El Mercurio
Hoy en el Teatro Oriente, mañana en el Municipal de Ñuñoa y el sábado en Valparaíso.
Nicolas Rauss y la Orquesta de Cámara de Chile presentan, en versión de concierto, esta obra temprana que anticipa el "germen del drama beethoveniano".
Por Romina de la Sotta Donoso
El rescate de tesoros olvidados del repertorio ha sido un sello de Nicolas Rauss (Suiza) desde que comenzó a venir a Chile como director invitado, hace 19 años. Una cruzada que también lleva adelante con la Orquesta Usach, desde que asumió su titularidad, en 2013, y que será visible cuando recuperen la Sinfonietta "La Jolla" de Martinu (6 de junio) y la Obertura Leonora N° 2, de Beethoven.
"Existen montones de tesoros olvidados, obras de gran calidad que no son las más conocidas", explica.
Su último rescate es el ballet "Las Creaturas de Prometeo" de Beethoven, del que ofreció una versión el año pasado con la Orquesta Usach, y que ahora presenta completo -en versión de concierto- con la Orquesta de Cámara de Chile. Quedan dos conciertos gratuitos, a las 20:00 horas de hoy en el Teatro Oriente, y mañana en el Teatro Municipal de Ñuñoa. El sábado se repite en la U. Santa María de Valparaíso (19:30 horas, desde $5 mil).
"Es difícil que alguien que escucha música clásica no haya oído nunca la Cuarta o la Quinta de Beethoven. Pero esta es la oportunidad de escuchar a un Beethoven que nadie conoce, ni la orquesta, ni el público", dice.
Tras el éxito de la Primera Sinfonía de Beethoven, el coreógrafo Salvatore Viganò, máxima autoridad en Viena de la danza, le encargó este ballet. El montaje se estrenó en 1801, y tuvo un gran éxito, con 29 funciones durante el primer año, pero lamentablemente con el tiempo se perdió la coreografía de Viganò y su libreto original. Lo que se sabe de la acción es por las notas del propio Beethoven.
Rauss aclara que "las obras tempranas de Beethoven son muy buenas, pero quedaron a la sombra cuando él empezó a producir sinfonías como la 'Eroica' y la Quinta, el Cuarto y el Quinto Concierto para piano, o la 'Missa Solemnis'. En todo caso, la música de 'Prometeo' es muy fresca y linda, y en ella está el germen del drama beethoveniano". Explica que "Prometeo les roba el fuego a los dioses, porque lo necesita para darles vida a las estatuillas femenina y masculina que había creado y que, en el fondo, son los seres humanos. Ese robo desencadena una tormenta en este ballet, que es la primera tormenta beethoveniana, antes que la de la 'Pastoral'".
También está la primera "rabia beethoveniana", en Re Menor, cuando el titán se maldice por no haber sabido darles sentimientos a sus creaturas.
Felicidad humana
Los anticipos de las futuras creaciones de Beethoven son varios en este ballet. "Por ejemplo, cuando Melpómene, la musa de la tragedia, le reprocha haber creado seres mortales, es un momento muy dramático, y la música me recuerda a la Obertura 'Coriolano' y a su Tercer Concierto para piano. Es el clásico dramatismo beethoveniano, en Do Menor", revela Rauss.
"Melpómene se enfurece tanto que apuñala a Prometeo, y el titán, herido, se refugia con Pan, dios de los pastores, y entonces tenemos la primera pastoral que escribe Beethoven, es una piececita preciosa de dos minutos y medio", agrega.
El final del ballet es liberador y anticipa el tema del final de la Sinfonía "Eroica". "Ese tema obsesionó a Beethoven y creo que con él simboliza la felicidad del ser humano", cierra Rauss.
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