lunes, marzo 19, 2018

Tash Sultana en Lollapalooza : cuando no hay nada que no puedas hacer sobre el escenario


La Tercera

La cantante y compositora australiana dejó a todos con la boca abierta en su espectáculo, donde solo ella y sus instrumentos fueron protagonistas.

Por Magdalena Bordalí |

El VTR Stage es enorme en comparación a su puesta en escena. En medio del gigantesco espacio, hay una alfombra cuadrada y en sus extremos muchos instrumentos. Se alcanzan a divisar al menos tres guitarras diferentes, un piano, una trompeta, un sintetizador y un sampler.

Si bien es culpa de la reprogramación del horario original de Lollapalooza el que Tash Sultana se presente en ese escenario en vez del Acer Stage, el resultado es mucho más interesante de ver. Contra ese enorme espacio, debe hacer lo que sea para llenar todos los rincones que quedan disponibles. Es un desafío. Spoiler: increíblemente lo logra, y este es el por qué.

Tash Sultana sale al escenario muy relajada, toma la primera guitarra eléctrica y toca unos acordes. En las pantallas se puede ver con más detalle lo que acaba de hacer. Está pre grabando sonidos con varios pedales. Los acordes quedan grabados y suenan en repetición. Sirven como base para el próximo instrumento que va a tocar. Repite la acción y así sucesivamente hasta que tiene una banda completa: ella misma. Luego, comienza a cantar.

Como multiinstrumentista su talento es innegable. Cuando une todos los sonidos de su canción, se encuentra con un rock psicodélico que podría embobar a cualquiera. Porque la manera en que compone las piezas que toca en vivo son un espectáculo en sí mismo. Tash Sultana se mueve de lado a lado presionando teclas, subiendo y bajando volúmenes, pisando pedales y botones. Es prácticamente un baile que solo interrumpe para cambiar entre una guitarra y otra, y todo pasa dentro de su alfombra.

Comentarios se empiezan a escuchar a los alrededores. La gente no puede creer todo lo que es capaz de hacer a sus cortos 22 años y se arrepiente de no haberla escuchado antes. Incluso, algunos la buscan de inmediato en Spotify y la guardan en sus listas. Mientras, la música suena en el fondo sin parar. A ratos pareciera que no hay una división entre una canción y otra, porque Tash Sultana no para de hacer música en ningún momento. Y eso llena todos los espacios del VTR Stage.

El público está entusiasmado con lo que transmite. Les entrega algo nuevo que no conocían. Pero sorpresivamente, todos se saben su canción “Jungle”. Cuando comienza a cantar el single de su primer y único EP Notion, la gente corea y Sultana sale por primera vez de su alfombra, para hacer un solo de guitarra eléctrica arrodillada en el suelo en uno de los extremos del escenario. Tiene los ojos blancos. Parece una posesión y la gente, muy lejana a asustarse, vitorea ese nivel de entrega.

Cuando termina, busca una bandera chilena y se la amarra al cuello. “Se ven espectaculares desde aquí”, comenta feliz. Desde su vista, todo es muy diferente a años atrás, cuando era adicta a las drogas y no tenía trabajo ni sueños por conquistar hasta que comenzó a subir música a YouTube. Pero el público la mira igual a como la conoció en esos videos. Ella en su pieza, en su ciudad natal (Melbourne, Australia), su alfombra y sus miles de instrumentos, con los que se defiende de todo y sale victoriosa de su primera visita a Latinoamérica.

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