domingo, abril 21, 2019

Buddy Richard: "Siempre voy dos pasos adelante de lo que viene"

José Vásquez
Espectáculos
El Mercurio

El ídolo de la Nueva Ola habla de su completa indiferencia hacia la tecnología y asegura que no le interesa volver a grabar un nuevo tema y que no teme cantar para los jóvenes. "Para ellos soy un tío bacán", dice con risueño orgullo.



Los focos siempre en el escenario, nunca fuera de él. Buddy Richard (75) es el más esquivo de los ídolos de la Nueva Ola, pero también uno de los de mayor integridad artística con máximas que pretende respetar hasta el final de su vida musical. "Una cosa es la actuación y otra muy distinta es la vida privada que a mí nunca me gustado exponer, lo encuentro hasta de mal gusto", dice con sinceridad.

Para el cantautor, reacio a las entrevistas, sobre todo en la televisión -que cuenta, prefiere evitar-, la exposición a través de las redes sociales es una acción que va completamente en contra de su estricta disciplina por cultivar el bajo el perfil. "Si se quiere, soy un poco apático, no tengo redes sociales, me cargan, pero eso no significa que no esté activo", cuenta desde su hogar en Graneros, donde vive cómodamente.

Ricardo Toro -su verdadero nombre- dice que cuando puede juega tenis con su esposa, que ahora disfruta sus días en familia y que solo de vez en cuando siente algún "dolorcillo" por la edad, pero "nada serio", señala. "Tengo más de 70 años, hay cosas que son medio naturales, pero estoy bastante bien, además, hay harta pega para los artistas en general".

Pese a no tener figuración mediática, la actividad de Buddy Richard es de visitas periódicas al escenario, incluso fuera de Chile, y ahora se acaba de sumar a una función especial de "Los inolvidables de siempre", grupo que reúne a José Alfredo Fuentes, Wildo, Germán Casas, Los Hermanos Zabaleta y la Orquesta de Horacio Saavedra el próximo 5 de mayo en el Gran Arena Monticello.

Un impulso artístico de actuaciones que aunque dice que tiene un buen pasar lo sigue haciendo para cumplir con un compromiso personal. "No es que no me guste el escenario y el aplauso, es bonito cuando a esta altura de mi carrera la gente todavía se pone de pie al verte y canta tus canciones, pero ahora sigo cantando para pagar la universidad de mis nietos y algunos colegios particulares, que es una decisión mía. Además, me hace bien salir de vez en cuando de la casa también, me entretengo".

-¿Y qué pasará cuando se acaben esas colegiaturas?

"Yo creo que va a coincidir con que ya voy a estar medio cabreado de viajar".

-Suena a que tiene todo planificado.

"Yo siempre voy dos pasos adelante de lo que viene. No soy rico, pero mi pasar es muy tranquilo y eso es porque cuando grabé mis primeros hits en vez de comprarme, por ejemplo, un auto convertible, hacía cosas como comprarme un sitio en Las Condes, que en esa época era una chacra y ahora por ahí está el Alto Las Condes, entonces cuando vendí esa casa el negocio fue millonario".

-Los shows del recuerdo en los últimos cinco años se han vuelto muy populares. ¿No le gustaría componer un tema que identifique el presente de todo este público adulto mayor que lo va a ver?

"Es que ya no me mueve grabar, no me dan ganas ni de tirar las manos al piano. No entiendo la industria discográfica actual, a mí me basta con cantar casi todos los fines de semana con mis músicos, con eso soy feliz".

-Cuando Los Tres grabaron sus canciones en los noventa, lo inyectaron en un nuevo público, ¿por qué cree que esa audiencia se sigue renovando?

"Lo del Alvarito (Henríquez) fue fundamental. Hay gente que uno da por sentado que es muy famosa, pero por ejemplo, yo le puedo preguntar a un nieto por Don Francisco y es probable que no lo conozca o diga 'ah, el gallo de la Teletón' y para nosotros él es un Dios. Los tiempos van pasando para todos y yo quizás me he mantenido un poquito más conocido para otras generaciones por lo de Los Tres, para ellos soy un tío bacán. Por eso cuando me invitaron a La Cumbre, acepté, porque no le tengo miedo a tocar para un público joven".

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