El Mercurio
El tributo chileno a la obra del líder de Soda Stereo dice adiós en diciembre con un ambicioso show en el Movistar Arena, en el que montará su ochentero paso por Viña del Mar, la gira como solista de "Ahí vamos" y la despedida de la banda en 1997.
Por José Vásquez
En la hora del adiós, Felipe Reyes (43), quien toma el papel de Gustavo Cerati en Prófugos -el tributo chileno que homenajea la trayectoria del músico argentino-, no puede evitar la tentación de arropar el ambicioso espectáculo con el título de "Gracias totales", la frase que perpetuó el cantante de Soda Stereo en la despedida del grupo hace casi 21 años.
"Eso resultó inevitable", cuenta Reyes sobre el nombre del show, explicando que decidió ponerle fin al exitoso proyecto porque siente que ya cumplió un ciclo. "Ha sido una gran experiencia. Recorrimos varios países, como Honduras, por ejemplo, donde tocamos ante 10 mil personas. Pero decidí que no quiero pasar mi vida haciendo un tributo o siendo apuntado por eso. Ha sido un lindo viaje y ese es el mejor recuerdo que nos va a quedar", señala.
Felipe Reyes, de profesión diseñador industrial -"hago lavadoras, esa es mi pega"-, comenzó en 1985 como un pequeño aficionado imitando en reuniones de amigos al ídolo trasandino; la profesionalización del proyecto vino dos décadas más tarde. "En 2010 invitamos a tocar en La Batuta a Leandro Fresco, quien fue tecladista de Gustavo en su etapa solista, y él quedó bastante impresionado con nosotros. Ahí nos dimos cuenta de que esto era ya muy en serio". Luego Prófugos tocó con algunos músicos que compartieron escenario con Cerati, como Richard Coleman y Leo García, entre los más destacados.
"'¿Hacer música propia?', siempre está el bichito ahí, pero como dice el dicho: 'Dios da y Dios quita'. Suena raro, pero nosotros tenemos una capacidad extraordinaria de copiar. Hay mucha gente que no tiene la capacidad de crear, pero son muy buenos sesionistas", cuenta "el Cerati chileno" con honestidad. Y la réplica los hizo grandes.
Los números de Prófugos son apabullantes en la escena local. Como grupo tributo han logrado una popularidad que palidece la taquilla de un gran número de artistas de amplia repercusión mediática. En 10 años de carrera, el grupo ha repletado en tres ocasiones el Teatro Caupolicán y la Quinta Vergara -"Hasta un lagrimón me cayó cuando la gente comenzó a pedir simbólicamente la Gaviota", recuerda Reyes- y ahora que se despiden, van por su tercer show en el Movistar Arena, el próximo 21 de diciembre, hito solo alcanzado por Noche de Brujas, entre los músicos chilenos.
Un extenso espectáculo
La apuesta es ambiciosa y para eso se preparan con anticipación. "Mi profesión me ha servido para diseñar los conciertos", dice Reyes, quien cuenta que en su despedida recrearán la actuación de Soda Stereo en el Festival de Viña del Mar en 1987, la gira solista de Cerati con el aplaudido "Ahí vamos" (2006) y la primera despedida de la banda, la que generó el recordado "Gracias totales", de 1997. Para eso buscarán replicar no solo musicalmente cada etapa, sino que también de forma visual.
"Vamos a mezclar tecnología 3D con escenografía real, para ser lo más fiel posible", explica el chileno sobre un espectáculo que podría superar las tres horas: "Siento que somos como una compañía de teatro que lleva a escena una gran obra que puede transportar a la gente a un lugar en el que no estuvieron, o si estuvieron y quieren volver a estar".
Reyes admite su obsesión por un trabajo en el que ellos mismos han elevado la vara. Por eso, para este último capítulo, quieren que el show sea insuperable. "Voy a trabajar con Carla Gasic, la maquilladora de Stefan Kramer, para alcanzar un nuevo nivel y que la gente se emocione aún más", dice y revela que decidió someterse a una operación de nariz para lograr un mejor resultado al subir al escenario.
"'¿Mi límite?' Es ese, no voy a ser Michael Jackson queriendo parecerme a Diana Ross. Carla (Gasic) me dijo que tenía un gran parecido con Gustavo, pero la nariz un poco más ancha y el mentón más angosto. Usar una prótesis, como a veces lo hace Kramer, sería caricaturesco y se alejaría de la idea del homenaje, por eso entraré a pabellón".
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