sábado, marzo 31, 2018

El futuro ya vive en los shows en vivo


Patricio Zenklussen Franco
Espectáculos
El Mercurio

Audífonos para ecualizar un concierto, hologramas que reemplazan a los artistas de carne y hueso, y gafas de realidad virtual que nos permiten rockear desde casa. La tecnología ha iniciado su avanzada para cambiar la forma en la que vivimos los espectáculos en directo.


A pesar de que en nuestra época la tecnología ha abordado casi todos los aspectos de nuestras vidas, todavía existen algunos lugares y situaciones que han sabido mantener formas más tradicionales y alejadas del flujo digital. Las grandes orquestas siguen prefiriendo las partituras de papel a los softwares interactivos de los tablets, y en algunos lugares del mundo el streaming no ha podido reemplazar los formatos físicos como el CD o el blu-ray .

Los conciertos, por su parte, son otra experiencia que ha logrado mantenerse prácticamente inalterada desde su origen. La fórmula compuesta con un artista sobre un escenario y un grupo de espectadores al frente ha sido la misma desde hace miles de años.

Sin embargo, eso estaría por cambiar. Artistas e ingenieros han comenzado a crear experiencias en vivo que dan un giro a los formatos tradicionales, echando mano a toda la potencialidad de los avances tecnológicos del momento.

Aparatos que modifican el sonido de un show, imágenes digitales que traen a la vida a personajes que ya no existen, computadoras como estrellas de pop y la capacidad de asistir de manera virtual a un concierto a través de sistemas de realidad virtual son algunos ejemplos del futuro arribando a los espectáculos en vivo.

Hologramas musicales

Una de las tendencias más desarrolladas entre la música en vivo y la tecnología es la utilización de hologramas.

Aunque la técnica para llevar a cabo este tipo de fenómenos ópticos ya tiene sus años, los avances de la última década han permitido desarrollar shows realmente impactantes.

Uno de los primeros espectáculos de este tipo fue en 2006, durante la 48 {+a} ceremonia de los Grammy. En esa ocasión, la banda de Damon Albarn, Gorillaz, interpretó su hit "Feel Good Inc." con sus figuras proyectadas sobre el escenario. A continuación, Madonna se unió al show de manera virtual, para luego salir en persona y romper la ilusión óptica.

Desde ese punto, decenas de artistas han recurrido a este tipo de formato para potenciar sus presentaciones, pero también para volver desde más allá de la tumba. Y aunque esta última frase pueda resultar tétrica, no deja de ser cierta.

"If I can dream" fue la canción escogida por Céline Dion para cantar en dueto con Elvis Presley en 2007, a 30 años del fallecimiento del Rey del Rock'n Roll; y en 2012, el rapero Tupac Shakur compartió rimas con Dr. Dre y Snoop Dogg en el festival Coachella.

Michael Jackson también regresó a la vida para interpretar "Slave to the rhythm" -de su disco póstumo "Xscape"- durante la ceremonia de entrega de los Billboard Awards en 2014; y el icónico cantante de heavy metal Ronnie James Dio ha vuelto del más allá en varias ocasiones para hacer vibrar a la gente con su música.

Las reacciones, eso sí, no siempre han sido positivas. El realismo del sistema, y la utilización del mismo con personajes que ya han muerto ha sido categorizado como raro, espeluznante y hasta irrespetuoso.

Lo cierto es que día a día los espectáculos con hologramas van ganando terreno y diversificándose en estilos y puestas en escena. En Tokio se estrenará próximamente el espectáculo "Callas in concert", que tendrá como protagonista a la legendaria soprano Maria Callas, y en Reino Unido "In dreams", show dedicado a la memoria del cantautor norteamericano Roy Orbison que contará con el apoyo de la Royal Philharmonic Orchestra.

Personalizando el sonido

Conscientes de los problemas de audio que se suele experimentar en conciertos, desde una mala acústica en el recinto a problemas de volumen o irregularidades entre los instrumentos, la compañía francesa Augmented Acoustics desarrolló el sistema SupraLive, que "habilita a los asistentes de un concierto a tener una experiencia sonora inmersiva y flexible a los gustos y perfiles de escucha de cada uno".

En términos simples, SupraLive nos deja manipular todo lo que llega a nuestros oídos y crear una experiencia sonora personalizada, con tan solo un par de audífonos, un pequeño dispositivo similar a una cajita de remedios llamado Peeble y una aplicación para celulares. Nada más.

El funcionamiento es bastante simple: el usuario se pone los audífonos, equipados con cancelación de ruido de alto nivel, para aislarse completamente del exterior. A continuación, el Peeble recibe la señal de audio transmitida directamente desde la mesa de sonido y la reproduce a los auriculares con la más alta calidad posible y sin ningún retraso. Luego, desde un smartphone conectado por bluetooth , se puede manipular el sonido de todas las formas imaginables, desde subir o bajar el volumen, hasta ecualizar o separar cada instrumento que está sonando.

Este sistema ha sido puesto a prueba satisfactoriamente en varios y diversos espectáculos en vivo, desde festivales de rock y metal, hasta conciertos de ópera, y aunque todavía no se ha alcanzado la masividad, sí aparece como una de las más promisorias novedades de la música en vivo. Después de todo, quién no quisiera tomarse una ligera venganza con los tan criticados ingenieros de sonido.

Cantando en binario

La tecnología y el animé, dos facetas muy fuertemente arraigadas en la cultura japonesa, se juntaron para crear un fenómeno que rápidamente ha traspasado las fronteras de la isla asiática para viajar por todo el globo: los shows de Vocaloid.

El Vocaloid, nacido a principios de milenio en los laboratorios de Yamaha, es un programa que permite a los usuarios escribir letras y melodías para que una computadora las interprete. Adicionalmente, se escoge entre varios tipos de voz, con timbres y personalidades distintivas, para así alcanzar un resultado que mezcla lo humano y lo robótico.

Pero la música fue solo el comienzo. Grandes productoras atentas a la positiva recepción de la gente decidieron dar vida a los personajes que interpretaban estas a través de animaciones digitales. El resultado: el nacimiento de verdaderos íconos pop.

Hatsune Miku, Gumi y los Kagamine Twins son algunos de los nombres más famosos en este mundo de artistas binarios, que viajan por el mundo llenando recintos de fanáticos ávidos por cantar y bailar al ritmo de estas proyecciones.

La dinámica es similar a la de un recital tradicional, con una banda de músicos tocando en vivo y miles de personas expectantes. La única diferencia es que la estrella del show es un personaje animado que no existe más allá de una computadora.

Este particular fenómeno goza de mucha fuerza en Chile -de la mano de los movimientos otaku y la afinidad cultural con el país del sol naciente-, al punto de que el único concierto de este tipo que se ha dado en Latinoamérica fue el de la vocaloid IA, en la Super Japan Expo del año pasado, realizada en el Movistar Arena.

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