Juan Antonio Muñoz y Guillermo Tupper
Vidactual
El Mercurio
A 42 años del estreno de "Jesús de Nazareth", la película que cada Semana Santa es transmitida por la TV chilena, el director de "Romeo y Julieta" y "Hermano Sol, hermana Luna" cuenta a "El Mercurio" cómo fue de difícil lograr filmar la Última Cena, devela sus gustos cinematográficos y cómo fue que llegó a amar y conocer tan bien la obra de Shakespeare.
Puede ser que Franco Zeffirelli, nombre artístico de Gianfranco Corsi, sea uno de los últimos representantes del hombre del Renacimiento, aquel celebrado por Baldassarre Castiglione en "El cortesano", donde describe un modelo de caballero experto en artes y música, que sabe conversar y estar entre mujeres, que no desdeña el enfrentamiento ni el amor cortesano, y que tiene la altura de un príncipe, lo sea o no.
A sus 96 años -nació el 12 de febrero de 1923-, desde su refugio en Florencia, donde reinan el museo y la fundación que llevan su nombre, Franco Zeffirelli hace un alto a su reposo y se detiene un momento para conversar con "El Mercurio". A cuatro años de completar un siglo de vida, no se sorprende cuando se le relata que en Chile su serie y película "Jesús de Nazareth" (1977) es un infaltable en estos días de Semana Santa, y que cada año desde 1982 se exhibe por TVN.
Esa historia es una anécdota más en el desarrollo de una filmografía que reúne algunos de los títulos más queridos por el público de la segunda mitad del siglo XX. Entre ellos, "Romeo y Julieta" (1968), "Hermano sol, hermana luna" (1972), "El campeón" (1979), "Amor eterno" (1981), "La Traviata" (1982), "Hamlet" (1990), "Té con Mussolini" (1999) y "Callas forever" (2002).
Todos, filmes emblemáticos en los que caminó por los derroteros de la sensibilidad con su enorme e indiscutido talento para la concepción escénica y de época, con un gusto exquisito. Porque el trabajo de Zeffirelli no se puede apartar de su obra para el teatro y la ópera, su conocimiento de los clásicos -Shakespeare en primer lugar- y de la música. Hasta escribió en inglés el libreto de la ópera "Antonio y Cleopatra", de Samuel Barber, estrenada en Nueva York en 1966.
Un hombre, Franco Zeffirelli, que ha enarbolado su homosexualidad pero que está en contra del matrimonio entre dos personas de un mismo sexo, que no está a favor del aborto, que se declara católico, que piensa que los totalitarismos fascistas nazis y comunistas son una misma cosa, y que llegó a ser senador de Italia por Catania, representando al partido conservador Forza Italia, de Berlusconi.
De Berlusconi se hizo amigo producto del cine, pues lo conoció en circunstancias del estreno de "El joven Toscanini" (1988) en Venecia, donde la cinta fue mal recibida y el nombre de Zeffirelli alimentó cotilleos de todo tipo. En su autobiografía ha relatado que cuando volvió a su casa, a las tres de la mañana, mientras estaba solo en su habitación, destruido por la rabia y delante de una botella de whisky, sonó el teléfono y una voz amiga le dijo: "Me avergüenzo de ser italiano. A mis compatriotas hay que salvarlos de sí mismos, porque no saben lo que hacen". Era Silvio Berlusconi.
Tormenta en Marruecos
Según relata Zeffirelli a "El Mercurio", el proyecto de "Jesús de Nazareth" emergió desde la RAI, la compañía de radiotelevisión pública italiana, con la asociación de la cadena televisiva londinense ITV, y fue el propietario de medios británico Lew Grade quien sugirió que "yo debía dirigir la serie". El elenco estaba integrado por un dream-team de actores estadounidenses y europeos, entre los que se encontraban Robert Powell (en el papel de Jesús), Olivia Hussey (María), Anne Bancroft (María Magdalena), Laurence Olivier (Nicodemo), Claudia Cardinale (la adúltera), Michael York (Juan Bautista) y Anthony Quinn (Caifás), entre otros.
"'Jesús de Nazareth' tiene un elenco extraordinario y todas las estrellas creían en el proyecto desde un comienzo. ¿Me preguntas si hoy sería posible rodar una serie de ese calibre, con tamaña participación de actores tan grandes? Pienso que podría ser factible, pero no creo que hoy tendría la suerte de encontrar a un actor tan único como Robert Powell para el rol de Jesús. Estoy seguro de que sería capaz de encontrar a alguien para el papel de María o Juan Bautista, pero cuando descubrí a Powell, pienso que fue un milagro para mí. Y los milagros no ocurren tan a menudo", dice el maestro.
-De todas las escenas de "Jesús de Nazareth", usted ha dicho que la de la Última Cena fue una de las "más escalofriantes". ¿Por qué?
"Sí, es verdad. 'Jesús de Nazareth' fue rodado en Marruecos y Túnez. Yo había preparado el set para rodar la escena de la Última Cena en Marruecos y, la noche previa al rodaje, apareció una tormenta y destruyó por completo la escenografía. Tuvimos que reconstruirla de nuevo y, un mes más tarde, volvió a ocurrir. Yo soy supersticioso y empecé a pensar que alguien 'allá arriba' no quería que filmara la escena. Tuve que esperar hasta nuestro traslado a Túnez, varios meses después, para que, finalmente, fuésemos capaces de rodarla. Y entendí que, al final, eso resultó ser algo positivo porque, en el intertanto, todos los actores involucrados habían madurado completamente sus personajes".
-Usted se ha preocupado siempre de hacer un detallado trabajo de actores. ¿Se ha perdido eso en el cine actual?
"Hoy en día hay muchos directores excelentes y, a menudo, veo buenas actuaciones, incluso en películas más pequeñas. Entre los actores que respeto mucho están Dustin Hoffman, Al Pacino, (Robert) De Niro y Meryl Streep".
-¿Ha perdido el cine refinamiento y profundidad?
"Hoy hacen excelentes películas de efectos especiales, y algunas de ellas son bastante interesantes. Me fascinan los grandes efectos especiales. Pero si me preguntas si me acuerdo de una, no sabría qué responder".
-¿Cuál es su opinión de una película tan distinta a la suya sobre Jesús de Nazareth: "La Pasión de Cristo", de Mel Gibson?
"Sé que 'La Pasión de Cristo' fue extremadamente exitosa, pero yo la encontré demasiado violenta".
Shakespeare y su verdadera historia
-Usted ha dicho que su infancia fue "profundamente dolorosa". ¿Fue el cine una vía de escape a ese dolor?
"Sí, no tuve una infancia fácil. Principalmente, por haber perdido a mi madre cuando tenía 6 años y por mi padre, a quien vi en contadas ocasiones. Me sentía solo. Amaba la música y todavía recuerdo cuando, a los siete años, mi tía me llevó al teatro de la ópera en Florencia para ver 'La Walkyria' de Richard Wagner. Me quedé fascinado por la orquesta y todo lo que ocurría en el escenario y, desde ese momento, empecé a desarrollar el sueño de llegar a ser director y escenógrafo".
-Shakespeare es una luz en su producción, desde "La fierecilla domada" a "Romeo y Julieta" y "Hamlet", pasando por "Otello" y "Té con Mussolini", donde hay una suerte de elegía a Shakespeare. ¿Qué tan importante ha sido en su vida?
"Mi vida entera ha sido coronada por las instrucciones que recibí cuando era un niño. Una señorita inglesa me instruyó sobre Shakespeare desde los inicios de mi infancia y me hizo aceptar la invitación del teatro Old Vic de Londres para dirigir para ellos tres obras que incluían 'Romeo y Julieta' y 'Mucho ruido y pocas nueces'. Eso me permitió iniciar una carrera en el cine, comenzando con 'La fierecilla domada' y 'Romeo y Julieta', que se convirtieron en pilares sólidos por el resto de mi carrera".
-¿Cuánto de "Té con Mussolini" es parte de su propia historia?
"La mayor parte. A decir verdad, la dama inglesa que me enseñó 'Romeo y Julieta' de Shakespeare, las escasas reuniones con mi padre, el personaje de la Guardia Escocesa, las conexiones con todas esas damas inglesas que vivían en Florencia en ese momento. Todos son parte de mi verdadera historia".
-Usted estuvo muy cerca de cineastas como Luchino Visconti, Federico Fellini y Pier Paolo Pasolini. ¿Qué diría de ellos hoy?
"Visconti fue mi mentor, aprendí mucho de él y con eso construí la base de todo lo que pude realizar y lograr en mi carrera. Fellini fue un gran director imaginativo y me encantó prácticamente todo su trabajo. De Pasolini, aprecié su talento como poeta y como escritor, más que como director de cine".
Maria Callas: "La más grande"
-Usted ha sido un gran régisseur de ópera. ¿Qué opina sobre las puestas en escena que cambian la época en que ocurre la trama y que incluso distorsionan hasta la propia historia que se narra?
"Creo que tienes que ser una persona extremadamente inteligente y culta para poder representar y modificar el tiempo en el que se llevan a cabo las tramas originales de las óperas. Y eso lo he visto raramente durante mi vida".
-Usted fue muy cercano a la soprano Maria Callas (montó para ella "Tosca" en Londres, en 1964). ¿Qué le parece que a más de 40 años de su muerte todavía siga vendiendo discos y acumule views en YouTube como si fuera un artista popular?
"Ella fue la más grande de todos los tiempos. Por dos grandes razones: una voz única, que podría expandirse desde soprano ligera y soprano dramática hasta mezzo, combinada con actuación y expresividad a través de la voz. Ella es la mujer, la artista, que cambió para siempre la visión de la ópera".
"Hoy hacen excelentes películas de efectos especiales, y algunas de ellas son bastante interesantes. Me fascinan los grandes efectos especiales. Pero si me preguntas si me acuerdo de una, no sabría qué responder".
"Jesús de Nazareth" será exhibida por TVN mañana viernes 19 de abril, en dos partes: de 16:30 a 21:00 horas, y desde las 22:30 horas.
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