El evento que se realizó el fin de semana pasado en Bélgica se ha transformado en la cita más importante de la música electrónica mundial y, de pasada, ha logrado convertirse en uno de los más exitosos modelos de negocio en la industria musical. Una revolución desde los beats y la celebración que ha comenzado a marcar a toda una generación.
Martín De Mussy, desde Boom, Bélgica.
Lo de hace unos días en Bélgica se ve como toda una peregrinación. Son más de 190.000 personas de todas las edades y lugares que llegan para vivir una experiencia que muchos esperan desde hace años. Son los afortunados jóvenes, amigos y parejas de más de 80 países que alcanzaron a comprar uno de los tickets del festival que se agotaron en tan solo 28 minutos. Más de medio millón de personas trata de conseguir un ticket para el evento cuando salen a la venta nueve meses antes, pero menos de la mitad consigue hacerlo. Tomorrowland ha cambiado las reglas de los festivales. Lo suyo no se replica ni se acumula; la experiencia de ir al evento hoy es un verdadero privilegio. ¿Por qué tanto? Simplemente porque la experiencia es absolutamente incomparable.
Desde hace 11 años, en Boom, el recóndito poblado que queda a unos 30 minutos de Bruselas, se vive una celebración de la música electrónica en tres días, con 16 escenarios distintos y más de 400 djs y músicos de la escena electrónica global. Una fiesta interminable y un line up que no varía mucho año a año, porque logra reunir siempre a casi toda la élite del dance mundial, un género que hoy en día es entendido como el nuevo pop global. David Guetta, Afrojack, Tiesto, Avicii, Deadmou5, Dimitri Vegas & Like Mike son dueños de casa en Tomorrowland y ellos mismos son los que buscan estar todos los años presentes para no perderse una de los eventos con mayor exposición a nivel global. Para que quede claro, los streaming de las trasmisiones del festival llegan hasta más de 5 millones de personas. Lo de Tomorrowland es un festival donde finalmente los artistas que se presenten no es lo importante, sino la experiencia que se vive.
Por eso mismo, lo que verdaderamente llama la atención es la forma como el evento ha logrado convertirse en un sueño para los miles de jóvenes de todos los rincones que ahorran durante meses, buscan sus entradas por años y recorren cientos de kilómetros para vivir la experiencia al menos una vez en la vida. La razón está en el relato.
El elixir de la vida
"El libro de la sabiduría", "La llave de la felicidad" o "El reino de melodía" son algunos de los temas que el festival ha levantado en sus ediciones pasadas. El eje del 2016 fue la celebración de la tierra a través de "El elixir de la vida", una imaginería que sirve para crear un mundo completo que va desde personajes, restaurantes y tiendas hasta escenografías gigantes que dejan a las giras de U2 como un modelo de sencillez. En Tomorrowland el relato ha sido la clave para lograr unir miles de jóvenes que se sienten con algo en común, que se unen en una bandera propia del evento y en el que ellos mismos se denominan como las personas del mañana.
Tomando así el respeto por la naturaleza, el valor cultural y por supuesto el sentido de celebración, el festival ha logrado llevar a la realidad el lema de "Live Today, Love Tomorrow and Unite Forever" en una especie de Woodstock del nuevo milenio, donde el amor, el respeto y la diversidad son temas tan centrales como la misma música. Algo que se vive también durante los días del evento entre abrazos de gente que no se conoce, grupos de personas con banderas de todos los países y besos como postales entre todos los escenarios. Una especie de paraíso moderno en donde los bits suenan de fondo mientras la puesta en escena deslumbra entre la naturaleza y las personas felices que se sienten en Tomorrowland cumpliendo un sueño.
Un modelo inteligente
El éxito del festival también tiene que ver con la forma como los organizadores han venido haciendo las cosas desde sus primeros años. Pensado inicialmente como un evento que fuera sustentable económicamente y que genere un impacto entre todos los que son parte del proceso, Tomorrowland ha sabido involucrar a las marcas de la mejor manera posible: invitándolas a estar presentes, pero ofreciendo siempre una forma inteligente de mostrar su vinculación con el festival. Así fue como desde este año la gran alianza que sellaron con Budweiser se lanzó en la noche inaugural del evento con un show sorpresa de Tiesto, artistas de circo y fuegos artificiales que presentaron la canción Infected, el himno de esta versión 2016 que todos los asistentes podían descargar. Un ejemplo de cómo las marcas han logrado llevar la relación comercial a un nuevo nivel, dejando en claro que estar presentes acá es una oportunidad que no se puede desaprovechar. Algo que también saben los cientos de miles de asistentes y que el lunes pasado, cuando desarmaban sus carpas y caminaban hacia la estación de bus más cercana, comentaban abrazados entre ellos.
Un festival del mundo
El evento se ha transformado en un ejemplo vivo de celebración sobre la diversidad y el respeto aplaudido por la misma ONU y Ban Ki-moon, por lo que en el DreamVille -el campamento para todos los asistente que comparten por cinco días- las fiestas temáticas de países, los concursos deportivos, las muestras gastronómicas y las banderas de todas las naciones arman el escenario para una verdadera aldea mundial que sólo se vive acá.
Por otra parte, Tomorrowland UNITE es la forma como el festival se ha encargado de llevar en streaming la gran fiesta que se vive cada año en el tercer fin de semana de julio en Bélgica, llegando a más de cinco millones de personas y armando eventos con transmisiones en vivo en India, México, Sudáfrica, Japón, Alemania, Israel y Brasil. Estas celebraciones globales también son proyectadas en vivo en diferentes pantallas adentro del festival armando así un espejo de las fiestas entre todos los países involucrados.
Para alimentar a los miles de visitantes, el tema de comida es también una gran experiencia dentro del festival. Con más de 120 restaurantes y locales gastronómicos de todo el mundo, Tomorrowland entrega la oportunidad de comer durante un fin de semana como si se estuviera viajando por todo el planeta. Desdecurries de la India hasta sandías brasileras, sin dejar nunca de lado las famosas papas fritas belgas y los quesos de la región.
Lo de Tomorrowland tiene algo iniciático para la generación Millennials y por eso se ha convertido en una peregrinación de la cual todos quieren participar. Aunque sea por una vez en esta vida. (En las redes sociales) Solo se vive una vez
Para los nueva generación de jóvenes el festival se ha transformado en un anhelo imperdible de prácticamente todo millennial con gusto por la música, los conciertos y las fiestas. Las famosas bucket lists o listas de sueños pendientes antes de morir con la palabra Tomorrowland abundan entre posteos y publicaciones en Facebook, dejando en claro que este es un imperdible evento global.
Tomorrowland es el escenario perfecto para que durante todo un fin de semana las pantallas de celulares graben todo lo sorprendente e insólito que pasa en Boom, desde matrimonios abiertos y en vivo hasta explosiones de fuegos artificiales que hacen lucir el Año Nuevo en Valparaíso como una celebración austera. Es por eso que hoy Snapchat se ha convertido en el principal canal de difusión del evento entre el público de la nueva generación que retrata en videos de pocos segundos la locura que se vive durante esos días.
Además, el festival también ha logrado convocar durante los últimos años a nuevos asistentes que se escapan del público objetivo tradicional, haciéndose cada vez más notoria la presencia de papás e incluso adultos mayores que quieren ir a vivir la experiencia de Tomorrowland aunque sea una vez. Para ellos, las habilitaciones de hoteles dentro del recinto, tickets diarios y restaurantes de mantel largo frente al escenario principal han abierto una posibilidad de disfrutar desde otra perspectiva y también, desde otros precios.
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