El Mercurio
La cantante y actriz francesa falleció ayer, a los 93 años, en su casa de Ramatuelle (Var), en el corazón de la Costa Azul.
JUAN ANTONIO MUÑOZ H.
Era la última de las grandes leyendas de la época de oro del barrio de Saint-Germain-des-Prés, en la posguerra, intérprete del gran repertorio de Jacques Brel, Boris Vian y Serge Gainsbourg.
Juliette Gréco, quien falleció ayer a los 93 años, nació el 7 de febrero de 1927 en Montpellier, pero sus padres se instalaron luego en la parisina rue de Seine, centro de una zona que se transformaría en tierra mítica a partir del fin de la Segunda Guerra. Comenzó como actriz, pero ella prefería la vida nocturna de los escondites musicales del barrio, donde se imponía el bebop estadounidense, y que Albert Camus, Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir empezaban a convertir en cenáculos del intelecto y del arte.
Su atractiva personalidad y belleza la llevaron a obtener papeles en las películas “Orfeo” (1950), de Jean Cocteau, y “El reino de los cielos” (1949), de Julien Duvivier, y a trabajar con directores como Jean-Pierre Melville y Jean Renoir. Muy pronto, su voz tan especial pasó a identificarse como “el verdadero sonido de París”. Esa cualidad fue sellada con la gran canción “Les feuilles mortes”, de la dupla Jacques Prévert/Joseph Kosma.
También estuvo en Chile. ¿Cuántas veces? Un enigma. Las notas publicadas en julio de 1981 para su participación en los programas de TV “Vamos a ver” y “La gran noche”, realizados en el Anfiteatro Lo Castillo y en el Teatro Casino Las Vegas, respectivamente, apuntaban que era su tercera y aun su cuarta visita, sin especificar los años. Adolfo Flores, director de radio Beethoven, recordaba en 2015 que Fernando Rosas y él, en los comienzos de la Agrupación Beethoven, la trajeron “después de 1976, en 1977 o 1978”. Añade que su recital, que ubica en el Teatro Oriente, “fue una locura” y que suscitó fervor entre los asistentes.
Los datos más certeros son los de la actuación de 1981, replicada en muchos medios franceses porque se desarrolló durante el gobierno militar. Y también porque inspiró un poema de Étienne Roda-Gil que se convirtió en canción: “Utile” (Útil), que Gréco incluyó en su disco “Le temps d'une chanson”.
En 2015 anunció su adiós de los escenarios con la gira “Merci”.
Después de enterarse de su deceso, el Presidente francés, Emmanuel Macron, expresó que Juliette Gréco “encarnaba la elegancia y la libertad”.
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