No es un pequeño espectáculo de rock o uno teatral. Inspirado en un concierto en la Casa Blanca, uno de los famosos storytellers (contador de historias) del rock está llevando sus propias vivencias a un nuevo escenario.
Jon Pareles, The New York Times
"Springsteen on Broadway". Para el compositor que surgió de las actuaciones en un bar en la costa de Nueva Jersey para convertirse en símbolo de empatía para el estadounidense de clase trabajadora, que se ha estado presentando en diversos escenarios por casi cuatro décadas, la simple yuxtaposición parece un choque de escala y estilo. ¿Es esto un concierto íntimo o un espectáculo teatral? Bruce Springsteen (68) dice que es algo más, y que una extensa residencia en Broadway es la declaración que quiere hacer ahora.
Esto empezó en la Casa Blanca. El 12 de enero, en las últimas semanas del gobierno de Obama, Springsteen ofreció un concierto acústico en el Salón Este, como un regalo de despedida de la familia Obama y para los cerca de 250 miembros del personal. Para el artista, quien toma cada presentación muy seriamente, fue un momento de recuento. Con todo cuidado armó una lista de canciones que abarcó su carrera; iluminó las canciones con historias y recuerdos hablados que se hicieron eco de "Born to Run", la autobiografía que publicó en 2016.
"Hubo mucho ' storytelling ' (narración de historias), lo cual se remonta a nuestros primeros días en el Bottom Line cuando estábamos frente a un par de cientos de personas", dice Springsteen en su casa en Colts Neck, Nueva Jersey, al recordar el club de Greenwich Village, donde sus presentaciones en el verano de 1975 llegaron a ser una sensación. "Funcionaba en un ambiente muy, muy íntimo".
Regresando a su hogar desde Washington, Springsteen y su esposa, Patti Scialfa, y su mánager, Jon Landau, pensaron que más personas debían presenciar una actuación como esa. "La forma en que él combina las palabras habladas con las canciones que ha escogido suena como algo muy simple", señaló Landau. "Pero es una verdadera pieza de arte de la representación".
El resultado, nueve meses más tarde, es "Springsteen on Broadway", cuyas funciones de preestreno empiezan el 3 de octubre y luego continuarán, cinco noches a la semana, hasta febrero. El espectáculo se presentará en el Walter Kerr Theater para 960 personas, que se construyó en 1929 y ha sido el lugar que ha albergado más producciones ganadoras de Tony y Pulitzer que cualquier otro teatro de Broadway. A Springsteen le tomará un mes actuar para la cantidad de fans que podría asistir a un show en un estadio.
Desde el punto de vista de Broadway, el artista está planeando un espectáculo unipersonal; a diferencia de sus maratones en un recinto enorme, él estará en escena durante dos horas con un piano de media cola y una "serie de guitarras". Pero pretende ofrecer algo distinto de un concierto característico, donde las canciones y las palabras habladas vendrán a ser lo que él llama una "tercera entidad".
-Hablemos de Broadway. El suyo bien puede ser el único espectáculo ahí que no utiliza un director o un guionista.
"¡Ese soy yo! ¡Soy yo! Me voy a dirigir yo mismo en escena y escribí el guión por mi cuenta. Es un show bastante básico. Va a parecer un taller de garaje básicamente, y voy a tocar mis canciones y contar mis historias. Así es que no era algo que exigiera mucho más que eso".
-Usted tiene mucha experiencia en dar forma a un espectáculo.
"Eso es lo que he pasado haciendo toda mi vida. Esa era una parte importante del oficio. Si pertenecía a nuestra generación de músicos, tenía como mentor a los grandes artífices de cómo se lleva un show, cómo logra que funcione. Sam Moore de Sam & Dave, y por supuesto James Brown, ellos eran los grandes maestros de cómo cobrar impulso y cómo mantener un espectáculo. Y eso da paso a un show acústico. Este tiene que tener sus ritmos. Para esto lo difícil era encontrar cómo contar algunas historias sin desacelerar el ritmo del show. Esto es lo más cercano a lo que yo habría hecho en Max's Kansas City en 1973, cuando me presentaba solo".
-Usted hizo un "VH1 Storytellers" con algunos extensos interludios hablados en 2005.
"Eso sería lo más parecido a lo que estoy haciendo ahora. Cuando hice lo de VH1, Elvis Costello se me acercó más tarde y dijo, 'Vaya, se creó una tercera entidad'. Y eso es lo que me interesa hacer con el show. Estoy tocando música conocida, pero creo que lo va a llevar a escucharla con otros oídos debido al contexto en que la he puesto. Siempre hago un comentario: que cuando las cosas están funcionando en el arte, uno más uno es igual a tres".
Creo que una audiencia siempre quiere dos cosas. Quiere sentirse en casa y quiere que la sorprendan. Y yo salgo cada vez para hacer esas dos cosas. Trato de hacer que la gente se sienta que ha llegado a un lugar que ha conocido desde hace mucho tiempo, y luego también trato de sorprenderla con algunas nuevas ideas o nuevas formas o nueva energía o simplemente una nueva forma de hacer algo. Tiene que tener ese factor X. Si no lo tiene, está muerto".
-Sin duda usted no intentó escribir un musical de Broadway.
"¡Eso es difícil! Felicito a los chicos que lo han intentado. No son las mismas reglas que rigen para la composición de música popular. Es un formato completamente diferente y creo que se necesita un conjunto totalmente distinto de habilidades. No se trata de decir, 'ya, voy a escribir 12 canciones y de algún modo las voy a unir'. Conozco a chicos que realmente lo intentaron. Mi amigo Sting, según mi opinión, hizo un trabajo grandioso con "The Last Ship". Pero es una cosa diferente concebirlo de principio a fin".
-Con su libro y con "Springsteen on Broadway" está repasando todo su pasado. ¿También está componiendo canciones?
"Terminé un disco. Tuve cierta inspiración. Cuando está sumido en un período de creatividad es muy similar a tener hambre todo el tiempo. Tiene apetito por componer. Es una de las sensaciones más agradables en el mundo para un compositor, porque sabe lo que es estar sin ese apetito. Una vez que se sume en esto, se está alimentando. A cualquier parte que vaya tiene hambre. Así es que yo podría crear un verso mientras estoy sentado en la cocina, podría estar dormido y despertar en medio de la noche y subir a mi sala de composición y crear otro verso o dos. Literalmente, lo hago en cualquier parte y en todas partes, y ese va a ser un buen lugar para estar. No sucede muy a menudo".
-El hecho de escribir el libro lo debe haber llevado a pensar en su historia de vida.
"Es una de las cosas que en cierto modo estoy contento de que exista. Por los hijos; los niños realmente no saben mucho sobre la vida de uno. Tuvimos nuestros hijos tarde, yo tenía 40 años cuando nació nuestro primer hijo, y ellos han mostrado un sano desinterés en nuestro trabajo a través de los años. Tenían sus propios héroes musicales, estaban interesados en su propia música. Se mostrarían bastante inexpresivos si alguien mencionara el título de una canción mía, y por eso siempre consideré que habíamos hecho una buena labor. Sé que ninguno de mis hijos ha leído el libro, aunque imagino que algún día lo harán, quizás. Eso en cierto modo me agrada. Mi trabajo es una labor extraña, es una línea excéntrica de trabajo. Y no se compara con nada más y puede ser difícil abordarla. Como digo en el libro, conozco a muchos niños a quienes no les importaría ver a 50 mil personas abucheando a sus padres. Pero no sé cuántos desearían ver a esas personas aplaudiendo a sus padres. Simplemente no está bien (risas)".
-El libro explica que usted siempre ha sido un músico. Jamás tuvo en realidad un empleo de nueve de la mañana a cinco de la tarde. Pero "Springsteen on Broadway" se presenta cinco noches a la semana durante cinco meses. Es un trabajo estable.
"Es un empleo real. Este es mi primer trabajo real, creo (risas). Es lo único a lo que me dedico con un cierto sentido de confianza. Bueno, no estoy utilizando mi físico totalmente sobre una base diaria. Y no estoy utilizando mi voz; es decir, no estoy gritando. Pero la energía mental que se necesita para hacerlo es la misma. La gente viene a ver que esté total y absolutamente presente. En cualquier momento que esté tratando de hacer eso, se requiere de mucha energía".
Las entradas para ver a Springsteen en Broadway van desde los US$ 700 hasta los US$ 2.400 en StubHub.
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