo el mundo especula que se va a acabar el mundo. Tuve imágenes de explosiones que luego cuando sucedió lo del terremoto en Japón, coincidían con lo que había imaginado".

-¿Después de todo esto, cómo suena "Transformación"?
"Es bailable, pero bajo mi concepción de la música dance. Había gente que me decía que ojalá fuera un disco de house, pero yo les dije: 'Flaco, no soy un DJ'. Es diferente a 'Miedo escénico', uno baterías acústicas con baterías sintéticas, teclados mezclados con guitarras, lo que produce un balance más grueso".

-En 'Miedo escénico', recién se había separado, ¿eso influyó mucho en la composición?
"Fue raro, porque siempre estuve en pareja y me separé de la Estela (Mora) y de La Ley. Llegaba a mi casa y estaba solo. Ha pasado el tiempo y estoy en muy buena onda con ella. Somos una familia, tenemos hijos preciosos. Tengo mucha paz interna con lo que hago y eso se refleja de alguna forma. Las letras son más luminosas. Mi sentido con este disco es tratar de abrirle el corazón a la gente, aunque parezca evangelizador. Pero yo no vendo religión, sí quizás un poco de filosofía".

-¿Qué espíritu tiene este disco?
"Está grabado en la casa de Frank Zappa (estudios UMRK), conozco a su familia y tiene mucho de él. Claro, no suena como Frank Zappa, pero su espíritu está ahí. Siento su presencia, él vivía en el estudio".

-No lo imaginaba cercano a su música.
"No era muy fanático, pero conozco sus discos. Una noche estábamos grabando voces y Jay Lee (Jared Lee Gosselin, productor del disco) me dice: 'Para que agarres onda voy a apagar las luces'. Sólo quedó algo tenue que iluminaba el atril con las letras. En el vidrio se iluminó una sombra, entonces sentí fuerte la presencia de él o de alguien, sentí miedo. Creo que eso le aportó algo mágico a la producción. No cualquiera puede llegar ahí. Es un estudio subterráneo, que está debajo de la casa. Estuve dos meses trabajando ahí".

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