miércoles, enero 01, 2014

¿Caminamos hacia un nuevo consumidor cultural?

El Mercurio

Los resultados de la tercera encuesta de consumo cultural esbozan, según algunas interpretaciones, un cambio de patrón entre los chilenos, que avanzarían hacia el concepto más integrado de "consumidor omnívoro" que se mueve sin problemas entre productos de alta cultura y de cultura popular, sin que haya de por medio un tema de "estatus". Distintas personas del ámbito opinan sobre si Chile vive efectivamente este cambio.

DANIEL SWINBURN/ELENA IRARRÁZABAL

Con un universo de 8.200 personas consultadas en todo el país, el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes dio a conocer hace algunos días los resultados de la tercera "Encuesta Nacional de Participación y Consumo Nacional". El sondeo mide prácticas culturales (lectura, asistencia a conciertos, teatro, museos y similares), la tenencia de objetos culturales (pinturas, discos, libros, otros) y las inclinaciones de la población por géneros musicales o literarios.

El informe (disponible en www.cultura.gob.cl/enpcc2012) describe un fenómeno -predominante en los países desarrollados en Europa y América del Norte desde los años 90- que podría estar teniendo una proyección parcial hacia nuestra realidad: la configuración de un consumidor cultural "omnívoro" que supera los planteamientos que veían en dicho consumo una simple homología entre este y el nivel socioeconómico. Ese mismo "omnivorismo" estaría haciendo desaparecer el vínculo entre prestigio y consumo cultural, especialmente en las generaciones más jóvenes, en las que se rompe la antigua identificación entre consumo de alta cultura y mayor estatus social.

Este planteamiento es el que confrontamos con distintas personas de la esfera de la cultura, sobre la base de dos preguntas: ¿Ve usted, a la luz de lo que ha sido el consumo cultural en los últimos años, un cambio en el patrón de consumo de los chilenos, que se movería hacia una forma más integrada y menos desigual en este consumo? ¿O es una hipótesis -el consumidor omnívoro- que no se aplica en Chile?

ARTURO NAVARRO:
"Nos sentimos corresponsables de este tipo de consumidor".
Como decanos de los centros culturales en Chile, en el Centro Cultural Estación Mapocho nos sentimos corresponsables de este personaje recientemente descubierto por una encuesta. En efecto, creemos que existe una correlación entre el consumidor omnívoro de cultura y la emergencia en el país de centros culturales multipropósito, a contar de los años 90. Además de ofrecer programaciones diversas de manera simultánea -libros, música, artes visuales, teatro-, recibimos grandes cantidades de público (este año superamos el millón de visitas y tenemos un promedio histórico de 800 mil).
Realizamos esfuerzos por fidelizar audiencias a través de los "Observatorios de público" y otras argucias... Nuestro directorio se ha esmerado en orientarnos a compartir espacios, lo que hacemos uniformando los horarios de nuestras actividades de modo tal que los visitantes de una feria o un festival puedan disfrutar gratuitamente de las salas de artes visuales y viceversa.
No es extraño, entonces, encontrarse en la Estación Mapocho con espectáculos como "Dinosaurios" -que nos ayudan a autofinanciarnos-, los que conviven plácidamente con exposiciones de fotografía y de artistas plásticos emergentes, mientras en otras salas residen compañías de teatro o danza. Todo en un entorno arquitectónico y patrimonial que no parece ser hostil al "omnivorismo".
Director ejecutivo del Centro Cultural Estación Mapocho

BÁRBARA NEGRÓN:
"Hay tendencias estructurales que no se han modificado".
Lo que la encuesta muestra, en lo fundamental, es una enorme desigualdad, algo que lamentablemente sigue siendo la tendencia principal en nuestro país. Por una parte, quienes consumen y participan más de la vida cultural son los jóvenes ABC1 que viven en la capital y que accedieron a la universidad. En el otro extremo, con una participación baja o nula, se encuentran los adultos mayores, de escasos recursos y educación incompleta que viven en regiones.
Esto nos señala que la desigualdad se refleja en todos los ámbitos de la vida de una persona, entre ellos la cultura. Además, este desequilibrio profundiza aún más la brecha, puesto que quien tiene poco capital cultural tendrán menores oportunidades. Un niño que lee y tiene acceso a distintos lenguajes artísticos, contará con mejores niveles cognitivos y con más herramientas de movilidad social. Decir que una casa sin libros es una casa pobre, no es una exageración.
Lo que indican las mediciones realizadas desde el 2004 a la fecha es que se trata de tendencias estructurales que no se han logrado modificar, por lo que es necesario revisar la orientación del trabajo del Estado. Me temo, sin embargo, que la situación no cambiará sustancialmente mientras la cultura continúe en los márgenes de la agenda política y no sea incorporada a las estrategias de desarrollo y al debate público.
Respecto del omnivorismo, sería interesante incorporar en las próximas encuestas elementos que permitan apreciar mejor este fenómeno, pero por ahora el instrumento no nos permite hacer afirmaciones categóricas al respecto.
Bárbara Negrón dirige el "Observatorio de políticas culturales".

CHANTAL SIGNORIO:
"El 'consumidor cultural' hoy en Chile es transversal y desprejuiciado".
Transversal, curioso y desprejuiciado: así es el "consumidor cultural" hoy en Chile. Estos rasgos quedan en evidencia en los festivales culturales, cuyo formato convoca cada vez a más personas. Al no incluir a los festivales entre los temas consultados, me parece que la información de la Encuesta Nacional de Participación y Consumo Nacional (2012) queda incompleta, ya que no da cuenta de uno de los formatos más innovadores de hacer cultura.
En el panorama cultural mundial y nacional, este tipo de encuentros representan uno de los fenómenos más interesantes y diferentes a lo que existía anteriormente. Y constituyen la confirmación de que el público quiere más y mejor cultura, pero que la busca en un formato amigable, que rompa las barreras entre alta y baja cultura.
En Chile, desde hace tiempo, son los festivales de artes escénicas los que suelen convocar a más personas (teatro, música, danza, cine, documentales, entre otros). Muchos han perdurado gracias a su excelente nivel de programación y producción. En ese escenario, hace solo tres años nació Puerto de Ideas, en Valparaíso, un festival de reflexión y profundización cultural que busca entender la creatividad y sus procesos. Es una oportunidad de hacer coexistir reflexión y entretención, poniendo temas complejos a disposición de todos.
Desde mi perspectiva, nuestro público es un consumidor cultural capaz de transitar desde el mundo humanista, al científico y artístico, que valora la dimensión vivencial y la centralidad de la palabra.
Presidenta de la fundación Puerto de Ideas.

ERNESTO OTTONE RAMÍREZ:
"El consumidor 'omnívoro' es aún un bicho raro en nuestro país".
El estudio no permite sostener que se estaría produciendo una forma más integrada y menos desigual en el consumo cultural de nuestro país. Todo lo contario, la desigualdad del acceso a bienes y servicios culturales por parte de una gran parte de la población se ha agudizado.
Por supuesto que en ciertas fechas del año y en algunas ciudades podría generar una sensación térmica distinta. Sin embargo, los que trabajamos en el día a día a cargo de espacios culturales podemos certificar en la praxis que las barreras de precios en el acceso son importantes, pero no determinantes.
Claramente la falta de hábitos culturales, el abandono de una formación artística relevante en el sistema educativo chileno, la deficiente infraestructura regional aún existente no han permitido acortar las brechas. Con respecto al omnívoro cultural entendido como el público que posee un apetito insaciable por el consumo de diferentes géneros culturales, es aún un bicho raro en nuestro país. La segmentación existe según disciplinas y manifestaciones artísticas, tal vez exceptuando algunas industrias tales como el cine o los conciertos musicales masivos, asociado en los sectores medios a endeudamiento galopante. El ofrecer espectáculos en óptimas condiciones a un público selecto y luego entregar el mismo bien en un envoltorio parecido pero en condiciones sonoras, sensoriales y ambientales diametralmente opuestas no puede sostenerse en el tiempo. Lo concreto es que sin reformas en el sistema educativo, sin la innovación necesaria en las políticas públicas en cultura, sin la dotación de recursos humanos, técnicos y financieros la desigualdad en cultura del "chilean way" seguirá acrecentándose y alejándonos de los niveles de desarrollo a los cuales aspiramos.
Director del Centro de Extensión Artística y Cultural de la Universidad de Chile

PABLO ORTÚZAR:
"Si existen los 'omnívoros' se trata de un grupo reducido, acomodado y capitalino".
Para distinguir con nitidez la existencia de "omnívoros culturales" se requeriría de mayor información que la disponible, especialmente de carácter cualitativo, que nos permitiera hilar más fino en el tipo de cultura consumida. Sin embargo, uno podría suponer que, dado que los factores socioeconómicos y geográficos siguen teniendo un gran peso en el acceso a la cultura en Chile, si existen estos "omnívoros" se trataría de un reducido grupo, acomodado y probablemente capitalino.
Que el vínculo entre prestigio social y consumo cultural haya declinado tampoco es claramente determinable con los datos disponibles. Sin embargo, la pregunta respecto a esta "pluralización" del gusto y el declive de la distinción entre alta y baja cultura debería ir acompañada de una reflexión algo más profunda en relación acon la "banalización del arte y de la literatura" en el contexto de la "civilización del espectáculo", usando los términos de Vargas Llosa. Este segundo proceso sería más de homogeneización que de pluralización.
Finalmente, hay que decir que nuestra situación cultural, si bien ha mejorado, no es buena: cerca de un 80% del país no comprende bien lo que lee ni maneja aritmética básica, y esto condiciona fuertemente la posibilidad de millones de personas de acceder a bienes culturales de calidad. Cambiar esta realidad depende de mover nuestra visión de la cultura hacia un enfoque de las capacidades, diseñar programas colaborativos que entreguen los adecuados estímulos cognitivos desde la primera infancia y tomarnos en serio la generación de audiencias.
Director de investigación del Instituto de Estudios de la Sociedad.

CLARA BUDNIK:
"No parece serio intentar mezclar actividad con servicio cultural".
Creo que la sociedad chilena en su compleja conformación, en sus ya reconocidos desniveles y desigualdades, no puede ser objeto de un estudio que simplifique sus comportamientos culturales.
No es difícil confundir lo que se percibe como cultural de una cierta masificación y participación mayoritaria en eventos que pueden tener, o no, ese objetivo. No parece serio intentar mezclar actividad con servicio cultural. Y en cuanto al esnobismo cultural creo que, existiendo, se da vueltas en una misma elite que, evidentemente, no influye ni altera los comportamientos de la mayoría.
Entendamos lo cultural como un ser yo, ser nosotros, en un contexto que, en algunos lleva a tener una inquietud personal, una curiosidad que lleva al conocimiento y que puede desplegarse en diferentes direcciones según esa propia búsqueda. Y es en este sentido que las desigualdades adquieren una fuerza brutal en sus diversas condiciones de oportunidad, acceso y disfrute.
La cultura puede llevar y lleva a una cierta cualidad omnívora, pero tendría mucho cuidado en generalizar lo que ocurre en este país y dar por aparentemente resueltos o estadísticamente comprobados, asuntos como el de las sensibilidades culturales, que requieren, más allá de comprobaciones o etiquetas, de una política que siempre es soslayada o envuelta y confundida en el evento.
Un buen ejemplo de una actividad cultural exitosa es el caso Puerto de Ideas, que algunos podrán considerar "elitista" en su proposición, pero nadie podrá discutir que se vuelve abierta y amplia, por la cantidad y variedad de público que lo elige y accede.
Directora ejecutiva de la fundación Democracia y Desarrollo

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