"Desde que un ser humano aprendió a escribir y divulgar sus palabras, nunca faltó otro que quisiera borrarlas, destruirlas, hacerlas desaparecer de la faz de la Tierra. Junto con la escritura nació también la censura. Las palabras estaban hechas de la misma sustancia del deseo" (Federico Andahazi).
Por Juan Antonio Muñoz H.
Hay que prepararse para volver a ver y a escuchar a Dmitri Shostakovich y su "Lady Macbeth de Mtsensk" ("Ledi Makbet Mzenskogo ujesda"), que retorna al Teatro Municipal después de su exitoso estreno en 2009.
Prepararse porque hay que saber acerca de esta ópera para captar su significado profundo y también porque es necesario conocer el contexto en que fue creada. No es música "fácil" tampoco. Ópera en la que el telón de fondo es más importante que la historia relatada, "Lady Macbeth" no se entiende sin el mundo que la vio nacer; un mundo que abandonaba toda vocación bucólica y legendaria para desnudar las tragedias sociales y las frustraciones eróticas de los personajes. La obra propone una indagación psíquica y física sin meandros.
El estreno fue el 22 de enero de 1934, en el Teatro Mali de Leningrado. La ópera zanja que si bien el deseo es irreprimible, dejarse llevar por él es un acto político que tiene consecuencias. "Lady Macbeth" no es un guiño a Shakespeare -con libreto de Aleksander Preis y del propio compositor, está basada en un relato homónimo de Nikolai Leskov y, salvo por el título, es poco y nada lo que tienen de común Katerina y la protagonista de la "obra escocesa"-, sino un canto a cómo la intención de frenar las pasiones tiene resultados peligrosos para la psiquis: "Bésame para que la sangre acuda a mi cabeza y los íconos caigan de sus pedestales", canta Katerina, la protagonista.
El arrebato sexual que involucra a Katerina y Sergei va en paralelo con las aspiraciones sociales de cambio, y es por esto que la juventud y los disidentes de la Unión Soviética repletaron los teatros para ver y escuchar esta ópera. Solo en Leningrado tuvo un éxito enorme: 83 funciones.
Shostakovich compuso "Lady Macbeth" cuando tenía entre 24 y 26 años. El investigador húngaro András Batta escribe en su libro "La ópera" que los años de gestación, entre 1930 y 1932, estuvieron marcados para el músico por dos acontecimientos relacionados entre sí. Dmitri se había enamorado perdidamente de Nina Warsar, para quien compuso la obra, y estaba en pleno recorrido por "los laberintos del amor y la sexualidad". Además, eran años en que los jóvenes soviéticos "reivindicaban y practicaban el principio de la libertad sexual", mientras que las autoridades del régimen trataban de reducirlo al crecimiento de la población.
Stalin mismo fue a una función y abandonó la sala, irritadísimo. Tras eso se produjo una campaña de prensa liderada por un artículo del Pravda, titulado "Confusión en vez de música", cuya autoría se suele atribuir al propio dictador. En el texto se condenaba a "Lady Macbeth" de "pornofonía" y formalismo. Hubo que sacar la ópera de cartelera.
Años más tarde, Shostakovich fue instado a realizar los "arreglos" pertinentes. Fue así y con el título de "Katerina Ismailova" que se estrenó en 1963, aunque la revisión se inició en 1958. Recién en 1979, el cellista y director Mstislav Rostropovich y su esposa, la soprano Galina Vishnevskaya, pudieron acceder a la partitura original, con lo cual se reintegró a los escenarios del mundo.
Galina Vishnevskaya, en sus memorias publicadas por Javier Vergara, recuerda cómo se conmovió el músico, muchos años después, cuando algunas páginas de "Lady Macbeth" fueron recuperadas: "Cuando Slava (Rostropovich) comenzó a tocar con su sonido maravilloso la melodía dulce y plañidera de Katerina, no pude evitar mirar a Shostakovich. Las lágrimas corrían por sus mejillas".
Shostakovich decía en su ópera original que ninguna mujer debía sentirse postergada sexualmente. Así, en su aria del segundo acto, Katerina canta: "Nadie viene hacia mí, nadie toma mi talle entre sus brazos, nadie besa mis labios, nadie acaricia mis senos, nadie me agota con su amor ardiente....". En la revisión de 1963, las palabras son bastante diferentes: "Vi en el tejado un pequeño nido con pajaritos. Es triste que ella no tenga a su palomo amado...".
Maxim Shostakovich, hijo del compositor, quien vino a Santiago en 1991 para dirigir las sinfonías 1 y 13 de su padre, en entrevista con "El Mercurio" comentaba entonces que su progenitor sobrevivió al régimen "sencillamente porque creo que la mayor parte de los oficiales no entendieron su lenguaje... Los poetas y los novelistas que pensaban como él y que escribían con palabras sus ideas, fueron asesinados o hechos prisioneros. Las próximas generaciones comprenderán nuestro tiempo por la música. Y se entenderá la primer mitad de este siglo en la Unión Soviética gracias a la música de mi padre".
Funciones: 12, 14, 16, 17, 18 y 19 de octubre. Teatro Municipal de Santiago. Dirección musical: Konstantin Chudovsky / Pedro-Pablo Prudencio. Dirección escénica: Marcelo Lombardero.
Recomendación: En YouTube se puede ver la película sobre la ópera que el régisseur checo Petr Weigl realizó en 1992 con los actores Markéta Hrubesová (Katerina) y Michal Dlouhý (Sergei), doblando las voces de Galina Vishnevskaya y Nicolai Gedda. Se trata de un filme bastante explícito.
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