El director del Municipal de Santiago profundiza los hitos que veremos el próximo año en este escenario capitalino. Pide confianza a los abonados frente a una temporada de ópera arriesgada, con dos títulos contemporáneos.
Por Maureen Lennon Zaninovic
Fueron nueve días de tormenta, tras la huelga de un sindicato técnico. Frédéric Chambert, director del Municipal de Santiago, ahora respira tranquilo, luego de que se llegara a un arreglo con los trabajadores. "No soy un hombre al que le gusta la polémica y me alegra muchísimo que consiguiéramos un entendimiento", revela.
El martes, el profesional francés presentó la temporada 2018, la primera diseñada completamente por él. En conversación con "El Mercurio", se nota su entusiasmo a la hora de definir su sello artístico. "Mi primera línea tiene que ver con la apertura. Toda la programación está concebida para crear conexiones con la gente, en todos los niveles: con los vecinos, con el público de la Región Metropolitana y con el país, a través de giras y variadas propuestas", dice y se explaya sobre el regreso de un clásico: el abono "Conciertos de Mediodía", que abrirá el 13 de abril con un recital en homenaje a Bach, protagonizado, entre otros solistas, por los violinistas Byron López y Nicolás Peña. "Es una manera de ofrecer música de excelencia a un precio accesible ($ 6.000) y llegar a una audiencia más amplia. La actividad en el centro se concentra, fundamentalmente, a la hora de almuerzo, de lunes a viernes, y tenemos que sumarnos a esa realidad con una oferta destinada a un público que no es especialista y que podemos cautivar".
A los "Conciertos de Mediodía" y "Domingos Musicales", se sumarán el regreso de "Guitarra Clásica", "Grandes pianistas" y un nuevo programa, "Armonías Barrocas", a cargo del Cuarteto Helios.
Con respecto a la temporada de conciertos, Frédéric Chambert añade que el hilo conductor será la diversidad. "A mí me encanta mezclar Ravel con Shostakovich. Me encanta mezclar Penderecki con Beethoven. Me encantan los claroscuros. La temporada de conciertos fue construida bajo la premisa de encuentros improbables", señala. Se dará "Sueño de una Noche de Verano", de Mendelssohn, con la dirección de Pedro-Pablo Prudencio -"una obra que no se suele dar por su complejidad interpretativa"-, junto a una obra nacional. "Ahí estamos inaugurando una novedad importante, estrenaremos una obra chilena. Para eso, en los próximos días, lanzaremos un concurso público abierto a todos los compositores nacionales. La Filarmónica de Santiago estrenará el 19 y 20 de junio la composición ganadora. Abrirnos a los creadores locales también se vincula con nuestra temporada de ópera, que incluye un estreno de Miguel Farías, 'El Cristo de Elqui', basado en dos textos de Hernán Rivera Letelier ("El arte de la resurrección" y "La Reina Isabel cantaba rancheras")".
En cuanto a la temporada lírica, el director del Municipal de Santiago advierte que el bel canto estará representado a través de "Norma", de Bellini, y "El barbero de Sevilla", de Rossini. "Pero también tendremos a Mozart, con 'Don Giovanni'; programamos 'Tosca', de Puccini, que es más bien verista y romántica, y 'Lulú', de Berg, la ópera más polémica que se ha escrito en el siglo XX".
"Izquierdo vendrá con regularidad a dirigir"
Chambert también resalta que está armando un nuevo modelo de relación con los privados. "Ya lo hicimos con AES Gener. Queremos que las empresas no solo auspicien al Municipal, sino que, además, nosotros las ayudemos a cumplir su misión de servicio público".
-¿Cómo se generó la designación de Juan Pablo Izquierdo como director emérito?
"Él es un artista que cambió la música en este país, cambió las orquestas y el repertorio. Juan Pablo Izquierdo es un señor que se atrevió y le tengo el más alto respeto y consideración. Cuando una nación tiene la suerte de tener un artista de ese nivel, me parece normal que la más destacada institución musical del país le pida asociar su nombre a su historia. Es un honor para el Municipal nombrarlo como director emérito de la Orquesta Filarmónica de Santiago. De aquí a las próximas temporadas vendrá con regularidad a dirigir, empezando el 2018 con 'Lulú'. Tener esta ópera en Chile es en sí un evento y, además, sumar en la conducción a quien instaló la música del siglo XX en el país, me parece un lujo. Izquierdo aceptó dirigir esta ópera de Berg, porque se trata de una partitura muy desafiante".
"En esa línea, de ampliar las estéticas musicales que puede abarcar la Filarmónica, le pedí a Attilio Cremonesi (este año condujo 'Las bodas de Fígaro'), que se hiciera cargo del segundo título de la trilogía Da Ponte, 'Don Giovanni', y lo nombré director invitado principal, porque recientemente tuvo una experiencia increíble con la Filarmónica y porque es un experto mundial en el Barroco, en Mozart y el período clásico. Quiero aclarar que este cargo -que espero se extienda por varios años- no es la antesala de su nombramiento como director titular. No lo es, porque una casa de ópera necesita un director con un repertorio bastante amplio, que incluya a Verdi y a Wagner".
-Programar dos óperas más contemporáneas, como "Lulú" y "El Cristo de Elqui", ¿es un riesgo?
"Sí, es un poco arriesgado, pero también valoro haber comisionado una obra e incluirla dentro de la temporada oficial. La ópera de Miguel Farías y Alberto Mayol no es un añadido extra. La programé porque la música de Farías es excelente. Estamos ante un compositor cuyas creaciones se tocan en toda Europa y, por otro lado, cumplimos con nuestra misión de apoyar la música chilena. Estoy seguro de que los abonados van a entender este título y se van a entretener. Yo defiendo la idea de que el teatro, la ópera y la danza es, por sobre todo, entretenimiento, pero un entretenimiento que enriquece. Pido confianza a los abonados con este título y con 'Lulú'. Cuando uno se atreve a programar títulos así tiene que tener un equipo de primer nivel, y en 'Lulú', además de Izquierdo, se sumará una régisseur maravillosa, Mariame Clément".
-Así como se arriesgó con la ópera, no pasará lo mismo con el Ballet de Santiago...
"Es cierto, estamos ante un programa muy clásico. El signo de la temporada 2018 es el contraste y, por otro lado, hay que equilibrar. Si en la ópera hay más transgresión, en el ciclo del Ballet de Santiago estarán los clásicos. Tenemos la suerte de contar con una de las pocas compañías en este continente que es capaz de bailar, a un excelente nivel, el gran repertorio clásico, y tener a Marcia Haydée en la dirección. A ella le pedí quedarse hasta el fin de mi mandato, julio de 2022".
-¿Cómo se va a vincular el Municipal con la nueva gran sala del GAM?
"Es una suerte enorme para nosotros que, en 2018, se inaugure esta gran sala, por varios motivos. Primero, porque se abren miles de colaboraciones posibles y yo soy un hombre de colaboraciones. Estoy discutiendo con el director del GAM, Felipe Mella, cómo podemos trabajar en conjunto. Esta nueva sala, con un aforo de 1.800, nos va a ayudar a bajar la presión y descongestionar nuestro escenario principal. Espero, cuando ya esté funcionando, presentar parte de la temporada del Municipal en el GAM, pero para eso necesito analizar la sala ya construida y ver su acústica, porque sabemos que una buena sala de conciertos necesita una acústica muy específica".
-En esa línea de colaboración, ¿de qué manera el Municipal ha contribuido en la implementación del Centro de Extensión del Instituto Nacional?
"El Instituto Nacional me pidió hacer un estudio y ayudarlos a definir un modelo de gestión, y lo hice con mi equipo. Realizamos los análisis acústicos pertinentes y diseñamos un modelo. El Instituto Nacional es una entidad histórica, republicana e ícono de la ciudad de Santiago. Para mí, saber que tenemos una sala amiga de 800 butacas, a dos cuadras de nuestro teatro, es una información importante. Ahora nos tenemos que volver a reunir con las autoridades de este plantel, para ver cómo podemos seguir colaborando a futuro".
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