domingo, enero 26, 2014

Ministro de Cultura de España: "El micromecenazgo está teniendo un impacto extraordinario en Europa"

El Mercurio

Buscando fórmulas para capear la crisis de financiamiento de la industria cultural en su país, producto de la recesión y los altos impuestos, José María Lasalle impulsa el llamado crowdfunding , o micromecenazgo, que permite a las personas destinar pequeñas sumas a financiar proyectos culturales de envergadura. En Chile, dicha modalidad acaba de activarse con la nueva Ley de Donaciones Culturales.

DANIEL SWINBURN

José María Lasalle se confiesa un gran admirador de la cultura chilena, pero sobre todo de su literatura, donde tiene su favorito: Roberto Bolaño, el autor que ha venido a revolucionar toda la creación iberoamericana, ya no desde Chile, sino desde México y luego España, "desde su propia marginalidad, ha inaugurado la narrativa de la marginalidad", dice. Pero sus responsabilidades públicas que lo trajeron a Santiago, para participar en la VI Cumbre Mundial de las Artes y de la Cultura, lo distraen de su bolañismo. Proveniente del mundo académico, profesor de historia de las ideas, autor de numerosas publicaciones, está vinculado al Partido Popular hace diez años y en la actual legislatura ejerce como ministro de Cultura, donde ha tenido que enfrentar una de las peores crisis que ha vivido el sector, luego de muchos años de expansión y crecimiento. Sin ser parte de la decisión, ha debido sufrir el alza del impuesto al consumo, IVA, de su sector, que vino a agravar la situación de la industria cultural que ya vivía los efectos del alejamiento de los consumidores debido a la crisis económica del país. Una subida que dejó dicho impuesto incluso dos puntos más arriba del IVA que grava toda la cultura chilena, sin excepción. La crisis también ha obligado a revisar las políticas de subsidios a sectores como el cine.

La crisis del IVA

-¿Cómo ha influido en el consumo el alza del IVA, del 8 al 21 por ciento en los productos culturales? La industria editorial quedó libre de esa subida, pero no sectores como el cine y las artes escénicas. Algunos sectores de su país han dicho que la situación es gravísima.
"Yo he expresado mi oposición a las subida del IVA sobre determinados productos culturales, porque entiendo que la cultura no está en condiciones de sufrir más dificultades de las que ya de por sí arrastra como sector, no solo en un escenario de crisis, sino en general por el propio posicionamiento, o la propia visibilidad que tiene la cultura en el seno de la modernidad líquida, según la expresión de Zigmunt Bauman, donde la capacidad crítica para construir escenarios de tolerancia, de reflexión, que proporciona la cultura no goza de buena salud. Es verdad que en el ámbito de la subida del IVA un sesenta por ciento de los productos culturales en España que están vinculados al libro tienen un IVA súper reducido, único en Europa, de cuatro por ciento".
"Pero tanto el cine como el teatro han sufrido la subida. Creo que, en términos generales, se ha producido una caída en el consumo, por la crisis, y también evidentemente por el efecto del IVA en el consumo. Mi esperanza es convencer al Ministerio de Hacienda de que, más pronto que tarde, cambie esa subida del impuesto, que se puede entender en la medida en que nuestro país ha tenido una necesidad de recaudación mayor, a la hora de afrontar la crisis por la que atravesamos. Por otra parte, hay que tener en cuenta que el IVA no se paga en los teatros y bibliotecas que dependen de la administración pública. Lo mismo pasa con los museos públicos, como El Prado, que no tiene IVA". (El Gobierno anunció este viernes una rebaja del 21 al 10 por ciento al IVA de las transacciones de objetos de arte, en vísperas de la feria ARCO).

-¿La industria editorial ha logrado mantenerse beneficiada con un impuesto bajo?
"Ha habido un descenso del diez por ciento en la facturación comercial del mundo editorial español en el último año. Por tanto, ahí se pone de manifiesto, otra vez, que incluso con un IVA muy bajo la crisis ha hecho mella. Creo que, por desgracia, el descenso de los sectores culturales tiene mucho que ver con la crisis misma".

Cine y el micromecenazgo

-Se plantea en su administración un cambio en la política de subsidios al cine español que ha motivado críticas. ¿Cuál es el diagnóstico que ustedes hicieron para hacerlo?
"El modelo de financiamiento tenía varias ineficiencias. La más importante es que se financiaban las películas a priori, con independencia del éxito que tuviesen en taquilla. Y, al mismo tiempo, no había una adecuada planificación estratégica de la capacidad para financiar los proyectos futuros. Porque uno podía hacer la película, el año 2010, pero empezar a soportar la financiación, con ejercicios anuales posteriores, implicaba que la administración tenía que aprovisionar fondos para afrontar las amortizaciones. Eso, en situaciones de expansión presupuestaria, no planteaba problemas. Pero en situaciones de penuria, provocaba que, como ha sucedido, existiesen dificultades de financiación. El modelo que se ha consensuado en el sector sigue siendo fiel al diseño de la diversidad. Se pretende incrementar los instrumentos de desgravación, de los instrumentos fiscales de financiación del cine, no tanto financiarlo mediante ayudas directas sino que por desgravaciones, incrementando los porcentajes. Estamos manejando la posibilidad de incrementar el porcentaje de desgravación del 18 por ciento al 25 o al 30 por ciento".

-Usted promueve una nueva ley de mecenazgo que consiste en aprovechar la sinergia del sector privado para que pueda tener mayor incidencia en el financiamiento de la cultura a través de estímulos tributarios. Eso ya existe en España.
"Sí, una ley de fundaciones con unos porcentajes de desgravación que están en el 35%, y de lo que se trataría ahora es de incrementar dichos porcentajes. Pero también incorporar la posibilidad de que el ciudadano desgrave a través del impuesto a la renta, e introducir la figura que a mi me parece fundamental hoy en día: el crowdfunding o micromecenazgo, es decir, la posibilidad de -como sucede con las empresas de mecenazgo- desgravarse el 100% de 150 euros que uno invierta en una actividad cultural. Eso abre unas posibilidades extraordinarias de financiación de la cultura, sobre todo en los ámbitos del mecenazgo de actividades más vanguardistas. Creo que es un instrumento, además, muy reclamado en el ámbito de lo que yo denomino las nuevas clases medias digitales. Gente que a través de la red desea financiar, becar a un joven empleador para que se vaya a estudiar a Amsterdam, o para que un escritor encuentre la fórmula para colocar y proteger en red la propiedad intelectual de una determinada obra, sin tener que pasar por los sectores editoriales más consolidados. Es decir, democratizar de alguna manera, transversalmente, la capacidad de captación de recursos fuera de los mecanismos más tradicionales del mecenazgo vinculado a las élites culturales. En Europa el crowdfunding está teniendo un impacto extraordinario. Por ejemplo, la restauración de la Victoria de Samotracia, del Museo del Louvre, será financiada mediante este instrumento a través de internet".

-Hay un apoyo fuerte en España a la pequeña industria editorial que ha permitido un florecimiento de editoriales pequeñas que han logrado sobrevivir.
"Esas pequeñas editoriales, como sellos de calidad que han florecido en los últimos años, han disfrutado de ayudas, pero básicamente han sido el producto de un emprendimiento cultural. De haber comprendido, que hacía falta hacer apuestas por un público minoritario que, dado los gustos sociales más o menos consolidados de la cultura de masas vinculados también al consumo del libro, demandaba una cierta sensibilidad estéticamente excéntrica. Una excentricidad buscando un gusto muy depurado, donde la calidad no solamente estuviera en el autor seleccionado, o en el título, sino también en el propio libro como objeto. Y han conseguido sobrevivir porque han sido capaces de tener un objetivo muy definido. Creo que no es un fenómeno único que se dio en España. Está dándose también en Italia, Francia e Inglaterra. Son ayudas indirectas. No hay compra directa de libros, no está prevista en su momento. Se hacía eso para bibliotecas y se ha reducido, porque hoy en día la capacidad presupuestaria de la administración no puede dar abasto para todo. Ha sido, este fenómeno, más allá de la ayuda, un producto del emprendimiento editorial".

-¿Sigue existiendo el precio fijo al libro en su país?
"Sí. En el caso español ha sido un instrumento extraordinario a la hora de consolidar el mundo editorial, y que sensatamente ha sido utilizado por los editores para educir al público".

La identidad de España y América Latina

-¿Cómo ve la relación con América Latina desde su ministerio, desde el ámbito de la cultura?
"España y el Ministerio de Cultura han mantenido una estrategia de cooperación con América Latina desde hace muchos años, a través de todos los programas Iber, que han ido vertebrando en el ámbito de las artes escénicas, de la danza, del cine, de las industrias culturales, de las bibliotecas, de los archivos, una colaboración muy intensa que ha ido consolidándose año tras año, y que ha permitido a nuestro país, y al conjunto de los países de América Latina, afirmar que ha sido una experiencia extraordinariamente enriquecedora para todos, para nosotros y para ustedes, para Iberoamérica. Yo creo que América Latina siempre será para España una prioridad estratégica, no solo en el ámbito cultural, sino también en el de nuestra propia identidad. España no podría verse sin América Latina".

-¿Qué sucede con el Instituto Cervantes, cómo ve usted su proyección?
"El Instituto Cervantes creo que es un instrumento extraordinariamente útil para la proyección del español. Soy de los que creen que es necesario afrontar probablemente una reforma de estos institutos a efectos de que -como lo he mantenido públicamente- hace falta iberoamericanizar, incorporar a nuestros amigos latinoamericanos dentro de esa casa".

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