sábado, septiembre 26, 2020

Ángel Parra Trío: la reconstrucción de una discografía medular

 El Mercurio


El rescate de un patrimonio sonoro realizado por la oficina Evolución permite reanudar en plataformas de streaming la escucha de la muy diversa música de este elenco de jazz.

IÑIGO DÍAZ


Para cuando la banda llevaba un camino recorrido de casi diez años de música, recién estaba llegando a este mundo Juan Pablo Salvo. Hoy, el trompetista de jazz de 21 años es integrante de la nueva formación del Ángel Parra Trío, que incluye al contrabajista Tomás Brunetti y al baterista Andy Baeza, un hombre estable desde 2007.


“Brunetti me recomendó a Salvo. Me gustó mucho su sonido, además que él tenía un gran respeto por la historia del Ángel Parra Trío”, señala Ángel Parra Orrego, guitarrista y líder del conjunto, y uno de los referentes de ese jazz denominado “de la transición”: no solo comenzó a sonar junto con la vuelta a la democracia, sino que también marcó un paso previo a la era de la autogestión que se instaló con todo hacia 2003. “Fuimos precursores de ello”, dice.


“Alcanzamos a tocar dos veces con esta formación nueva antes de la pandemia. Fueron conciertos en el Bar de René, para vernos a nosotros mismos como grupo. Al público le gustó mucho y nos permitió tener un rodaje. También fuimos al Festival de Jazz de Talca”, señala. De cierta forma el grupo volvió a la idea del jazz de club, lo que lo conecta con sus propios orígenes.


Así pasa cuando sucede


Álbumes como “Ángel Parra Trío” (1992), “Patana” (1995) y “Piscola standards” (1996) son parte de esa historia inicial, con la formación clásica del grupo junto a Roberto Lindl (contrabajo) y Pancho Molina y Moncho Pérez (baterías). Desde hace diez días están disponibles en plataformas de streaming.


Es el resultado de un proyecto de recuperación de ese patrimonio sonoro que Ángel Parra desarrolló junto a la oficina Evolución desde 2018 y que hoy permite tener sus once discos reubicados. “Estamos sincronizando la discografía con el mundo actual en línea. Mucha de nuestra música estaba discontinuada. Para los que somos de los 90 no había sido tan fácil hacerlo, pero esto tenía que pasar”, dice Parra. “El siguiente paso es reeditar los discos en vinilo, porque la gente me lo ha pedido. El CD ya no existe más”, agrega.


La música del grupo testimonia los tiempos. De esa propuesta para clubes, el proyecto dio un paso importante hacia las músicas populares, masificando la audición del jazz. “Se dio de una manera natural, nada premeditado”, dice Parra. El álbum “Tequila” (1998) fue el primero en el que comenzaron a tocar con figuras de la vieja guardia, como el acordeonista de cueca Rafael “Rabanito” Berríos.


De ahí en más viene un amplio rescate de estas glorias en distintas grabaciones: la cantante Nelly Sanders, los guitarristas Óscar Arriagada y Panchito Cabrera, el saxofonista Mickey Mardones, el trompetista Ricardo Barrios, el tumbador Adelqui Silva y, por supuesto, Valentín Trujillo, quien grabó también en el último disco del grupo, “Dulce compañía” (2016), con el estatus del hombre que representa la historia de la música popular chilena por cerca de 70 años.

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