domingo, mayo 06, 2018

Claudio Gómez, director del Museo Nacional de Historia Natural, MNHN: "Pedimos la misma generosidad que el Estado ha tenido con otros espacios culturales"

El Mercurio

Es el museo estatal más antiguo y visitado de Chile (más de 600 mil personas en 2017) y acaba de reabrir sus puertas tras un mes de reacondicionamiento. "Es hora de que se realice una inversión significativa en este lugar, por nuestro éxito de público y la labor social y científica que cumplimos", señala su director. 

Por ELENA IRARRÁZABAL SÁNCHEZ

Ya no solo el esqueleto de la ballena Greta -varada en 1889 en Valparaíso y transportada en tren a la Estación Central- recibe a los visitantes en el gran salón central del edificio diseñado por Paul Lathoud en la Quinta Normal.

Una llamativa muestra de huesos fósiles y réplicas de esqueletos de 11 dinosaurios sudamericanos atrae a gran cantidad de niños y adultos. Entre ellos, el Chilesaurus diegosuarezi , el ejemplar que vivió hace 148 millones de años en Aysén y cuyas primeras piezas fueron descubiertas por un niño de siete años. El Chilesaurus -un peculiar terápodo herbívoro- ha abierto inéditos rumbos de investigación para los paleontólogos del MNHN.

Aunque, paradójicamente, uno de los grandes desafíos de su director, Claudio Gómez -antropólogo de la U. de Chile, con un master en administración pública en Pittsburgh- es evitar que el museo se convierta en un dinosaurio viejo y fuera de época. Gómez lleva más de una década a cargo de la institución y durante su gestión la asistencia ha pasado de los 200 mil visitantes anuales a más de 600 mil. También dirigió la completa renovación de la museografía del primer piso, dañado tras el terremoto de 2010, haciendo malabares con el millón de dólares con que contó para todo el proyecto.

"En las pasantías que he realizado en museos de Washington, me di cuenta de que ellos poseen grandes edificios y colecciones, pero en su museografía recurren a soluciones que no son caras y son atractivas para el público, como las estaciones de trabajo, que les muestran a los visitantes el trabajo 'tras bambalinas' en el museo, en laboratorios o espacios restringidos, como el taller de taxidermia".

Muñoz relata que tras el terremoto "remodelamos el primer piso, el que se reinauguró en mayo de 2012 con una nueva muestra: Chile biogeográfico 2.0. Ese año hubo más de 800 mil visitantes, incluidas las itinerancias, y ese nivel de público produce un desgaste. Por eso ahora cerramos un mes para repintar todo el primer piso, arreglar el piso, cambiar elementos desactualizados en materia estética y de contenidos. No podemos cerrarlo por partes, ya que el segundo piso está restringido al público ya que tiene compromiso estructural; solo se realizan allí actividades restringidas".

- ¿Por qué aún no se abre al público el segundo piso?

"Es sabido que el Estado dejó de invertir en su infraestructura cultural hace tiempo. Por alguna razón, que corresponde a una visión o diagnóstico de los años 90, el Estado decidió hacer una red de centros culturales paralelos, pero con financiamiento estatal, como el MIM, el Centro La Moneda, el GAM y el Museo de la Memoria. Fue en ellos donde se invirtió con estándares internacionales".

- ¿Concuerda con ese gasto?

"Una vez me preguntaron si encontraba excesivo que se gastaran 25 millones de dólares en el Museo de la Memoria. Yo dije que no, pues un museo en el mundo vale eso y qué bueno que se haya gastado en ese museo. Lo que me gustaría es que la misma generosidad que el Estado ha tenido con esta red cultural paralela se aplique en nuestro museo y ojalá en otros como el Histórico y el Bellas Artes".

- Siguen siendo los parientes pobres -casi indigentes- en materia presupuestaria.

"Este año el presupuesto es muy bajo, cien millones de pesos menos que el año pasado. Nuestro presupuesto no ha crecido desde 2016, pero este año nos dieron menos plata para el programa de proyectos patrimoniales, con el cual desarrollamos gran parte de la oferta de servicios al público y también nos permiten financiar la gestión y cuidado de las colecciones patrimoniales. Y eso que hemos demostrado ser un museo relevante para la sociedad, el más visitado de Chile y muy querido por la gente".

Los grandes hits

- ¿Es partidario de la gratuidad de los museos?

"Tengo la convicción de que los museos estatales deben ser gratis. Creo que la gratuidad ha tenido un impacto, aunque aún no se note en la estadística. Se ha eliminado una barrera simbólica y a nosotros no nos complica si la gente entra a nuestro museo solo al baño. Los museos son espacios seguros, las personas por alguna razón buscan un refugio, que puede ser físico, intelectual, para matar el tiempo o para sacar a los niños chicos un domingo. Además, lo que recaudábamos por entrada era menos que el costo de gestión de la recaudación".

- ¿Cómo es el visitante de su museo?

"El grueso de nuestro público es de clase media-media. Y tenemos visitantes que van desde el ABC1 hasta el D. Este es un museo de vocación popular y lo digo con todo orgullo, porque el parque de la Quinta Normal es un destino muy masivo. Llegan familias que vienen del parque, otras más acomodadas, algunas que vienen de visitar a sus parientes en el hospital San Juan de Dios. Esos grupos coexisten y tienen la misma oportunidad de conocer el museo".

"De martes a viernes está lleno de escolares, que representan cerca de 25 o 30 por ciento del público. En los últimos años hemos comenzado a recibir turistas de regiones y extranjeros: brasileños, argentinos, japoneses, europeos. Seguimos sus comentarios en Google Review y Trip Advisor".

- ¿Cuáles son los highlights ?

"Los dinosaurios son un gran hit, las estaciones de trabajo también y las vitrinas con megafauna en peligro de extinción. La gente busca mucho al Niño del Plomo, tenemos una réplica, pero nos gustaría tener la infraestructura para mostrarlo en forma apropiada en algunas ocasiones. La sala 16 ha dado muy buenos resultados. Hay papás que se sientan con sus hijos durante mucho rato para ver la gran proyección".

"Toda la literatura museológica coincide en que no importa cuánta interactividad, cuánta realidad virtual, cuánta tecnología exista. La experiencia sigue siendo entre la persona y el objeto o lo que ocurre con el objeto. Un museo debe emocionar, evocar y entablar un diálogo con el visitante. Es lo que buscamos a través de nuestros mediadores, educadores, curadores".

La alterada nobleza del edificio

Desde 1876, algunas de las más importantes colecciones vinculadas al patrimonio natural y cultural de Chile se resguardan en el edificio de la Quinta Normal. Allí están las colecciones botánicas de los naturalistas del siglo XIX, las piezas mapuches que recolectó Gay en 1830, los restos de mastodontes de la laguna de Tagua Tagua. También el Niño del Plomo y los fósiles del Chilesaurio.

El MNHN, además de museo, funciona como depósito y centro de investigación en seis áreas distintas -botánica, antropología, entomología, zoología de vertebrados, de invertebrados y paleontología- con investigadores que deben realizar publicaciones en revistas científicas. Estas actividades han implicado ampliaciones, entrepisos y construcciones no muy armónicas.

"Como nos dijo el arquitecto Teodoro Fernández, se fue girando a costa de la nobleza del edificio. Fernández nos ayudó en el master plan para el museo. Y eso tiene dos etapas: construir en Cerrillos un depósito externo para las colecciones y para parte de nuestro equipo y dedicar el edificio del museo a su función pública".

- Para cumplir esos objetivos, ¿le parece positiva la nueva institucionalidad cultural?

"Así es. Dentro del Ministerio de Educación, la Dibam representaba, digamos, cerca del 0,5 del presupuesto global, por lo que constituíamos el 0,5 de las preocupaciones del ministro. Tener un ministro de las Culturas en toda regla, que haya integrado y represente toda la institucionalidad cultural, me parece excelente. Por supuesto, faltan algunos aspectos, hay que avanzar en los reglamentos y sin duda, modificar la ley de monumentos nacionales".

"Uno de los asuntos menos felices vinculados al nuevo ministerio es que no se relevaron las necesidades de personal de varias instituciones. Hoy en el museo tenemos asignada la misma cantidad de personal que en 1980, habiendo crecido en un 200 por ciento la atención de público desde 2007. Eso fue un profundo error".

 Cerrillos: hangares para la ciencia

En 1934 se inauguró el Aeródromo Los Cerrillos, que contaba con hangares elaborados en Estados Unidos por la firma Jones and Laughlin, los que se armaban como mecano. Estos grandes hangares -parte de nuestro patrimonio aeronáutico- fueron cedidos por el Serviu al MNHN para ser reciclados y convertidos en laboratorios y depósitos de las colecciones del museo, que abarcan desde tablillas con escritura Rongo Rongo de Isla de Pascua hasta muestras recogidas por Gay y Philippi. También se contempla un espacio de exhibiciones.

Para el proyecto se convocó a un concurso internacional con el apoyo del Colegio de Arquitectos. Ganadora resultó la oficina Jarpa Spicheger Arquitectura, que propuso conservar en plenitud la estructura de los hangares y comunicarlos a través de una serie de patios y pasarelas transparentes. Todo esta etapa se financió con platas aportadas por el Metro de Santiago, en compensación ambiental por las 2.500 cajas con material arqueológico que ha sacado de las excavaciones de sus líneas 3 y 6, las que debe almacenar el MNHN.

El desarrollo del proyecto se realizará entre el 2018 y 2019, para comenzar a construir el año 2020, si se cuenta con los fondos necesarios para esta primera etapa, que se estiman en alrededor de 25 millones de dólares. Según el master plan formulado en 2012, la etapa 2 contempla la restauración del edificio histórico con una infraestructura y equipamiento acorde a los tiempos. "El objetivo es llegar al bicentenario de la institución, el 2030, con un museo de clase mundial", explica Claudio Gómez.

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