La Tercera
El hijo de Gato Alquinta reaparece en la escena con Dicen que, su primer álbum como solista. Un trabajo de cantautoría, rock y música de raíz que comenzó a trabajar tras su mediática salida de Los Jaivas.
Los primeros días de 2013 marcaron un punto de quiebre en la carrera de Ankatu Alquinta Ross (47). Tras una década ocupando el vacío que dejó en Los Jaivas la muerte de su padre, en enero de ese año el músico fue despedido por los restantes miembros de la histórica agrupación, quienes consideraron que los proyectos paralelos de su entonces guitarrista eran incompatibles con los del conjunto. La determinación tuvo dos efectos inmediatos: primero, Alquinta demandó a su ex banda por despido injustificado, acción que al año siguiente se resolvió con un acuerdo extrajudicial entre ambas partes. Pero en paralelo, tras una partida que el músico describe como “traumática”, el hijo de Eduardo “Gato” Alquinta sacó la voz. “Ese año comencé a cantar, lo que me animó a tomar algunas canciones que había hecho, e instantáneamente empezaron a aparecer otras creaciones”, cuenta.
Casi cinco años después de su salida de Los Jaivas, Alquinta se estrena formalmente como solista con Dicen que, LP de nueve canciones que compuso en el último año, ya disponible en plataformas digitales y que el guitarrista lanzará en vivo el 2 de diciembre en la Casona Nemesio Antúnez de La Reina. Un trabajo donde el también sonidista combina rock y música de raíz latinoamericana, como parte de una propuesta de cantautoría muy personal pero indudablemente influenciada por la banda que fundó su progenitor.
“He incorporado muchos elementos de mi padre en este desarrollo artístico porque considero importante el tema de la identidad. Gato es el principal referente de la guitarra eléctrica en Chile y si alguna enseñanza me dejó es esa esencia creativa y evolutiva en la música. Para mí, honrar su memoria es hacer música nueva”, comenta el solista.
-Según comentó en aquel momento, fue justamente esa necesidad creativa la que lo terminó distanciando del resto de Los Jaivas.
-Por supuesto que tuvo mucho que ver. Ellos están en una etapa de difundir su legado, de reproducir un sonido histórico de los Jaivas que es lo que el público de ellos quiere también, y quizás yo no me amoldaba en ese enfoque porque lo mío es hacer música nueva. La música tiene que ser evolutiva. Los Jaivas están vivos cuando hay nuevos músicos adaptando su legado para hacer música nueva, no para repetir su repertorio.
-¿Fue necesario ese remezón de 2013 para decidirse a emprender un proyecto en solitario?
-Claro. Es como un parto, sales al mundo de manera traumática y a porrazos te vas levantando. Porque además mucha gente cree que por ser hijo del Gato Alquinta uno tiene el camino pavimentado y eso es una falsedad. En este país no hay circuitos para difundir cultura, por el contrario, la gente es reacia a escuchar propuestas nuevas y muchos esperan que yo toque Los Jaivas, pero cuando escuchan estas canciones se disuelve este conflicto.
-¿Luego del quiebre y la demanda mantiene algún tipo de relación con sus ex compañeros?
-Con Los Jaivas está todo cerrado. Lo que ocurrió fue lamentable, porque como gran parte de los chilenos siento un gran amor por su obra, es un pilar en mi formación como músico. Y aunque es algo en lo que no se puede dar pie atrás, por mi parte siento que ya está bien resuelto lo que en su momento fue un golpe para mí, en lo emocional y también en lo económico. En todo caso tengo los mejores recuerdos de Los Jaivas. Además de un privilegio, para mí fue una obligación estar allí representando a mi padre. Pero siempre lo que prevalece es la música, que en el caso de Los Jaivas es parte de nuestra historia y de la cultura popular.
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