sábado, mayo 05, 2018

Los caminos del verso improvisado llegan hasta Matucana 100

El Mercurio

En la búsqueda de una profesionalización del espectáculo, Manuel Sánchez, Cecilia Astorga, Hugo González y Fabiola González se instalan en este centro de la cultura capitalino.

Por Iñigo Díaz

Fue en una ramada de San Vicente de Tagua Tagua, según la leyenda, donde se encontraron el Mulato Taguada con Javier de la Rosa para llevar a cabo el mítico enfrentamiento de verso improvisado que duraría más de tres días y finalizaría con uno de los contrincantes quitándose la vida.

"Históricamente, la paya ha tenido como escenario ese tipo de espacios, un descampado cualquiera, el patio trasero de un expendio, el alero de una casa de campo, fondas y ramadas. El traslado a un escenario formal recién comienza a darse en los años 80, con Pedro Yáñez", dice Manuel Sánchez, poeta y guitarronero, uno de los cultores que serán parte de un espectáculo en un contexto distinto.

Mañana en Matucana 100 (18:00) se realizará el Primer Encuentro de Payadores. En una carpa para 250 espectadores se reunirán tres cultores de la generación intermedia del canto a lo poeta, iniciados en los 90: el propio Sánchez, criado en Lo Barnechea; la rancagüina Cecilia Astorga, y el sancarlino Hugo González. A ellos se suma la hoy casablanquina Fabiola González, como nombre de una nueva oleada de payadores.

"Llevar la paya a un escenario profesional, con todas las condiciones de amplificación e iluminación, y con una propuesta para públicos distintos es un paso más en la divulgación de este arte. Por muchos años hemos actuado en escenarios que parecen más que nada un pesebre, con fardos de paja y una rueda de carreta. Eso es apenas una postal de campo", dice Sánchez.

"Ha sido un proceso esperado para nosotros. Es la primera vez que estaré en Matucana 100. Hago mis presentaciones habituales en colegios. Hace poco estuve en La Sebastiana y antes en el Encuentro de Putaendo. La paya es tanto de campo como de ciudad", dice Cecilia Astorga, proveniente de un reconocido linaje de poetas y cantores.

En el encuentro entre improvisadores de la décima (estrofas de diez líneas con versos en octosílabo) se mostrará además la diversidad de formas de la paya (ver recuadro), que solo existe en esta parte del mundo, según indican los especialistas.

"Somos parte de un arte que está vivo. No estamos modernizando nada, simplemente estamos viviendo, y de esa manera ocurren las cosas", dice Astorga, quien viene de participar en dos discos sobre Violeta Parra, "Herencia rebelde" y "Ramillito de violetas". "Lo más importante es el respeto y la humildad. Los payadores somos como somos", cierra.

El Ritual y sus formas.

Brindis: Declamación vaso en mano de versos escritos. Pero la autoría se va diluyendo a medidas que se van utilizando los brindis.

Décima de presentación: Cada cultor muestra sus credenciales en diez versos.

Relance: Juego rápido de coplas tradicionales, es decir, estrofas de cuatro líneas. Son picarescas y jocosas; por las suegras, los curas, la vida, la muerte.

Pie forzado: El público propone una frase en octosílabo, que el cultor debe ocupar obligatoriamente en la última línea de la décima.

Banquillo: Cada poeta es sometido a las preguntas del tribunal de payadores. Su inventiva  y picardía lo hará salir o no airoso.

Contrapunto en décimas: Clásico enfrentamiento cara a cara entre dos payadores.

Concesión: Con otro pie forzado, la paya finaliza cuando el payador se agota, repite la rima, trastabilla o queda en blanco. El último es el vencedor.

Personificación: Contrapunto en cuartetas en el que los payadores representan a personajes o elementos contrarios y toman sus propiedades. Ejemplo: Carrera frente a O'Higgins.

Cueca improvisada: La rueda de payadores finaliza con una cueca creada en el momento, cuyo tema también propone la audiencia.


No hay comentarios.: