El Mercurio
El ex cantante de Oasis repitió lo ocurrido hace siete meses en Chicago, donde dejó el escenario. Anoche adujo problemas de salud para su retiro.
Por J. V.
Parecía que todo era normal, pese al reciente historial de abandono de escenarios del ex cantante de Oasis. La semana pasada, Liam Gallagher ya se había disculpado por Twitter ante el público argentino por su deficiente performance vocal en uno de los shows satélite del Lollapalooza trasandino, pero el sábado, los medios bonaerenses destacaron que se había redimido en el festival, pese a que la transmisión por streaming daba cuenta de lo contrario.
Ayer el músico comenzó cantando en un nivel aceptable, pese a lo debilitada de su voz. Subió al escenario como siempre, antes de quedar fijo como estaca con las manos atrás y la arrogancia siempre adelante. El ídolo de Manchester aparecía actuando de Liam Gallagher otra vez, en su versión más Oasis desde que la banda anunció su fin, y también parecía tanto mejor que su última vez en la capital, cuando vino con Beady Eye, ese olvidable primer proyecto solista que él mismo enterró.
El británico tomaba el pandero y pegaba su boca al micrófono para iniciar con "Rock 'n' roll star", esa guitarrera canción que abrió el debut discográfico de Oasis en 1994, un tema compuesto por su hermano Noel, con quien vive peleando mediáticamente, pero que no tiene problemas para acudir a las canciones que escribió para el grupo e inyectarles electricidad a sus shows.
Su voz comenzó a escucharse más dura, pero no relajó ni un músculo para discutir con su equipo gritando hacia un costado del escenario por un acople. Y siguió con otra de Oasis, "Morning glory", manteniendo la intensidad inicial que baja con uno de los destacados de su último álbum solista. "Greedy soul", primero, y luego su mejor sencillo de esta nueva etapa, "Wall of glass", que al llegar al coro anticipó el desastre. Liam, sabiendo que no daría con el tono, se alejó del micrófono e hizo gestos de que todo se había ido al carajo, alejándose por un costado del escenario mientras su banda terminaba el tema.
La situación fue calcada a lo ocurrido en agosto pasado en el Lollapalooza de Chicago, cAuando también se fue, pero sin dar explicaciones.
Ayer Gallagher sí tuvo esa deferencia: "Lo siento, pero mi voz está absolutamente aplastada, y no quiero pararme aquí toda la noche y gritarles, porque el sonido está horrible y a ustedes tampoco les va a gustar. Es una pérdida de tiempo. Lo siento mucho", dijo, y dejó el escenario. El público pifiaba y algunos coreaban "¡Queremos a Noel!".
Luego, el músico profundizó en un comunicado, a través de Twitter, su estado de salud, señalando que tenía una infección respiratoria, la que le dificultaba continuar su show. Además, prometió reagendar el fallido concierto en Santiago lo antes posible.
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