El Mercurio
Gracias a "Luis Miguel, la serie", el progenitor del astro mexicano se ha transformado en sinónimo de padre tirano y maltratador. Sin embargo, varios especímenes como él han habitado tras las luces de los sets y los escenarios, marcando para siempre a sus hijos.
Por Sebastián Cerda
Es el causante de todos sus problemas: El que se interpone en sus relaciones, boicotea sus planes, el que asalta sus cuentas, destruye a su familia, lo explota laboralmente y, en definitiva, se las arregla para transformarse en el titiritero que dirige toda su vida.
De ese modo es como se presenta al español Luis Gallego Sánchez en "Luis Miguel, la serie", producción que en estos días emite Netflix. Una descripción que calza a la perfección con la figura del antagonista o el archienemigo, de no ser por un detalle: que se trata de su propio padre.
Uno que estuvo lejos de ser un modelo, pero que en ningún caso es una excepción en el mundo del espectáculo. Porque, allí, Luisito Rey tiene meritorios acompañantes.
José Sosa (José José)
Otro de los grandes astros mexicanos en torno al cual se acaba de estrenar una serie en Netflix ("José José, El Príncipe de la Canción"), donde también se aprecia a una figura paterna severa y determinante. Pero si la motivación de Luis Rey era exprimir el talento de su hijo, la de José Sosa terminó siendo la contraria: tras forzarlo a aprender sobre música, lo presionó para abandonar ese camino, aduciendo que el único destino posible era la ruina económica. Sosa quizás se basaba en su propia experiencia como tenor caído en desgracia a causa del alcohol, adicción que no solo determinó su conducta en lo laboral, sino sobre todo en lo familiar, con el propio José José sufriendo su agresividad.
Mitch Winehouse (Amy Winehouse)
Aunque conductas antes y después del deceso de Amy Winehouse venían sembrando dudas en torno a la figura de su padre, fue el documental "Amy" (2015) el que terminó de imprimir su imagen. La obra lo muestra como alguien ausente, pero que procuró revertir aquello cuando su hija comenzó a ser una artista rentable, aunque sin nunca preocuparse verdaderamente de sus adicciones e incentivándola a trabajar incluso cuando su condición ya era muy precaria. El hombre montó en cólera una vez estrenada la cinta, y, en paralelo, aprovechó su figuración para relanzar su propia carrera como cantante.
Tommy Gallagher (Noel y Liam Gallagher)
"Quizá mi padre me metió el talento a golpes", fue la elocuente frase con que el ex líder de Oasis se refirió al período junto a su progenitor, en el documental "Supersonic". Allí se cuenta cómo la violencia de Tommy Gallagher marcó a la familia, aunque fue Noel, el segundo de tres hijos, quien sufrió la peor parte. Por ello, la madre de los músicos decidió irse con ellos y abandonar a su marido, de quien no supieron más hasta que Oasis ya había alcanzado la fama. Fue entonces cuando se dejó caer en un show, lo que causó la ira de los Gallagher, particularmente de Liam, quien lo amenazó con "partirle las piernas" si no se retiraba. El cantante recordó en The Telegraph que "él siempre estaba fuera, peleando, golpeando a mi mamá, a Noel y a mi hermano Paul".
Joe Jackson (Michael Jackson)
Restando alusiones más específicas a la violencia, ni el propio patriarca de los Jackson ha desmentido la extrema severidad con que trató a sus hijos. "Se burlaba de mí y lo odiaba, me hacía llorar cada día. Era muy estricto, muy duro y severo. Había veces en que venía a verme y me ponía enfermo, me sentía mal, comenzaba a sentir náuseas", dijo Michael en una entrevista en 1993. El fallecido astro recordó en más de una ocasión los golpes de cinturón y los abusos psicológicos del padre, quien ha aseverado que esa impronta fue la que permitió transformar a varios de sus hijos en estrellas.
Ryan O'Neal (Tatum O'Neal)
El viudo de Farrah Fawcett y ex estrella de Hollywood es uno que ni siquiera intenta disimular su escasa vocación por la paternidad y los horribles resultados que anota en ese rol, y que han sufrido, entre otros, la ganadora del Oscar Tatum O'Neal. Las historias sobre el actor hablan de episodios de violencia, incitación al consumo de drogas y un verdadero aniquilamiento de la autoestima de sus hijos, de quienes terminó distanciado. Tanto así, que él mismo reconoció que en el funeral de Fawcett fue incapaz de reconocer a Tatum, con quien tuvo una embarazosa escena: "Acababa de poner el ataúd en el coche fúnebre y estaba viendo cómo este se alejaba, cuando se me acerca una hermosa mujer rubia (...). Estaba tratando de ser divertido con una sueca desconocida, y resultó que era mi hija", dijo a la revista Vanity Fair. Tampoco ha sido mejor con Redmond, hoy sumido en la drogadicción y la criminalidad, mientras que a Griffin llegó a lanzarle un balazo. "Creo que yo no tendría que haber sido padre. No hay más que echar un vistazo a lo que he conseguido: o están en la cárcel o deberían estarlo", agregó O'Neal en la citada entrevista.
Julio Iglesias (Enrique Iglesias)
El astro español está lejos de ser un Luisito Rey o un Joe Jackson, pero no digamos que ha sido un ejemplo a la hora de interactuar con un hijo artista, en particular con Enrique, quien ha hecho explícita la distancia que mantienen y la falta de apoyo que recibió, debido a los celos y resquemores profesionales. Según Alfredo Fraile, mánager histórico de Julio, luego de que Enrique editara su primer disco "llamó a su padre para decirle que había vendido un millón de copias. La respuesta de Julio fue que el éxito se lo debía a ser hijo suyo y que el disco era una porquería". El distanciamiento entre ambos se ha acentuado y hoy la comunicación entre ambos está prácticamente cortada.
Earl Petty (Tom Petty)
Según sus biógrafos, en buena medida los tempranos acercamientos de Tom Petty a la música tuvieron por motivación abstraerse de los malos tratos que le propinaba su padre. Hombre frustrado, mal genio y aficionado al alcohol, Earl Petty quedó en la memoria de su hijo como un tipo violento y castigador. En "Petty: The Biography" (2015), el propio artista recordó la primera paliza que le dio, cuando apenas tenía cuatro años: "Agarró un cinturón y me dio con todo. Me pegó tan fuerte que quedé cubierto de ronchas, desde la cabeza hasta los pies (...). Mi mamá y mi abuela me acostaron, me sacaron la ropa y con algodón y alcohol se pusieron a limpiar mi cuerpo".
Matthew Knowles (Beyoncé)
Aunque en el mundo artístico hay padres explotadores, violentos e inescrupulosos, quizá también hay simples "pasteles", como Matthew Knowles. De ahí que Beyoncé insista en mantener siempre una buena relación con él, a pesar de sus múltiples errores. El ex empleado de una empresa de tecnología, que dejó su trabajo para convertir a su hija en artista, mostró dificultades para convivir con esta cuando se transformó en una estrella empoderada, lo que sumado a su propio afán de figuración lo llevaría por una espiral que terminó con su divorcio, dos demandas por paternidad y la cantante despidiéndolo como mánager. Luego aparecería en los tabloides por lanzar cursos para ser una estrella al estilo Beyoncé, vender artículos sobre esta, insinuar que sus líos maritales eran un truco para vender tickets y decir que su hija mentía sobre su edad. Las líneas sobre la infidelidad masculina del álbum "Lemonade" también lo tendrían a él como destinatario.
Charles Theron (Charlize Theron)
Pero si hablamos de historias de maltrato, pocas hay tan desgarradoras como la vivida por Charlize Theron. La actriz creció en un hogar marcado por la violencia y el alcoholismo del padre. "Lo que más me afectó fue vivir todos los días con un alcohólico y despertar sin saber lo que iba a suceder. Mi vida dependía de otra persona y de si iba o no a beber", dijo el año pasado a Howard Stern. La situación llegó a un punto crítico el 21 de junio de 1991, cuando Charles Theron apareció en casa borracho y armado. El pánico se apoderó de su esposa, quien terminó disparándole y causándole la muerte. La actriz ha sostenido que los traumas de su niñez le han dejado secuelas como un trastorno obsesivo compulsivo, aunque hoy no duda en calificar a su madre como su gran inspiración.
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