El Mercurio
Tras años completamente agotado, Catalonia reedita "En busca de la música chilena", de José Miguel Varas y Juan Pablo González.
Romina de la Sotta Donoso
"En busca de la música chilena" (2005), de José Miguel Varas y Juan Pablo González, lleva años agotado. El volumen, encargado por la Comisión Bicentenario, retrató el devenir musical nacional del siglo XX a través de dos tipos de textos. El Premio Nacional de Literatura aportó con una crónica personal en la que describe el paisaje sonoro que conoció a lo largo de su vida, desde los pregones de su infancia, avanzando por la época de oro de la radio y los reinados de la música mexicana, hasta las orquestas típicas. El musicólogo, en cambio, elaboró una antología de artículos de prensa, entrevistas y críticas publicados entre 1910 y 2004, y referidos tanto a la música clásica como la popular y de raíz folclórica.
Ahora Catalonia lanza una nueva edición de este libro, de 536 páginas. La crónica de Varas se conservó íntegra, pero se eliminaron los dos cedés dobles de ejemplos sonoros de la primera versión. Además, se actualizó la compilación de González, con un artículo que él mismo publicó en 2010 en Artes y Letras de "El Mercurio", y en el que se pregunta qué es la música chilena.
"En esta antología, hablan los propios músicos, y no de forma retrospectiva, sino en el momento mismo en que adquieren visibilidad", apunta el musicólogo. Destaca el rescate de figuras como Pablo Garrido -"era mucho más que un jazzista, fue un puente entre lo docto y lo popular y el gestor de la mítica Caravana de la Música Chilena"-, y de fenómenos como los coléricos -"Es una traducción que solo se usó en Chile, de Angry Young Men , jóvenes ingleses de los años 50 descontentos con el sistema"-.
"En Chile hay una música popular ilustrada que entiende que la música no es solo para bailar o enamorarse, sino que también transmite contenidos estéticos o posturas éticas", asegura González.
"En los años 10 y 20, el discurso sobre la música era ilustrado y breve, y en los 30 se vuelve más político y empiezan a hablar los propios músicos, porque están construyendo la nueva institucionalidad musical chilena", apunta. En los 50 aparecen los intérpretes, y en los 60 se produce, dice, "la gran eclosión de la música popular, que empieza a tener un discurso que la trasciende y tiene que ver con problemas existenciales, políticos y culturales. Eso obliga al periodista de espectáculos a 'ponerse las pilas' para estar a la altura y para que Violeta Parra no le vaya a hacer otra 'Mazúrquica modérnica' ", agrega, y recuerda que esa canción de acentuación esdrújula fue la respuesta de Violeta Parra a una consulta igual de anacrónica.
"En 1973, a pesar del apagón cultural, se refuerzan la música clásica y la ópera porque el régimen no las considera políticas, y las revistas de oposición encuentran en el discurso de los músicos en el exilio una manera de instalar un discurso político cultural", comenta. Luego tomará fuerza el pop rock. Eso es abordado por varios reportajes compilados, igual como antes hay entrevistas a Margot Loyola, Los Jaivas y Eduardo Gatti, y un artículo de Gabriela Mistral sobre Los Cuatro Huasos, entre otras gemas de la prensa.
Citas elegidas
Crítico alaba a un Claudio Arrau de 16 años
"Si se atiende a su edad, Mozart, Beethoven y Liszt son sus únicos rivales y ellos son también sus maestros predilectos, cuyas obras no las abandona cuando caen en sus manos".
Emilio Uzcátegui, América, 1919
Violeta Parra:"No tengo voz como cantante"
"Tengo sesenta composiciones originales. Algunas de ellas son triviales, pero 'comerciales', según el criterio de las casas grabadoras. La más popular, aunque no me gusta, es la guaracha 'El funicular'. En el género serio tengo tonadas de corte folklórico, valses, etc. Escribo la música y la letra" (...) No tengo voz como cantante, pero imagino que una voz hermosa como la de Margarita Alarcón podría sacar partido a nuestro auténtico folklore".
Ecran, 1954
La primera sinfónica infantil de Jorge Peña Hen
"Como en otros países, debiera existir en Chile orquestas sinfónicas de varias categorías, desde orquestas sinfónicas primarias, secundarias y hasta profesionales. Sólo existen las últimas, pero las anteriores son sumamente necesarias".
Las Últimas Noticias, 1965
Luis Advis habla de la Cantata "Santa María de Iquique"
"Artísticamente, aunque quedé bastante conforme, no la considero nada especial. Para mí, significa sólo un paso más, y en ningún caso es el definitivo".
El Musiquero, 1972
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