El Mercurio
La dupla alemana debutó ayer en Chile como parte de la gira mundial por su segundo álbum, "Blossom".
Por Bárbara Castro
Los dos amigos, que se conocen desde el colegio, no pueden evitar terminar las frases que el otro comienza. Clemens Rehbein y Philipp Dausch son la columna vertebral de Milky Chance, dúo de indie alemán que se subió ayer al escenario para hacer bailar al público a la hora de más calor del primer día del festival. La dupla originaria de Kassel -una villa medieval patrimonio de la humanidad- ya estaba familiarizada con el calor capitalino.
La tarde del jueves, tras aterrizar por primera vez en Sudamérica, se lanzaron a explorar Santiago. Recorrieron el Parque Metropolitano, hasta llegar a la estatua de la Virgen, donde contemplaron el atardecer. "Aquí es hermoso, es impresionante cómo montañas tan grandes rodean la ciudad", señala Rehbein, la voz de la banda. Casi sincronizados, Dausch entra a defender a su compañero cuando el vocalista admite no saber castellano, replicado de inmediato por Rehbein, quien confiesa sus intentos constantes por juntar palabras y decir algo con sentido. Su esfuerzo pareció dar frutos cuando saludó en impecable español a las cientos de personas que se congregaron para su show. "Estamos muy contentos de estar aquí", dijo el también guitarrista de la banda que saltó a la fama en 2012, cuando su sencillo "Stolen dance" se viralizó en las redes sociales.
Durante su carrera, que ya suma dos álbumes de estudio -"Sadnecessary" (2012) y "Blossom" (2017)-, Milky Chance ha aprendido a conciliar la etiqueta que suele recaer sobre ellos, la de un grupo reducido al género folk. Es aquí cuando Lollapalooza se perfila como una oportunidad de desprenderse de los estereotipos. "No somos músicos de folk. Los medios suelen entender así la música que hacemos y quizás sí hay influencias, pero lo nuestro son arreglos instrumentales con beats hechos para la pista de baile. Es un dance hecho a mano. Y este festival es un reflejo de eso, un puente entre lo electrónico y el rock de Pearl Jam, por ejemplo", dice Rehbein.
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