jueves, marzo 22, 2018

Depeche Mode repasó su carrera y volvió a triunfar con sus éxitos

El Mercurio

En su tercera vez en Santiago, la banda presentó anoche en el Estadio Nacional un concierto de inicio denso, pero con un desenlace poblado de hits. 

Por JOSÉ VÁSQUEZ

Las luces del Estadio Nacional se apagaron anoche, puntuales a las 21 horas, para dejar rugir por los parlantes del recinto a Lennon y compañía con "Revolution". Los Beatles sonaban en una partida energética mientras las pantallas del escenario proyectaban dos pies marchando.

Depeche Mode volvió a Chile con "Spirit", su trabajo de características más políticas y con un sencillo como "Where's the revolution", que promediando el concierto llegaba como el rebote de una idea que enunciaron con los de Liverpool, pero que rápidamente decantó en un inicio denso y una progresión que recién en el desenlace se pobló con sus éxitos más rotundos, dejando su revolución, musical, básicamente al descanso en su repertorio más antiguo.

Dave Gahan en vivo mantiene una voz que desde el comienzo calibra potente y que comanda una banda que desde atrás empuja con un sonido limpio, aunque a un volumen bajo para los parámetros de un show de estadio, el que sí fue mejorando con el paso de los temas. "Going backwards" fue la primera, que también es la que abre su último álbum, un tema que ralentizó un arranque que continuó en la misma tónica con una dupleta del "Ultra", el disco con el que abandonaron los noventa.

"It's no good" y "Barrel of a gun" -más tarde llegaría "Useless"-, dos sencillos que pese a los bailes de un Gahan, que se adueñaba del escenario bailando y girando como un trompo con los brazos abiertos, no lograba todavía sacudir a un público más bien contemplativo, pero que se dejaba sentir al final de cada tema.

Recién en "A pain that I'm used to", el vocalista se asomó por la pasarela que se adentraba en la cancha para conectar mejor con la gente, aunque solo fue un asomo, ya que la terminaría recorriendo solo en un par de canciones.

"Precius" y "World in my eyes" despertaron a un público que luego volvió a ser contemplativo cuando Martin Gore, el cerebro compositor del grupo -y que el martes fue un animado espectador de Gorillaz en el Movistar Arena- tomó el micrófono para cantar "Insight" y que al momento de "Home", la gente terminó coreando animada.

Fue pasado una hora de show que el concierto, como partido en dos, se inclinó a su mejor momento, con una "Everything counts" que dio la partida a la seguidilla de éxitos que continuó "Stripped", "Enjoy the silence" y la electrónica de masas con un coro cantado con fuerza cuando Gahan le entregó el micrófono a la gente, un clímax que se extendió hasta "Never let me down again" -y el público agitando sus brazos de lado a lado- antes de un bis que los trajo de vuelta con "Stragelove", otra vez en la voz de Gore y "Walking in my shoes", una guitarrera versión de "A question of time" y una "Personal Jesus", que sigue siendo una de sus cumbres musicales.

Previa chilena

Antes del comienzo del show de Depeche Mode, Matías Aguayo, el músico electrónico chileno radicado en Alemania, subió a escena, pasadas las 20 horas, para realizar un breve set junto a su nueva banda The Desdemonas.

Con una formación orgánica de bajo, batería y guitarra, Aguayo interpretó temas de este proyecto, siendo recibido con tibieza por el público que a esa hora comenzaba a poblar el recinto de Ñuñoa en la espera de los británicos.

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